Solucionando problemas...

¡Ya tengo Adsl!
Tuve que llamar al Servicio Técnico y tras contactar con tres departamentos diferentes, conseguí en hora y media conectar mi nuevo Router. Mira que dije que yo soy de módem por cable. Pues nada. La comercial dijo que "¡Claro, por cable!" y el módem es principalmente por Wifi.
Estaba a punto de enfadarme cuando recordé que en una de mis cafeterías favoritas me conecto por Wifi. Solía ir a escribir en verano. Ponen unos desayunos fantásticos.
"Ya conoces el sistema de conexión por wi-fi, es el mismo que el de la cafetería" me recordó mi pensamiento.
Al darme cuenta mientras mi memoria sensorial me trasladaba a aquel apacible establecimiento, se me pasó el enfado de repente.



De hecho, pensé que el cambio trae otra consecuencia. Puedo trabajar en todas las habitaciones de la casa. Lo que a la larga supondrá más horas de escritura. Ya que tengo acceso a la página de la RAE desde el salón.

- De todos modos -me dijo la teleoperadora-, te abro una incidencia porque va más lento de lo normal.

¡Y esa no era la única sorpresa! El teléfono no funcionaba. Ni lento ni rápido. Estaba sin línea. Aquel misterio-misterioso acabó en algo divertido.

JAJAJAJAJA!! no me lo puedo creer... sólo funcionaba el teléfono de la película de Juno. Jajajaja! Nunca me había atrevido a usarlo. Busqué en los cajones donde guardaba teléfonos viejos y resultó que sólo uno de ellos servía.

Observé mi nueva mesita roja con mi nuevo módem (la mesita es de Ikea) y a su lado un teléfono bastante original  y pensé: "Esto es de coña". Desde luego, queda mucho más desenfadado.
A los cinco segundos de contemplar la escena, descubrí que hasta me gustaba el cambio.
¡Problema uno resuelto!

Problema dos. Pienso: "Sigo enfadada con el mundo"...

Pero luego quedo con un amigo y comenzamos a hablar de cine. Y voy a una librería y pienso: "¿¿cómo ese libro que me recomendó el Muso??" Como estoy enfadada con él... bueno, pues el libro se me había olvidado. Del todo. Y no me refiero a olvidarme, me refiero a bloqueo total. "¡Vamos, acuérdate del nombre del libro!" me dije. Pero nada. Sólo recuerdo que hablábamos de El Pez Dorado ("pero ese no va a gustarte", dijo el Muso, "te recomiendo..."). Bueno, ¿y cuál dijo él a continuación? ¡Es increíble que borre cosas tan valiosas! Me enfado de nuevo. Sé que conozco el libro que me recomendó, ¡pero no me acuerdo! Si no le hablo en cinco mil años, ¡¡qué menos que saber su última recomendación!!. Esa idea me enoja todavía más. La librera me mira (seguramente al darse cuenta de mi creciente malestar) y me pregunta: ¿no recuerdas nada, ni una palabra?.
Sé que el libro está ahí, en mi cabeza, pero tengo un bloqueo total. Es un olvido selectivo. Lo noto.
El Pez Dorado.
Es lo único que ocupa mi pensamiento. 
"Que no!!", me respondo a mi misma, "que el pez dorado dijo que no me iba a gustar..."
(Y como dijo que no... ya no se compra. ¿Es que solo hacemos lo que él dice?)
Eso me enciende una bombilla en la cabeza. ¡¡Tling!! Pues hombre... no, claro que no. De todas formas, el pez dorado lo conozco por él. 
Bajo las escaleras y doy con El Pez Dorado. Llevo años buscándolo. Lo sostengo dubitativa y me pregunto, ¿por qué no habría de gustarme? Lo abro:

.... La meditación y el saber.......

Paso las páginas y al azar leo.... "ME GUSTAN LOS MISTERIOS..."

Hala, libro para casa. 
Feliz cual perdiz salgo de la librería y pienso, ¿¿¿qué más cositas quiero??? Debo pensarlo rápido porque ya me empiezo a sentir culpable. No soy de darme caprichos.

Interestellar. 

"¡Ah, el dichoso planeta de agua de la película!", me digo mentalmente. Tras un buen café y una tarde de risas vamos a una tienda de DVDs plagada de otros consumistas sonrientes. No sé, no sé... es cara de narices. La compramos entre dos. Para mí el DVD (¡¡viva lo antiguo!!) para mi amigo el BlueRay. Y entonces nos enteramos que la tienda tiene un 3x2 en cine.
¡uy, caramba! que nos regalan una película.

Elegí "Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal", mientras nos reímos discutiendo sobre lo correcto, y lo justo. (Fue una tarde apasionada de debate. La verdad es que hasta salió a relucir la figura de Atticus Finch. Ese dilema ético y moral me está volviendo loca. Con la gente. Y no le encuentro solución). Y tras reírnos un poco más, sin saber qué otra película elegir (yo quería un clásico), una de las trabajadoras de la tienda me dijo: ¡esta es buenísima! Película clásica en blanco y negro, que trata de un hombre que habla... ¿¿con un conejo que no existe?? 

- Tienes que verla, te va a gustar -me dijo-, es comedia, es muy divertida, tiene unos gags buenísimos y lo hace muy bien. El conejo además no es un conejo .... al final ves que sí está ahí. Pero es una persona.

Miro la película y pienso: "Esta pelí va de un loco"
Se llama El Invisible Havery.
Bueno, puede estar bien. 
¡Tarde de cine y palomitas, tras un día de debates y Museos!
Cuanta felicidad =)


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