Sueños de un escritor,...



No me refiero a los de tener fama y éxito, sino a los otros, los que se escriben por la noche. Hace dos soñé que llegaba con unos amigos a un pueblo, y no sé cómo terminábamos en un campamento gitáno, donde robábamos un coche a unos niños (tampoco me preguntéis que hacían tantos niños en aquella plaza y con coches y motos...) ¡ah, ya sé, debía de ser un mercado! El caso es que tras "negociar" con otros chavales que estaban jugando al fútbol, robábamos un coche y me dirigí luego a la costa,... pero al poco rato el sueño cambia y resulta ¡que tengo una moto con sidecar!

Al llegar a la costa, y os prometo que no me lo invento, lo soñé realmente, resultó que yo era capitana de un barco pirata. ¡Toma ya! ¡Jefa! jajajajjaja. Y había una especie de batalla naval y yo tenía mi propio barco. Aunque había cientos de barcos en aquel mar, no sé muy bien a dónde íbamos. Lo que sé es que yo tenía el mío. Y era tan grande y tan estupendo que casi me llevo por delante otra embarcación más pequeña.
- ¡Capitana Nelly!
- ¿Sí?
Y me desperté.


Lástima. Ahora que iba a empezar a mandar...


Al día siguiente soñé otra cosa. Soñé que iba paseando por el campo y me caía por un agujero, algo así como "Alicia" en el país de las maravillas, al comienzo de la obra. Sólo que al fondo no estaba el país mágico, sino un charco lleno de barro. Y un espejo.
Supongo que cualquiera habría podido sentirse de mal humor si te caes cuando paseas y aterrizas sobre un lodazal. Es para enfadarse.
Pero yo no me enfadé. Cogí una enorme bola de barro y la lancé contra el espejo. ¡Chof!, jejejejeje.
Seguro que alguna vez habéis jugado a batallas de bolas de nieve. Pues igual, terminé llenísima de barro: el espejo sucio, la ropa sucia, el pelo sucio, la cara llena de barro. Me quité un poquito de la cara y me dije:
- Pareces una figura de chocolate.
Y me desperté.

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