La pesadilla más terrible de los últimos tiempos...

Acabo de tener la pesadilla más terrible del siglo. (bueno, quizá exagere un poco)

Veréis, la historia comienza en una ciudad, con sus casas, sus edificios, la gente, los vecinos, los amigos, compañeros, etc. Lo normal. Pero de pronto ataca la urbe un enorme sapo. No un sapo "grande", no, era enorme. Medía lo que un piso de cinco plantas. ¿Cómo se puede soñar con algo tan monstruoso? Allá por donde pasaba, lo destrozaba todo. Cuando alguien se ponía a su alcance, ¡zas!, sacaba la lengua de diez metros y se lo comía. 
Ya sé que contado queda incluso gracioso pero probad a soñar con ello, no lo es. Parecía el sapo del Laberinto del Fauno pero todavía más enorme, horrible y espeluznante. 
La única ventaja de estos sueños es que puedo volar para escurrir el bulto. Pero ni con esas, ¡se estaba comiendo a mis conocidos de la ciudad! Bien, cuando ya no quedaba casi nadie y no podía soportar más la tensión de ver aquel monstruo saltando de súbito para destrozar casas y terminar con gente, decidí ir a buscar a alguien daba aún más miedo. Era una especie de fantasma, pavoroso también, por lo que mi amiga (o una amiga) me dijo: "no es buena idea, ¿cómo vas a ir a buscarlo?"
Pues mira, es que tenemos un monstruo suelto destrozándolo todo, contesté.
En estos casos una debería despertarse sin más. Pero como no tenía ni idea de que dormía, pues nada, allá que fui al lugar más recóndito, apartado, ruinoso y ... ya no sé qué palabra usar porque daba miedo no, TERROR.
¿Se puede saber por qué existen las pesadillas? 
Me acerqué a una parte de la ciudad que sólo estar allí causaba espanto. Y había ... vampiros. Porque después de un sapo pavoroso lo único que se le puede ocurrir a mi imaginación es poner vampiros. Buscábamos a uno en concreto, aunque sus amigos casi nos comen.
Dicho vampiro monstruoso amenazador le dijo a los suyos que esperasen un momento antes de acabar con nosotras (yo no recuerdo quién me acompañaba), y luego me preguntó:
- ¿Qué haces aquí?
- Hay un sapo enorme atacando la ciudad y comiéndose a todos los que se encuentra. Necesito tu ayuda.
- Mi ayuda no es gratis -me contestó aquel... ser, que de verdad, de verdad, ¡¡¡¡¡¿por qué sueño con estas cosas?????!!!!
Me quedé callada, mirándolo. 
- Te ayudaré pero a cambio quiero un alma.
Genial.
Era el diablo, jajajajajaj. No, en serio. ¿Hay forma de no soñar con nada? Mis amigos me dicen "qué suerte, Nelly, recuerdas tus sueños" y yo les miro con cara de "no sabes de lo que estás hablando".
- Vale.
- Vamos.
Mi amigo, el fantasma que daba pánico y yo regresamos a la ciudad.
- ¿No deberíamos llamar su atención? -dije mirando a los tejados por los que temía que asomara el monstruoso sapo.
- No -contestó el fantasma-, déjalo. Ya se asomará.
Y efectivamente, allí que apareció una cabeza de sapo que medía lo que un tejado entero. Yo salí volando (perdonadme un momento que se oye un ruido raro por la casa y temo que sea el vampiro... No me lo puedo creer, ¡se ha caído una cosa de la estantería! ¡¿cómo puede ser?!) Total,.... como iba diciendo, pánico no, lo siguiente. Mi amiga y yo nos refugiamos en un bar, pero luego no podíamos salir, la puerta se atrancó, la gente gritaba como loca. Esto era un verdadero desastre.
Bien, salimos dándole una patada a una puerta. Y entonces vimos que el fantasma estaba venciendo al monstruoso sapo. Tanto así que lo mató. Genial, un problema menos. El sapo era cada vez más pequeño y más pequeño y al final el fantasma lo aplastó.
Ahora quedaba otro asunto. Él.

Pasado un cierto tiempo me acerqué de nuevo a ese lugar oscuro y tenebroso de la ciudad. Había un mal rollo por allí y unos espíritus y lo que os podáis imaginar. Yo me estaba poniendo de los nervios.
- No puedo darte a nadie -le dije.
Ya sabéis, lo de "mi ayuda no es gratuita". No hace falta decir que al vampiro.... bueno, yo no sé si me entendía o no, pero incluso siendo personajes, va contra mis principios decir: "ah, pues toma, quédate con ese". Va a ser que no. El vampiro se acercó, algo se interpuso y allí delante mío acabó con lo que quiera que fuera. No era un ser físico, era como una especie de espíritu que se puso en medio para evitarlo. Al final acabé yo con un mordisco en el cuello. Y me dijo:

- Ahora cuando yo quiera tendrás que venir.

Ya pasamos de pesadilla a terrorífico sueño pavoroso. ¿Se puede saber quién hace el guión de los sueños? porque si soy yo, ¡está mal escrito!. Con un poco de suerte, pensé, igual se olvida y no tengo que venir nunca. Pero el sueño termina fatal. A las pocas noches me llama. Y me dice: "vamos a cazar. Al mundo de los humanos".

Me dio tal susto que me desperté.
Horrible, por favor. Nada de soñar con estas cosas, cuando quiera ver una pelí de miedo, me la compro. No quiero fantasmas que se dediquen a vagar por las noches por "el mundo de los humanos", gracias. 
Estoy enfadadísima. 
¡Y encima se caen las cosas solas!

¡De verdad, así no se empieza un martes!
(podéis contar pesadillas pavorosas o sueños bonitos para ver si se me pasa el enfado)
^_^ 

1 comentarios:

Aelo dijo...

Hmm, a mí me gusta tu pesadilla, es una forma de no aburrirse ni cuando se duerme.

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