Fui a ver un concierto de música india. Me encanta el baile, resalta mucho la feminidad de la mujer. Es un lenguaje, una vez di un par de clases de danza hindú y la canción hablaba de lo que hacía una mujer. Me sorprendió mucho porque el baile y las hermosas posturas de la mano se traducían en frases: "Ella siembra", "ella barre la casa", "ella recolecta", "ella se queda embarazada". Todas traducidas con movimientos voluptuosos y femeninos que resaltan habilidades y las tareas cotidianas de la mujer. En occidente a veces vamos tan deprisa a hacer mil cosas que se nos olvidan nuestras capacidades innatas. 

El espectáculo fue en los Teatros del Canal. Si queréis ver un trocito aquí dejo un enlace: http://www.teatroscanal.com/espectaculo/musica-danza-folclorica-rajastani/

Os va a recordar incluso un poco al flamenco porque según dijeron en el teatro se cree que nació por Rajasthan o que tuvo influencias de aquella zona de la India.

También me ha dado tiempo a ver "X-Men, días del futuro pasado", que es una película muy interesante y con un plus al final que yo no me esperaba y me hizo sonreír de oreja a oreja. Compré "la decisión final", entrega anterior, que es un tanto triste, y ya daba ciertas cosas por asumidas. Pero esta le da una vuelta de tuerca. Es entretenida y los superhéroes siempre llaman la atención, nunca sé qué poder me gusta más...Supongo que Logan es el favorito de todos pero Charles Xavier es protagonista muy importante de esta. 

Y entre otras muchas cosas, hoy domingo tenía previsto un curso de meditación shiné (de la calma mental).

¿Y qué es esto? os preguntaréis. Charlando de mil y una cosas, aquel a quien yo a veces llamo "Muso" me lo recomendó. No este en particular sino uno que tratara de ello. Abrí el calendario de actividades del templo budista que conozco y mira qué casualidad, resulta que tenían una práctica de shiné justo este fin de semana. 

^_^ Me acerqué con cierto reparo porque no siempre... bueno, con cierto reparo. Pero me he llevado una sorpresa muy grata. Éramos muchos, unas quince personas. Y el profesor era un tipo normal y corriente, como el que te puedes encontrar tras el mostrador de una panadería o de una tienda de ultramarinos. Un hombre sencillo, con una camisa de cuadros y un pantalón vaquero. Los asistentes al curso también eran gente variada y de lo más sencilla y normal. Incluso vino un chico muy, muy guapo. Pero ese no quiso darme su e-mail. (jajajajja!) En fin. Lo bueno de los e-mails es que resultó que cada cual trabajaba en una empresa, y eran empresas de lo más serias. No sé, me gustó un montón. Me daba miedo llegar y que todos estuvieran con túnicas, enormes collares de cuentas y me miraran con cara de: "uy, una chica que no encaja aquí para nada". jajajaj... Pero no son así.

Había quién se escapó del trabajo un par de horas para asistir. Había parejas que venían por acompañar a su maridos, que eran quienes más entusiasmo tenían por temas de budismo. Había amas de casa, trabajadoras, jóvenes, filósofos más comprometidos pero en general... gente normal. 

Y a mí la normalidad me encanta. Y si encima de normalidad puedo aprender algo, mejor que mejor.

El retiro estaba lleno de ejercicios estupendos que ¡¡vienen todos en mi libro de Hacer Buda!!. Les hablé del libro y también les pregunté si les gustaría formar un "grupo" por mail para charlar, avisarnos de estos temas y demás. Se apuntaron todos menos el chico guapísimo. Que pena. 

Si os interesa, los ejercicios a mí me sirven de mucho: 

LIBRO

¡Ah! pero casi me olvido. La primera parte de la meditación el profesor nos comentó algo que había dicho en un curso, sobre que ... ¿cómo lo dijo? bueno, trata de que estar en calma y en paz y la alegría y todo eso es la verdadera casa de la mente. Algo así, dijo. En realidad viene a decir que si todos estuviéramos en contacto con nuestra verdadera naturaleza seríamos más felices y el mundo sería un lugar mucho más feliz. Y como dijo algo sobre... sobre una historia que había contado de un elefante... os voy a contar un secreto: Yo no asistí al curso, solo al retiro que era hoy, así que los primeros 40 minutos de meditación me los pasé imaginándome un cuento. Uno en el que yo era un niño que vivía en una aldea India, y tenía que llevar a un elefante blanco a su casa, por medio de una jungla. Nadie sabía de donde había venido el elefante, ni de donde era, pero tenía la piel blanca y asombraba a todos.... así que mientras los demás meditaban... yo me imaginaba una jungla llena de árboles, lianas, serpientes, charcos y obstáculos que me recordaron un poco a los problemas del día a día que tenemos todos. Es decir, en vez de un atasco terrible de tráfico tropezaba con un árbol caído. En vez de estar estresada me caía en un hoyo lleno de fango, o nos sorprendía una tormenta de granizo o una ríada. Y mi labor consistía en sortear todos aquellos obstáculos para descubrir de dónde puñetas había venido el elefante. Me lo pasé pipa.

Entonces sonó el "gong!" de "se acabó el primer ejercicio" y al abrir los ojos, antes de hacer el siguiente me fijé en que había un mural con un elefante en la pared. 

Vamos, que me tuve que centrar mucho porque la "cuerda" interna que tengo yo, el diálogo interior... es terrible. El profe dijo que teníamos que aprender a estar con nosotros mismos y demás. También dijo cosas que de no ser porque alguien lleva una semana hablándome de ellas me entrarían por un oído, me saldrían por el otro y escuchar las escucho, pero ni idea de lo que habla.

No es lo mismo escuchar que entender. Puedes escuchar algo muy atentamente y pasarte mil años sin entenderlo. Es como si le describes a alguien lo que es la lluvia y luego lo pones debajo de una tormenta. Por más que le hables del olor a electricidad o del agua sobre la piel no tendrá ni idea hasta que no lo sienta. Pues eso. Que es un mundo.

^_^ Feliz Domingo!!!!!

Nelly.

posdata: como seguimos sin música (el recuadro se ve en blanco y se ha estropeado) voy a poner aquí la canción que más me apetece compartir y escuchar. Es un "diálogo" musical, entre un saxofón y una guitarra. Se llama "Lili was here":