¡Este libro esta loco!


Me dijo una amiga que me recomendó un estresómetro: "esto no está bien".
- ¿El qué?
- Que me puntúes un nueve en "miedo a equivocarte".
Pues a mí me parece lógico. Tras una buena discusión, mi amiga me dijo:
- Los problemas tienen distintas soluciones. Y todo el mundo se equivoca.
Yo contesté a mi amiga lo siguiente:
- La mera existencia de un problema indica, necesariamente, que tiene una solución. Un problema es como la X de una ecuación. Y si está la X, esta la forma de solucionar la X.
- Y es una e invariable. Y correcta. Y perfecta.
- Eso es. Otra cosa es que la sepas o no.
- Ya, y siempre depende de ti, ¿no?
- Sí. 
- Pero hay cosas que no puedes saber.
- Bueno, pero eso es un fallo mío.  
Luego pensé que igual en ese punto había sido un tanto tajante. La conversación es un tanto aproximada, también os digo, pues como tiene la habilidad de ... molestarme, porque hay personas que nacen con la habilidad de tocarme las narices (yo no sé si para bien), pues luego no me acuerdo de las cosas.
Claro que es para bien, por supuesto. 
Siguiendo mi fantástico libro de ejercicios Zen, resulta que he llegado a una parte en la que te proponen un estresómetro. 
Os voy a contar para qué me sirvió el ejercicio de ayer. Te pedía que pusieras las emociones negativas en una lista. Y luego, aquí está lo curioso, que pusieras para qué te sirven
Nunca me había parado a pensar que las emociones negativas sirvieran para algo. De la lista de diez, las tres primeras, resultó que tenían utilidad. O yo les veo utilidad. El enfado, por ejemplo, para que no pisen tus derechos. Porque la gente los pisa. Los pisa mucho. Luego venía el miedo, que me ahorraré daros la respuesta, y luego (en mi lista) otra que no sirve para nada y por último, los nervios -supuse yo-, para estar alerta.
Pues bien, poco antes de irme a trabajar perdí un billete de tren. Me puse tan de los nervios que hasta me temblaban las manos (no soporto llegar tarde y voy con la hora pegada). Revolví la casa, llamé al trabajo, me puse más histérica todavía, pensé ocho mil soluciones y al final dije: "tira y compra otros billetes y punto".
Era una solución. 
Y es que el día anterior un joven en el tren me había devuelto el abono porque se me cayó sin darme cuenta.  Como tengo tropecientos millones de cosas en la cabeza (o más) y mi vida es un descontrol, pues me pongo de los nervios.
Total, que al subir al vagón, pensé: "vaya zen estás hecha". Pero luego me dije que igual podía utilizar lo aprendido para este caso. Así que cerré los ojos, respiré hondo (como en los ejercicios), me calmé y visualicé el billete perdido.
Y entonces.... bueno, no tardé ni tres segundos, chicos, en encontrarlo. Simplemente, vi donde estaba.  
Fue tremendo. Y pensé, ¿qué he aprendido de esto?
Que en la lista del cuaderno de "nervios", hay que borrar el "no, si sirven para estar alerta". Lo que sirven es para bloquearte.
Sabéis qué? odio el cuaderno, odio a mi amiga, ¡¡y odio a todo el mundo!!
Le lección de hoy del libro te habla de cómo expulsar emociones malas (es muy gracioso, hasta vienen ejercicios de teatro), y una parte en la que pone (por cierto, en el estresómetro he sacado un 400, según el cuaderno estoy a punto de ponerme enferma o algo, jajajaja), bueno, dice además que "aparentes" calma. Y te dice que si te comportas simulando tranquilidad... al final estás tranquilo. Lo basa en dos hechos científicos, experimentos realizados con actores.
Había escuchado antes esto pero no sé si es verdad. Lo había leído en libros. Me lo había dicho alguna persona especial.
¿Si me digo a mi misma que estoy tranquila, y represento estar tranquila, al final estás tranquila?
No lo sé. Lo que sí sé, y para eso el cuaderno es estupendo, es que te da calma. Te da calma, y control y te compara las emociones con agua y con fuego (todo muy zen), o te dice, y esto lo veo graciosísimo, que las emociones negativas lo que están haciendo es darte un mensaje. Toma el mensaje y ya está. Te pueden estar diciendo: "oye, esta persona no se está portando bien contigo", o "ten cuidado que luego puede acabar mal", o "alguien te ha hecho daño y deberías preguntarte porqué te duele". Cosas así. 
Pero son mensajeros. Nada más. Las personas que somos muy emotivas/emocionales nos quedamos con la emoción pero no somos capaces de ver más allá, sólo queremos que desaparezca cuanto antes. Y no desaparecen. Hay que ver lo que te están diciendo.
Dicho lo cual, ¡voy a dedicarme a tareas más mundanas!
Nelly-medita-zen.
(Eva) 
Posdata: ¡¡¡El libro el 19 de juniooooooo!!! 

2 comentarios:

Aelo dijo...

Muéstrate bien hasta que lo estés, que por tanto mostrar tu sonrisa tu cuerpo se habitúe a ella... sí, me suena y mucho ¿a ti no?

Nelly dijo...

Pero yo a veces sonrío y estoy triste... bueno, ahora no tanto.
Es que no lo comprendo. Y otras veces tengo cara de cansada y estoy muy feliz.
Mmmmmmh. Qué difícil me parece esto, qué difícil.
Lo que sí que me gusta mucho es lo del lenguaje. Te dice el libro que si no te identificas con las emociones las cosas te van mejor. Ejemplo: "estoy celosa" cámbialo por: "siento celos". O "estoy enfadada" o "estoy depre", por cosas que -y de verdad funciona-, no te identifican a ti con la emoción. Es más bien "ahora siento esto, ahora siento lo otro", pero sin "ser" tú eso.
:)

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