Sueños que son historias - "Viajando a la Luna"

Me he despertado con el corazón latiendo desbocado.
Mira que he tenido sueños raros pero empiezo a plantearme abrir en la "Ciudad de los Cuentos" una oficina de Quejas y Reclamaciones.
Soñé que tenía que viajar en una nave espacial a la Luna.
Vosotros diréis, "¡Ah, qué sueño tan divertido!" pero no... No, de hecho, cuando quedaban pocos días (viajaba en fin de semana) de pronto me di cuenta de que ¡¡¡tenía que subir a un cohete espacial!!!
No sé vosotros pero, ¿imagináis el ascenso?
Horrible.
De hecho, de repente dije: "¿Cómo? ¡No, de eso nada, yo no voy!"
jajajaja!
- Que no, que ni de coña... -protesté.
Y he aquí que un personaje invisible me contestó:
- ¿No querías ver la Luna?
Y yo repliqué:
- ¡No vuelvo a montarme en una nave espacial! ¿Sabes lo desagradable que es subir así? ¡No pienso hacerlo!

Bien, lo que me llamó la atención estando despierta fue lo de "no vuelvo a", puesto que recordaba, en el sueño, una experiencia previa de ascenso en nave espacial que no me había gustado nada. No sabéis la fuerza que una subida de semejantes dimensiones puede ejercer sobre el cuerpo. Y aquí me pregunto: ¿cómo lo sé yo o puedo imaginarlo con tanta verosimilitud si jamás en la vida he montado en nave espacial? Era, concretamente, un cohete de esos que despegan de Cabo Cañaveral y os aseguro que el viaje no tiene ninguna gracia...

- Si yo fuera de la Luna me atraería su gravedad y no la de la Tierra y sería más fácil... - dije, levantando los brazos hacia nuestro satélite.

- Estan las dos caras de la Luna...

- ¡¡Que no, que en nave espacial no viajo!! Si la gravedad de la Luna me atrajera y no la de la Tierra podría llegar hasta allí -repetí levantando las manos- y seria más sencillo. Pero como soy de la Tierra me atrae la gravedad de la Tierra y así no puedo ir.

En algunos sueños puedo volar. Este era uno de ellos pero me elevé muy poquito porque, claro, la gravedad de la Tierra es la gravedad de la Tierra...

De repente la Luna en el cielo se hizo muy grande. Nunca había visto una imagen así de la Luna. Y me pareció increíblemente fascinante e increíblemente ... ¿cuál es la palabra que busco? es como si de pronto Todo fuera la Luna. Era... importante. Y enorme. Y brillante y fuerte y a medida que sentía esto me alejaba más y más de la Tierra. Estaba elevandome muy muy alto, y entonces me di cuenta de algo: el desasosiego. No tenía ni la menor idea de dónde iba a terminar mi viaje pero es que -aunque más suave que despegar en nave espacial- semejante alejamiento de todo lo conocido también llevaba pareja una cierta emoción de vértigo.

En los sueños a veces si puedo volar veo las cosas como un pájaro, pero es que en este la Tierra se estaba alejando mucho.

La Tierra estaba cada vez más y más y más lejos y entonces llegué a ese punto... ese terrible punto en el que no era ni de un lugar ni de otro. Estaba demasiado lejos de todo y no sabía a dónde pertenecía. ¿Véis por qué quiero poner una reclamación al Departamento de Sueños? ja ja ja. No es agradable la sensación de alejarse tanto de todo lo conocido, sobre todo si vas volando por el universo.

Aquellos instantes de "indecisión", de desanclaje o si lo queréis traducirlo a esa frase de: "No sé si es demasiado pronto o demasiado tarde, o las dos cosas", que seguro que habéis usado alguna vez cuando salís los fines de semana y es de noche, duró unos instantes mientras la superficie de la Tierra se alejaba y la Luna se hacía más grande frente a mí. Pero aun estaba lejos. Me sentí pequeñita y me asusté igual. Fue una fantasía de vuelo realmente... real. Ja ja ja... ¡¡¡¡tengo una imaginación alucinante!!!

Hasta que llegué a la Luna. Y lo mismo era su cara oculta porque había... muchos cráteres pequeñitos y el suelo era de polvo gris. Arena muy fina, ni siquiera arena, era... bueno, sí, como la arena del desierto. Daban ganas de barrerla, la verdad. Todo el suelo era gris y todo el cielo era negro. No había nada en el horizonte, pero si había cráteres. Si os soy sincera: es más bonita vista desde la Tierra. Aquel paisaje anodino y tan gris me desencantó un poco. Era un mundo extraño de cielo negro. Brillaban algunas estrellas pero, fracamente, los cielos son de colores, nunca había visto un cielo tan negro. Y un suelo de arena tan gris. ¡Y un planeta tan soso, caramba!

- ¿Y aquí vive alguien?

- Los selenitas.

- Pues yo no los veo. ¿Estas seguro de que vive alguien aquí? ¿Dónde?

- Es que viven escondidos bajo tierra...

Entonces sonó el teléfono y me desperté.

Seguro que Julio Verne tenía sueños así.

Feliz día!!!
Nell.

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