Un sueño de la Tierra Media

He soñado con una ciudad llena de canales. Una ciudad al borde de la guerra y más bien tirando a medieval, aunque tenía detalles que no eran medievales, pero en general y sobre todo al comienzo del sueño, lo era. Parecía una ciudad de la Tierra Media.
La quería invadir un malvado ejército, con barcos, espadas, ballestas, dagas y arcos. Pero nuestra armada también se estaba preparando para repeler semejante ataque así que todos los canales estaban llenos de barcos de distintos tipos y tamaños, con sus velas triangulares, sus pequeños bauprés y todo lujo de detalles. Algunas velas eran a franjas como las de los barcos vikingos, algunos barcos solo tenían una y otros tenían varios mástiles.
Yo no estaba a bordo de ningún barco, estaba en la orilla de uno de los canales, y pensé que tendría que buscar refugio cuando de repente se oyó un griterío enorme. Miré hacia atrás y vi los barcos en el canal y no sabía de qué se asustaba la gente, pero entonces descubrí detrás de los barcos, detrás del canal, por encima de las casas, una ola gigantesca. Un tsunami de los que (espero) solo se pueden ver en películas de Hollywood. Era una ola tan grande que podía cubrir y destruir toda la ciudad. Era tan grande que al avanzar tapaba el sol. 
Eché a correr y notaba el agua, ya sabéis, la ola se tragaba la ciudad entera y aunque no había roto sobre ella todavía la gente huía despavorida y el agua comenzaba a caer del cielo y a salpicarnos. Los edificios de la ciudad cambiaron ligeramente según yo corría hacia su interior (se volvieron más modernos) y al final llegué a un cruce de canales, donde se ensanchaban los cauces y había más barcos. Allí estaba anclado el grueso de nuestro ejército. 
Esa ola se iba a cargar a todos. Supuse que era magia,... magia de los enemigos en este sueño.


fuente: internet, google, varias. Obra: La gran ola de Kanagawa

No sabía qué podía hacer porque tampoco sabía quién era en este sueño. Una de las características de las novelas de fantasía épica y los juegos de rol, es que cada raza, cada personaje, tiene unos dones y unas características muy marcadas. Me dijo una vez un amigo: "si eres mago, no puedes ser un buen guerrero con la espada, y al revés."
Pero yo no tenía ni idea de qué personaje era. Sólo sabía que la ola se iba a cargar la ciudad. La destruiría completamente, con todos sus habitantes dentro. 
Me refugié en un portal, cuando el cielo ya estaba oscuro y la ola sobre nuestra cabeza, y entonces pensé que no podía dejar que aquello ocurriera. Así que... hice magia.
No tenía ni idea de si iba a funcionar o no, pero... traté de mover aquella ola, traté de que no cayera y de que no hiciera daño a nadie.
¿Y sabéis qué?
Funcionó.
Me costó un poco... pero.... no cayó. Una parte se fue a estrellar al fondo de uno de los canales en cuyo cruce yo me hallaba. La otra parte... simplemente se mantuvo arriba, sobre los barcos, sin descender... otra... se convirtió en pompas de jabón. (Sí, caían pompas de jabón, lo cuál era menos peligroso). Notaba la ola y la dirigí lo más lejos posible de la gente, para que no hiciera daño a nadie.
Cuando vi que podía hacerlo, ¡¡¡me entusiasmé mucho!!!
Y entonces, en el sueño, apareció Aragorn (ya os dije que era un sueño de la Tierra Media) Me cogió del brazo y me llevó dentro de aquella casa en cuyo portal yo me había refugiado; abrió la puerta de una patada. Sentí que él era mucho más grande que yo, o que yo era muy joven, no lo sé, pero su figura imponía mucho. Y la espada y la ropa y las mellas en la empuñadura, a causa de mil batallas.
- Quédate aquí -me dijo.
Gandalf llegó detrás de él. 
- ¡¡Gandalf, Gandalf!! -grité-, ¡¡he parado la ola!!
De verdad, estaba loca de alegría.
- ¡¡¡He parado la ola!!! -le dije-, ¡los he salvado a todos!
Gandalf me miró y os aseguro que el personaje tenía todo lujo de detalles, incluida la misma expresión facial y toda la esencia del personaje de la película.
- ¡He parado la ola, Gandalf!
Sus labios se movieron ligeramente. Como el Gandalf de la película (también llevaba su bastón).
Entonces caí en la cuenta de algo, al fijarme en su cara.
- ¿No has sido tú, verdad? -le pregunté muy enfadada.
(bueno, quizá no tan enfadada...)
- ¿¿¿Has sido tú??? - (ahora sí, enfadada)
- Bueno, -contestó-, te he ayudado un poco.

¡¡Eso NO es justo!!

Ayuda, ayuda... no necesitaba ayuda. La leche. ¡¡Era MAGA!!

Aragorn estaba preparándose para volver a salir fuera, donde la batalla comenzaba. Gandalf también me pidió que me quedara allí.

- ¡No, yo quiero pelear!

Hay que ver... qué belicosa soy.

- No, es mejor que te quedes aquí.

- ¡De eso nada! -grité-, ¡Puedo pelear! ¡Yo quiero pelear!

- De acuerdo -dijo Gandalf-, ten, prueba con esto.

Me dio una espada (¿por qué tengo la sensación de que en este sueño yo era más pequeña o más joven que todos los demás...?) que yo levanté y al quitarle la funda... me di cuenta de que la hoja estaba rota, o torcida, o bien era una espada que más que espada parecía ... no sé, un adorno.

- ¡Esta espada no vale! ¡Dame una de verdad!

¿Acaso no tenían los hobbits armas decentes? (nadie ha dicho que yo fuera un hobbit, pero hasta los hobbits tenían armas mejores que aquella)

No me atreví a contrariar a Gandalf porque cualquiera se mete con él. jajajjaja, me cae fatal. Entonces acudí a Aragorn. Él me dijo:

- Escucha, si tu destino fuera pelear, tendrías una espada mejor -me contestó-, pero lo que tienes que hacer es quedarte aquí, es demasiado peligroso.

Si mi destino... dice.
Entonces tuve un presentimiento. Me di la vuelta, en aquella casa onírica. La pared del fondo estaba repleta de espadas: ERA UNA ARMERÍA. Espadas colgadas de la pared, espadas en exposición.
jajajajaja, salí corriendo a por una. Aragorn me cogió del brazo.

- No -me dijo.
- ¡¡¡Has dicho lo del destino!!! ¡¡¡Y esta casa está llena de armas!!! ¡Yo puedo pelear!

Me libré de su brazo y me acerqué al fondo de la casa. ¡Había tantas! Tenía que elegir una adecuada, por mi peso no podía ser demasiado grande. De nada me servía un arma enorme si no era capaz de ser ágil. Mientras la seleccionaba, Trancos y Gandalf abandonaron la casa (uno dijo algo de "tenemos que irnos" y el otro algo le contestó, que no recuerdo... ) Pensé que podría unirme a ellos luego, pero al poco de irse tres jóvenes con una ballesta irrumpieron en la armería.
No eran enemigos, aunque me dieron un buen susto. Querían lo mismo que yo, armas. Les dije que yo también y empezamos a pelearnos por unas y otras (pelear sin pelear, más bien, nos incordiábamos mutuamente), total que yo conseguí una muy buena pero cuando iba a salir para enfrentarme a los malos, le quité la funda y no era una espada, era un conjunto de cuchillo, tenedor y cuchara.

¿Pero que es esto? ¿sabotaje?

En estas... otros visitantes llegaron a la casa. Un caballo. De color negro, con el pelo brillante. Debía de ser de uno de los chicos. Lo acaricié y un gato o un perro aparecieron por allí también, correteaban entre mis pies. El caballo movió la cabeza y relinchó y le dije: "¿sabes? tengo una mascota a la que le encanta que le acaricien también". Noté entonces dos patitas apoyadas contra mi pierna y bajé la cabeza: "¿Puca?", pensé sorprendida, ¿¿qué haces tú aquí??.

Y me desperté.

Sí, claro, porque ya me diréis que hacía Puca en la Tierra Media.

http://www.cobayas.org

^_^ Vaya imaginación.
Nelly.


2 comentarios:

Karla Ximena dijo...

Que genial tu sueño, a veces también tengo unos sueños así, pero no muy seguido y no con Aragón, aunque me gustaría, aunque más con Legolas XD, besos.

Nelly dijo...

Sí, la verdad es que son divertidos, jajajaja :) besos, Karla!

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