Aunque me encantaría mantener en la primera plana la imagen y entrevista de Jordi (que ha obtenido también felicitaciones en el foro de literatura, pero son tímidos y no escriben aquí), tengo un par de anécdotas que merecen ser contadas.

En primer lugar, ayer me preguntó una persona que no me conocía si yo era "la autora de libros juveniles". Lo cuál me dejó... muy sorprendida y fue un subidón y una gran ilusión para los temas literarios. En segundo, el Colegio Costa Adeje ha decidido volver a poner La Casa Mágica de la Señora Asworth como lectura para el año que viene. Como el libro se editó en 2011 y sigue sin descatalogar es un verdadero éxito. Significa que se vende bien.

En tercer lugar tuve una entrevista en mi propia empresa, para optar a un puesto que me apetece mucho, y las personas que llevan la selección me dijeron: "Elegimos las presentaciones a ciegas, y nos ha alegrado muchísimo al ver quiénes eran los autores, que tú estuvieras entre ellos".

^_^ Caramba.

Y luego me ocurrió una simpática anécdota. Escribí una carta a una amiga íntima contándole qué tal me iba todo, como me sentía, qué novedades tenía, hablándole de mi nuevo libro, etc. Para agilizar la redacté en un documento, la copié y la pegué en el mail y la mandé. Pasaron un par de horas, seguí con mis gestiones.... y en un momento dado le dije a un jefe de departamento:

- Oye, necesito una autorización en este expediente...

El jefe, que es nuevo en ese puesto, muy cercano y amable, me dijo:

- ¡Claro! mándamelo por el messenger interno y autorizo con mis comentarios.

Allá que voy yo, me siento frente a mi ordenador, copio el expediente... pego. ENVÍO. De repente alzo la cabeza y, ¿¿qué veo pegado en el messenger interno?? MI CARTA.

Corre.

Titubeé media décima de segundo. Mi jefe estaba en la otra punta de la oficina, el puesto más alejado. Y cual escena de comedia norteamericana allá que atravieso yo, volando, sin prestar atención al decoro, la sala de punta a punta mientras me fijo en la cara que pone al abrir el messenger: una divertida mezcla de estupor, sorpresa, concentración e incomprensión. Era como si estuviera intentando desentrañar la piedra Rosetta. 

- Cierra, cierra, cierra!!!!!!!!! 

- No entiendo nada -me dijo.

Me entró un ataque de risa. Por supuesto que no lo entendía. Cerró la carta, no la leyó, pero... jajajajja, si viérais su cara. Esperaba un número de expediente, aburrido y previsible, y en su lugar... jajajaja, le llega una carta!!! Querida Menganita... hoy es un día estupendo, he hecho una entrevista maravillosa....

El caso es que no pude dejar de reír. Ya dio igual porque son de esas cosas tan puñeteras que piensas, ¿cómo me ha podido pasar a mí? Os aseguro que había copiado el expediente en la pantalla. Pero fue muy gracioso. Me pasé riendo dos horas.

Lo añado a mi lista de anécdotas de oficina: una vez regué una planta de plástico. 

Mi compañera de entonces pasó riéndose una semana... oye, ¡¡una se pone nerviosa!! y ... bueno, el vaso tenía agua. La planta tenía aspecto de alicaída (por ser de plástico, tenía envidia de las auténticas, seguro) Así que mientras hablaba con no se quién le di lo que había sobrado del té.

^_^ Bueno, también he escrito al agente literario que conozco porque esta novela que estoy revisando ahora tiene buena pinta. La escribí intentando que fuera de "autoayuda". Se la dejé a mi amiga íntima, me dijo: "esto es narrativa, no autoayuda. Y engancha". Se la dejé (todavía no) un adelanto, a mi única lectora. Se echó a reír. Ambas me preguntaron: ¿y si sabes estas cosas... cómo es que sabes estas cosas?????

Claro, claro.. es porque la voz del narrador no es la usual. Cuando yo era pequeña redactaba unas cartas para periódicos y unas historias bastante irónicas, tanto es así, que alguna en la universidad tuvo su eco. Un chico al que yo no caía bien y que no me caía bien en absoluto llegó un día destacando la carta del periódico. Era irónica a más no poder. Bueno, no es que sea irónica, es que es otra manera de ver la vida. No es la que suelo emplear. A decir verdad ese es el privilegio del escritor, poder ser muchas cosas. Sin dejar de ser uno mismo. Bueno, el caso es que cuando supo que la había escrito yo me miró con absoluta incomprensión y me dijo: "No es posible que tú escribas esto". No lo creyó. La carta empezaba con "Solo para estudiantes intrépidos" y ponía de manifiesto las deficiencias del aulario nuevo de Ciencias de la Información. No hubo manera de convencerlo de que yo era la autora (...es que a veces no sé con quién creen que hablan...)  ^_^  Debo de tener aspecto de mazapán, jajajajaj y claro. No conocen la bruja que llevo dentro. 

Es MUY divertido.

Esta novela, y con esto termino que me extiendo, tiene que ver con lo que me dijo un amigo de no crear el personaje para la historia, sino hacer historias de personajes. Tuve que elegir una voz de narrador, ya que suelo emplear la omnisciente en infantil y juvenil, sin embargo la tendencia editorial de los últimos años es publicar libros de "narrador-personaje". A la hora de elegir un "narrador-personaje" sólo tengo problemas con la primera persona del femenino si la chica se parece a mí, pues la primera labor del escritor es esconderse, así que lo que hice fue... imitar a mi amiga. Es una mezcla de mi amiga y una actriz. Me imagino el estilo y la voz interna que es la que cuenta la historia. 

Pues bien, yo pensaba que era autoayuda pero al parecer por algún motivo incomprensible esa voz interna del personaje principal... hace reír. 

Ojalá lo publiquen. 

Creo que podría ayudar a la gente.

Saludos!

Eva (Nelly)