Últimas adquisiciones de libros... :)



No son todos míos, jejejej... pero ahora los estoy leyendo. Esta parece ser las semana de Mark Twain. ¡El Universo me ha traído dos libros suyos, jejejejejeje...!

Encontré el de Cincuenta cuentos Zen en la tienda del museo Reina Sofía. Es fantástico. Lo abrí y me encontré esto (os voy a poner solo uno y espero que sirva como publicidad del libro, esa es la intención)

"Yamaoka Tesshu, joven estudiante del Zen, se dedicaba a consultar a un maestro tras otro. En una ocasión, visitó a Dokun de Shokoku. Deseoso de mostrarle lo que había aprendido, dijo:
- En definitiva, el espíritu, Buda y los seres sensibles no existen. La verdadera naturaleza de los fenómenos es el vacío. No hay realización, no hay ilusión; no hay sabiduría, no hay ignorancia, no hay maestro, no hay discípulo. Nada que dar ni que recibir.
Dokun, que fumaba tranquilamente, no dijo nada, pero, de improviso, le propinó un fuerte golpe en la cabeza con su pipa de bambú, lo que encolerizó al joven, que se revolvió airadamente contra él.
- Si nada existe, ¿de dónde procede esa cólera? -le preguntó Dokun."

jajajaj!
Lo que me reí con el cuento. Y me he reído con varios más, son estupendos. Llevo leídos unos 8 cuentos y el de "aprender a estar en silencio " es buenísimo.

En cuanto a Las Horas, de Cunningham, dije que no lo reseñaría antes de terminarlo pero me voy a atrever. Sólo dos pinceladas.
Trata de tres situaciones, tres vidas, unidas por un libro. La primera, es la autora, que se suicida. Me encanta como describe el autor la escena. Lo que elige decir para narrarla.
La segunda situación es la señora Brown, que si no me equivoco (no lo sé seguro todavía) está unida a la tercera, pues es el futuro de su hijo pequeño. Richard.
El libro es triste, arranca con un suicidio, sigue con un "no sé si me puedo amoldar a esta vida" y continúa con "vamos, Richard, es tu fiesta, sólo intenta estar ahí y no hacer caso a tu enfermedad, nadie te pide que hagas nada..."
Bien, dentro de este hilo argumental, dentro de este tono... hay algo maravilloso. Cuando yo describo a un personaje pienso "¿es alto? ¿es bajo? ¿qué me dice su cara, qué su ropa? ¿qué sienten los demás por él, cómo lo expreso?..."

Vale, atentos:

(no sabía por qué fragmento decidirme porque el libro está lleno de frases grandiosas tipo "el vecindario hoy era una imitación de sí mismo, un carnaval para turistas.... etcétera, etcétera)

"Richard es incapaz de imaginar una vida más interesante o valiosa que la que viven sus amistades y él mismo, y por esta razón uno se siente exaltado, expandido en su presencia. No es uno de esos egotistas que miniaturizan a los demás. Es el tipo opuesto de egotista, que obedece a impulsos de grandiosidad y no de codicia, y si insiste en una versión de ti mismo que es más divertida, extraña y más excéntrica de los que sospechas que eres-capaz de hacer más bien y más mal al mundo de lo que jamás hubieras pensado- es casi imposible no creer, al menos en su presencia y durante un rato después de haberle dejado, que es el único que percibe tu esencia y pondera tus verdaderas cualidades (...) Solo al cabo de un tiempo después de conocerle empiezas a comprender que, para él, eres un personaje fundamentalmente novelesco, al que ha investido de una capacidad casi ilimitada para la tragedia y la comedia, no porque esa sea tu verdadera naturaleza sin porque él, Richard, necesita vivir en un mundo poblado de figuras imponentes y extremas. Algunos han roto sus relaciones con él porque se niegan a seguir siendo figuras en el poema épico que está siempre componiendo en su cabeza..."
Las Horas.

Supongo que lo que intento decir es que el libro es íntimo en la descripción de personajes. 
Usa el narrador omnisciente pero en la parte de Clarissa no, porque ahí el autor deja que sea ella la que exponga todo. "Clarissa siente... Clarissa puede... Clarissa ve..." ¿Por qué lo habrá hecho así sólo en esa parte del libro? Tanto la señora Brown, como la parte de Virginia... desde luego en la señora Brown no lo usa tanto, porque el narrador conoce lo que sienten otros personajes y lo expresa. Más allá de la visión de ella. 

Es un "narrador disfrazado" (Manual de Técnicas Narrativas) y leo textualmente: "sabe lo mismo que el personaje que habla, ni más, ni menos. Lee su pensamiento pero no el de los demás".
Sólo es así puramente en los capítulos de Clarissa. ¿Por qué?
Veamos, a las siguientes Jornadas Literarias habrá que traer a Cunningham... (por cierto, ¡¡seré ponente en septiembre!!)... claro que igual ni él mismo sabe por qué lo hizo.

Saludos!!!
Nell. 


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