El fantasma y la señora Muir

Dominio público
 (fuente en internet, varias, ej. Wikipedia)


La película es del director Joshep L. Mankiewickz  y se estrenó en 1947. Es muy triste, no me ha gustado (bueno, hay cosas que no me han gustado). Junto con "La Carta", de Wiliam Wyler, son las dos películas de las que llevo vistas de cine antiguo que menos gracia me han hecho. 

El cine antiguo es como las novelas: desarrollan con esmero a los personajes. Toda la acción o buena parte de ella está sostenida por los diálogos. Eso es curioso y también bonito, ya que ahora, al igual que con las novelas, si en los primeros dos minutos o en las primeras dos páginas no hay un muerto, asesinato, hecho impactante o explosión... se descartan. Eso lo comentábamos en unas tertulias y lo repetiré en la feria del libro si nos juntamos de nuevo los escritores de siempre (y alguno más): no es justo que el editor te descarte en la primera hoja. Que yo sepa en la primera hoja de Jane Austen no da tiempo ni a describir un jardín. Hojas y hojas de salones y tés para llegar a lo de...."te amo a pesar de mi mismo" (so-melón, no se lo perdonaré nunca, jajajajja) No sé si entendéis lo que quiero decir: da gusto ver cine o leer para entender pausadamente a los personajes. 

No sé porqué de pronto me han entrado unas ganas locas de comprar Las Horas, de Cunningham. Un momento... ¿no lo he comprado ya? Cielos...

Bueno, al tema. La película trata de una mujer viuda, con una hija, que se muda a una casa con un fantasma: el capitán Greg.

Son tan ingenuos que algunos efectos especiales te los tienes que imaginar (es un fantasma y se supone que cuando echa a la suegra y a la cuñada de la casa ellas no lo ven) y hay cosas rematadamente machistas. Pero otras son tan... auténticas. Y eso que es una película. Él es muy irónico, ella muy obstinada. De la ropa de baño mejor no os hablo, ¡¡¿sabéis la cantidad de ropa que se ponían para ir a la playa??!!

El problema es que cuando ella dice lo de "yo no nací para conocer esa clase de felicidad" o de dicha... o algo así, bueno, pues resulta ser cierto. El fantasma se va, el único protagonista masculino que aparece (quitando al simpático editor) es un... innombrable capullo. Vaya, lo he dicho. Es imbécil. Hay una escena en la que la esposa (que ya se ve venir) de ese idiota le dice a la señora Muir (esa escena por lo poco que hablan ellas me encanta, eso es auténtico): "Perdone, ya entiendo el error y ha pasado otras veces. Lo siento". O sea: mi marido es imbécil y vienen muchas jóvenes a casa sin saber que está casado.

Es como decir: tengo un ladrón en casa y me alegro. 

Un desastre. No me ha gustado lo solísima que está la señora Muir. ((¿¿solísima existe??)) No existe, pero se me entiende: madre mía, una vida entera sola. El fantasma la borra de su recuerdo (llorera), y encima, su hija también lo adoraba (más llorera). No saben si ocurrió o no ocurrió. Total, que vive sola y se muere sola. Vamos, lo que viene a decir la pelí es: "vaya, mi príncipe azul era un pirata, y encima está muerto"

Hala, al cajón de Orgullo y Prejuicio, jajajjaja.
(Que sepáis que no me gusta nada Jane Austen, no logro leer ni un libro de ella)

Ahora necesito leer a Richard, el de las Horas. Estoy por comprarme el libro de camino al curro, jajajaj.

Bueno, seguiremos con las otras dos pelís recomendadas: Cautivos del mal y Carta a tres esposas.

^_^ Es muy curioso el cine antiguo. Aunque proteste en verdad me gusta verlo y aprender.
Saludos!!!!
Nelly. 




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