Cuando mi mente la toma conmigo...

^_^ Esto me pasa por poner lo que puse ayer, seguro.

He tenido un sueño... tocanarices. 

Soñé que estaba en el descanso de mi trabajo y así, de repente mientras paseaba, veía un avión en el cielo... sujeto por un globo. Curioso, ¿verdad? Pues... ahí estaba, jajaja, ¿quién ata un avión a un globo? Esto es ridículo. En vez de volar bien, andaba dando vueltas en el aire. Un círculo, otro círculo. En fin, pensé que era una idea nueva de la ciencia. Una idea nueva y estúpida. Luego me encontraba con una compañera de pelo rizado y look hollywodiense de mi curro, la saludaba, nos reíamos. Todo muy bien. Volví a la oficina y me conecté (es algo así como fichar, cada uno abre su sesión y se conecta...)
De repente ocurría algo asombroso... mi empresa es enorme y está rodeada por una valla, bien, pues de repente llega un camión y la derriba. Entera. Esto viene a ser algo bastante espectacular. Imaginaros que miráis por la ventana y de golpe un camión echa al suelo una valla. Y un montón de niños entran a saco en el patio de la empresa.

- ¿Pero esto qué es? -le digo a mis compañeros.

Mi grupo, panda de santos conocidos, me mira y me dice una compañera:

- Es que es el día de los colegios. Viene una excursión.

Vale. Una excursión. Pues nada, seguimos soñando, jajajaj (¡¡¡botón de despertador mental, ya!!!) Tropecientos niños entran en mi despacho mientras yo termino unas cosas y lo invaden todo. Montan un aula. Entretanto mis compañeros se levantan, recogen, toman los ordenadores en brazos, los teléfonos, sus carpetas... y se van. Y yo que estoy terminando una gestión me demoro. El departamento con el que quiero hablar comunica, no logro conectar con ellos. Al final, mientras una profesora explica a los veinte niños que han invadido el despacho no se qué cosas sobre la vida laboral, yo me levanto, frustrada, y me voy porque no hay quien trabaje con aquel griterío.

"Tengo que buscar otra sala en la que conectarme", pensé.

Y aquí el sueño empieza a dar por saco. Me perdí. Y odio perderme. Pero mucho. La sala que buscaba no estaba donde debería estar. Como no estaba, y yo trabajo fichando, o sea voy por tiempos, empecé a ponerme nerviosa. Quise llamar al Muso pero no le encontraba. Y mi jefe está de vacaciones (en la vida real). Así que seguí buscando. ¿Dónde estaban mis compañeros? Subí unas escaleras y en vez de la sala encontré un despacho lleno de libros. Allí no era. Bajé otras y di con la biblioteca, ¡mis compañeros estaban allí, pero no había sitio para conectarse! No quedaban más ordenadores. Además, había mucha gente alrededor de ellos, curioseando.

- ¿Pero y esto que es? -le pregunté a la misma compañera.

- ¡Pues que es el día del Universitario!

¿¿¿Cómo??? ¡¡¡¡¿Es que medio mundo quería ir a mi empresa o qué??!! El día del universitario, el día de los colegios... ¡basta!

Bajé de nuevo buscando la sala "inicial". Me empeñé en buscar algo llamado "La Sala de Operaciones" donde se suponía que yo había empezado a trabajar. Pensé que era un lugar amplio y estupendo donde seguro que encontraba sitio. Pero la dichosa "sala de operaciones" o "sala inicial" o como queráis llamarlo no estaba por ningún lugar. Vuelta a subir escaleras. ¿Desde cuando mi empresa tiene gimnasio, piscina y cafetería? Aquello era como una especie de Ciudad-Hotel. Me estaba volviendo loca (por eso os digo que el sueño tocaba las narices). 

Donde esperaba hallar la "Sala de operaciones" había una piscina y una chica dando clase de gimnasia a un montón de personas. Esto es ridículo. Cada vez estaba más enfadada. ¡Por fin un cartel que indicaba la sala! Pero... no me atreví a abrir la puerta.  Os explico por qué: había algo similar a unos carteles como los que figuran en los aeropuertos, todos girando a la vez y con un ruido muy particular. Me quedé mirando aquella cuenta atrás extraña y me asusté. No recordaba haber comenzado a trabajar en un sitio como aquel. Me dio miedo y me fui.

Frustrada, perdida, enfadada y sola. Estaba harta, no, lo siguiente. Bajé de nuevo escaleras y di con la piscina y con el gimnasio, y la chica que daba clase estaba limpiándose las manos en una toalla. Ya no había alumnos.

- ¡Necesito encontrar un teléfono!

- Hola -me dijo.

- ¡¿Dónde están las salas de trabajo?! 

Jo, pues no estaba yo nerviosa ni nada. En serio.

- No lo sé -me contestó la chica.

- ¡¡Tienen que estar en alguna parte!! Esto es una oficina....

- Llevo poco trabajando aquí -me dijo-, menos de un mes. Pero si quieres te puedo hacer de guía.

¡¡¡¡Ayuda, por fin!!!!! ^_^

- Vamos a buscar un teléfono -me dijo.

No creáis que cambió la cosa. Tan agobiada andaba yo que no me fijé en lo bonitos que eran los decorados del sueño. Salimos a una especie de patio jardín entre bungalows. Había escaleras mecánicas del jardín a los edificios. Había cabañas de madera, árboles... más que una empresa eso era una ciudad.

- Mira, ahí tienes una oficina.

Entré en una casita blanca con dos mesas, una pequeña como de secretaria, y otra enorme, de jefa. Me fui a la de jefa que estaba atestada de papeles. El teléfono no había quien lo entendiera, parecía una nave espacial.

- Madre mía -dijo la profesora-, ¡cómo se complica esta mujer!

- Este despacho no me vale -contesté.

- No, desde luego, vamos a seguir buscando...

Como trabajo por tiempos me estaba enfadando muchísimo. Era la única de los compañeros que no había logrado conectarse. Estaba enfadada no, lo siguiente. De verdad, estos sueños.... dichoso inconsciente puñetero. Si pudiera estrangularlo... lo estrangulaba.

Entonces pasó algo realmente raro. En el sueño salimos a un patio con un café. Había un señor de aspecto triste sentado en una mesa de madera, con una sombrilla. No conozco al señor.  Pero en el sueño sí le conocía. Aunque no sé quién es. No existe, creo, en la vida real. Llevaba un sombrero y un traje gris. Parecía buena persona, pero parecía muy cansado.

- Hola, Eva -me saludó.

Era la primera vez que escuchaba mi nombre en todo aquel galimatías así que le miré.

- Hola. ¡No consigo conectarme! -me quejé.

- ¡A ti!

¿Cómo? ¿A ti? En mi trabajo es habitual usar la fórmula: "gracias" y que el otro responda "A ti". La escucho como cincuenta veces al día. Pensé que aquel señor no me escuchaba. No me extraña por la cara de derrotado que tenía. En cierto modo daba pena. 

- ¿Has visto? -le dije a la guía-, le digo que no logro conectarme y me contesta como si le hubiera dicho gracias. ¡¡¡No me escucha!!! ¡¡¡La gente no escucha!!!! ¡¡El mundo está faltal!!!

(me quejo, me quejo, me quejo) Y más me quejo.

- Bueno -respondió la guía-, a veces estamos tan enfrascados en nuestros problemas que no escuchamos a los demás, ni lo que nos dicen.

Ya. Pues muy mal. Fatal. Sin conexión, sin... diantres, ¡¡¡¡que cabreo tenía!!!

Me desperté. 
Esto lo llamo un sueño tocanarices. ¿Por qué? Por algo fácil. El señor que dijo "A ti", la conexión tiene dos sentidos, el primero es el laboral, claro. Pero el segundo es algo más profundo. Es obvio que estoy nerviosa y no estoy en paz. Yo creo que el personaje, cuando le dije: "¡no consigo conectarme!" y me respondió "A ti..." no es que no me escuchara. Es que me dijo que no me estaba escuchando. 

¿Así que, qué hago ahora? me siento a escucharme en un rincón a ver si descubro que zarandea mi mente inquieta? ¡Pues NO me da la gana!
jajajajaja!
¿Veis por qué os digo que a veces me peleo conmigo misma? 
Saludos
Eva (Nelly)

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