Meditación de Cuencos Tibetanos.

¡¡Bienvenidos al Mundo de lo Éxotico!!
Hace meses, más bien diría un año, o no sé cuánto exactamente, recibí un regalo: un pequeño cenicero con flores (de cerámica).
Al verlo, como estaba estudiando budismo, pensé: "¡Será un cuenco tibetano!".
Bien, un tiempo después le enseñé una foto del cenicero al Muso y el Muso me dijo: "¿sabes lo que es un cuenco tibetano?"
A lo que yo respondí: no, pero si quiero esto lo será y punto.
"AAAAaaaahhh!" contestó el Muso.
Y no dijo más.
Bien, hace unos días fui al Templo Budista. Había una meditación de "Cuencos Tibetanos". Me imaginé que sería una meditación normal y corriente con algún ¡gong! y ¡dong! y quizá ¡chis-pom! (bueno, eso último no porque sería más del ruido de un tambor)



Llegué un poco tarde pero no me importaba demasiado ya que la última vez que fui a una sesión de meditación corrí tanto que en cierto momento me tuve que reír al darme cuenta de lo extraño que resultaba acudir agobiada a un sitio que enseña a quitarse el agobio de encima.
Así que decidí ir tranquila. Total, ya los conozco, me dije. Total, es una sesión de relajación...
Total que... entro en la sala.

¡¡Menudo concierto!!


¿Sabéis el ruido que hacen los cuencos? había como siete u ocho cuencos diferentes dispuestos en torno a un (¿qué palabra uso?) ¿guía? Vamos a llamarlo "guía de la sesión", que los tocaba con maestría.


"Vaya, pues esto no es lo que me esperaba".... 

Pensé: "bueno, tú no hagas ruido y te sientas detrás y punto. Bastante molestia era ya interrumpir un concierto tan exótico" Los cuencos eran enormes. No se parecían a mi cenicero, de pronto me sentí de lo más avergonzada...(mira que decirle eso al Muso)

Así que me senté detrás del todo, procuré no hacer ruido, cerré los ojos y ....aaaaaaah, qué descanso. La meditación es un ejercicio mental maravilloso. Y se puede hacer hacer en cualquier lado. Cuando me estaba poniendo confortable de pronto pasó una cosa que me sobresaltó (ligeramente): ¡el guía se puso a cantar!

No sé si llamarlo cantar o recitar o cómo llamarlo pero de pronto me pareció que estaba en una película de Miyazaki. Porque era -como coloquialmente se dice-, "raro no, lo siguiente". ¡¡Menuda voz!! En la vida había escuchado nada semejante.
"¿pero esto qué es? ¿estamos locos?" -pensé.

Una de las cosas fantásticas que descubrí en una ocasión (hace meses), es que si no soy capaz de meditar correctamente no importa porque tengo mucha imaginación (seguro que no lo habíais notado, jajajaj) y me puedo pasar una hora entretenida inventándome una historia. 
Si bien con aquellas frecuencias de sonido tan inusitadas y aquel ¿mantra? ¿canto? ¿oración? no sé bien lo que era, tuve que esforzarme en que no me entrara la risa. Tampoco es que fuera humorístico, simplemente, raro.
"Pero" -pensé- "hay que reconocer que el sonido es agradable. Resulta un poco... como un masaje con sonido".

Iba a usar la palabra "rasposo", pero no es esa. Traté de analizar la causa de los efectos de aquella música. Resultaba parecido a escuchar un concierto de sonidos que emiten los vasos de agua hechos de cristal cuando le acaricias los bordes. Tu mente anticipa el siguiente sonido y al final todo es sonido. Porque no hay quien se concentre en otra cosa. 
Me pregunté cómo interpretaría aquel concierto un perro, jajajaj, dado que oyen frecuencias que nosotros no escuchamos.

Pero bueno, curioso o no, era otro tipo de meditación así que cerré los ojos y traté de imaginar....

De pronto el guía dijo:

- Conectaros con el Multiverso.

JAJAJAJAJJAJA
¿¿¿Quéeee???
Y ahí decidí comenzar una historia, a la par que meditaba:

Ciudad de los Cuentos. En la plaza del Ayuntamiento.
- ¿Ha dicho, "Multiverso"? -pregunté al niño mensajero y a Memphis (la científica de la ciudad)- ¿lo habéis oído? ¿Multiverso? ¿Multiverso existe?
Mis personajes favoritos estaban más que dispuestos a seguir con aquel cuento entrelazado con lo que ocurría fuera.  
- Eso ha dicho.
- ¿Se puede saber qué es el Multiverso? -pregunté jocosa- No creo que él lo sepa.
- Pues ha usado la palabra, luego existe -contestó Memphis.
- No le vale con un Universo que dice que nos conectemos a varios -contesté yo-, ¡si ni siquiera sabemos lo que es el Universo! ¡Estamos locos! jajajaja. 


Las palabras del guía las resalto en negrita. 
... "prestad atención al diálogo interno".....
- Mi diálogo interno es muy divertido -le digo a Memphis- no tengo intención de abandonarlo.
(técnicamente, la meditación consigue que dejes la mente en blanco)
La plaza del ayuntamiento de mi ciudad imaginada estaba en calma. Empezaba a oscurecer pero no hacía nada de frío. No se oía nada. Francamente, ya que había pagado una hora de meditación (lo cuál no me parece bien, debería ser gratis o por la voluntad), lo ideal era gastarla como quisiera.
- Dile que estas hablando con tres personajes imaginados - dijo de pronto el niño-mensajero.
- Sí, seguro. Le encantará. 
... "el único enemigo que existe es interno".
Abrí un ojo. Vaya, ahora había captado mi atención.

... "es nuestro ego que nos dice cómo debemos ser, lo que debemos tener..."

Reconozco que tenía toda la razón del mundo. Más que nada, porque todo somos nosotros. Es decir, pensadlo un instante. No podemos "salir" de nosotros mismos, luego todo lo que sufrimos es porque nosotros nos hacemos daño. En verdad somos nuestros únicos enemigos. Aquel pensamiento me distrajo de mi super cuento maravilloso y durante un rato solo hubo silencio.

 Luego el guía dijo una serie de cosas y dibujó una serie de escenas que no voy a repetir porque algunas eran muy graciosas. Exóticas. Pero sí que merece la pena destacar su descripción del paraíso.
Un lugar maravilloso, paradisíaco, natural, armonioso, con suelos de lapislazuli....
- Esto me suena a paraíso cristiano pero cambia Buda por Jesús -dije en voz alta, en mi ciudad de los cuentos- si un extraterrestre llegara a la Tierra pensaría que estamos muy perdidos. Todo es lo mismo. Son creencias. Aquí cada pueblo tiene su superstición...
Eso me entristecía y me asustaba por igual. Cuando hay una única verdad eso te da confianza. Cuando descubres que cada uno tiene la suya, eso te tambalea.
- ¿Te declaras científica? - me preguntó el niño mensajero.
- Ahora mismo -contesté en mi ciudad imaginada-, sí. Totalmente.
- Hay cosas que la ciencia no puede explicar, Nell.  
- La ciencia puede explicarlo todo.
- ¿Qué me dices de los milagros? Existen.
- Todo lo que existe tiene una razón y un porqué, todo tiene una causa, luego todo es explicable por la ciencia.
En ese punto y a raíz de cómo me miraba mi personaje imaginado, comprendí que a lo mejor mi idea de ciencia y la idea generalizada de ciencia no era lo mismo. La siguiente pregunta, seguro que la podéis adivinar:
- ¿Qué es para ti la ciencia?
- La ciencia es la búsqueda de las causas que dan lugar a un efecto. Si conoces las causas, el efecto se vuelve previsible. Ahí es cuando decimos que las cosas son "lógicas". Y como todo tiene una causa, o si quieres una razón, todo es ciencia. Lo que pasa es que no conocemos las razones. Los milagros tendrán una razón también...

Tras descubrir -porque fue éste el descubrimiento de mi sesión de meditación-, que llamo "ciencia", simplemente a la búsqueda de las razones de las cosas, me di cuenta de que religión y método empírico no tenían porqué estar reñidos. Es más, dado que ambas cosas son búsquedas de La Verdad (si es que existe la verdad única), teóricamente, hablan de lo mismo. 
Y entre cuencos y música se terminó la sesión.

Me fui para casa pensando si realmente... toda la parafernalia de creencias servía para algo. Y todavía le daba vueltas al día siguiente, ya que soy una persona de fé. Porque lo soy. Con lo cuál, ¿cómo caso estas dos tendencias tan dispares?

 Y entonces pasó algo (un tema que seguro podemos también explicar mediante el método empírico). No puedo reseñarlo aquí porque es demasiado personal pero... imaginaros que tenéis una fobia. Un miedo. Un problema de estrés, un agobio por conducir, o... por lo que vosotros queráis. Llevo tiempo meditando porque en serio creo que es una actividad curativa. No me preguntéis porqué (desconozco la CAUSA científica) jajajaj, pero funciona. Hay quien dice que al tratarse de ejercicios de relajación ayudan mucho, y hay quien dice: "Nelly, todo es mental", en fin....

Lo que me pasó al día siguiente de esta sesión meditativa-musical fue que en el escenario habitual que el miedo me suele dar problemas... el miedo, simplemente, no estaba.

¿¿¿???

Esto... ¿dónde está mi miedo? ¿alguien lo ha visto?

Así que pasé por el escenario que me asusta normalmente sintiéndome la mar de tranquila, lo cuál, no sabéis el grado de felicidad y confianza que me aporta. Y luego pensé: "bah,es CASUALIDAD"

Así que, por raras que resulten estas cosas, os animo a meditar.
Saludos!!
Nell.










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