A Shakespeare le gustan los enredos,...
NOCHE DE REYES
Dos hermanos gemelos naufragan junto a las costas de Iliria, un país imaginario gobernado por el conde Orsino. Sebastián y Viola se separan cuando el barco se hunde. Ambos creen que el otro ha muerto. Viola se hace pasar por hombre, y entra al servicio del conde Orsino provocando una serie de enredos de lo más extraños. Y es que el conde está enamorado de la condesa Olivia, pero ella no le ama, y al mandar a Cesario (Viola disfrazada) a defender sus sentimientos ante ella, Olivia se enamora de él (sin saber que es una mujer).
- A Shakespeare le gustan los enredos,... -dije viendo el espectáculo.
- Sí, mucho. ¿No lo sabías? ¿No has leído nada de él?
El teatro leído me aburre, lo he intentado varias veces pero nunca me engancho.
Sin embargo, he visto Sueño de una Noche de Verano y creo que empiezo a pillar al autor. A verlo. Es fantástico, lía las cosas de tal manera que no sabes cómo va a solucionarlo... tiene su mérito, tiene su toque.
En la obra dirigida por Eduardo Vasco, los personajes van vestidos de los años 20.
Lo que más me ha gustado es la locura del mayordomo. Un personaje estirado al que al resto de habitantes de la casa, por venganza, hacen creer que su señora está enamorada de él. Y entonces se vuelve loco, jajaja,... se pone pantalones amarillos (no amarillo pollo color intenso como el sol, sino amarillo mostaza...)
Entre tanto, Viola disfrazada de muchacho confiesa sus sentimientos al conde, siempre con gran locuacidad. La joven disfrazada domina el arte de la conversación y las palabras, me encanta su lenguaje corporal, su traje blanco y su sombrero. El conde se muestra confuso (¡¡¿se podía hablar de esas cosas en aquella época?! Hay cantidad de ambigüedad sexual y enredos!) y al final uno de los pretendientes reta a Viola, disfrazada de Cesario. Ella no quiere meterse en líos, pero en mitad de la pelea, cuando lleva las de perder, el hombre que ha salvado a su hermano de morir, el capitán Antonio, se mete en la refriega pues confunde a Viola con su hermano Sebastián.
Luego el hermano llega al reino. La condesa Olivia le confunde con la emisaria del conde (con Viola disfrazada), y se arroja en sus brazos rogándole su amor. Ese día se desposan (él sin entender porqué ella lo ama). Al enterarse, el conde se siente traicionado por Viola, pues le ha robado a su amor (o eso piensa, pues en verdad es su hermano gemelo el que se ha casado con ella), y por fin todo se aclara y Viola le confiesa al conde lo que siente.
Muy buenos actores y muy buena representación.
Y grandes frases del dramaturgo: "es un muro contra los impedimentos...", "sólo el necio confunde valor y precio"... la obra esta llena de frases para la reflexión. Aunque acortaría la escena de los borrachos, se me hizo un pelín larga.
Si os interesa, está en el Teatro Abadía de Madrid: haz clic.
¡Saludos!
Nell.
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