El Talento de Mr. Ripley

Voy a ser dura en el personaje, que no así con el libro de Patricia Highsmith, así que ... estáis avisados los fans de la saga, jejejeje.
Hace algún tiempo, años, por casualidad vi un trocito de la película y escuché la frase: "éste actor siempre hace de superdotado".
La frase me intrigó, y pregunté a mi amigo a qué se refería.
- Pues... -me dijo-, a El Talento de Mr. Ripley, El Mito de Bourne, El Indomable Will H., etc. Matt Daemon siempre hace de superdotado,...
Esto me llamó bastante la atención.
Y diez años después, me compré en un mercadillo la novela.
Yo sabía que Ripley era malo. Y esperaba ver un malo... terriblemente "talentoso" y decidido. Y en vez de eso me encuentro a Tom Ripley.
¿Por qué me cae tan mal Tom Ripley?.
Existen una serie de personajes, e historias, que nunca me han gustado. Son las tramas de falso culpable. No puedo con ellas. Esas en las que un personaje malo, muy cobarde, comete una atrocidad, pero nadie se entera o bien termina cargando el asunto a un inocente. Si queréis un ejemplo, ahí está "Match Point", de Woody Allen, o películas como "Mientras Duermes" y alguna otra similar. Un cobarde malvado se sale con la suya, por pura casualidad, demostrando que la injusticia campa a sus anchas en este mundo cruel.
Tengo una amiga que dice que ella, como yo, somos fans de los "happy ends". Es cierto.
Pero no porque no me gusten los personajes malos. Los villanos bien construidos, y aquellos muy malos que ayudan a un personaje bueno (ahí tenemos "El Silencio de los Corderos"), u otros originales que se ganan el favor de público con su astucia... se merecen mi respeto.
Pero que es Tom Ripley, el personaje de Highsmith, no es como yo me lo imaginaba. Sabía que sería un estafador y un farsante, incluso un asesino dotado para el mal, pero en vez de eso... me encuentro un personaje de lo más humano, probándose la ropa de un amigo al que envidia tanto que acaba matándole de un remazo en la cabeza.
Su segundo asesinato es aún peor, y la torpeza que demuestra va en aumento. Como me conozco ya estas tramas -y sé que no le van a pillar-, me he mentalizado de que mis momentos de deleite, como lectora, van a ser aquellos en las que el pobre infeliz esté a punto de ser capturado por la policía. Porque vamos, cosa más envidiosa, insegura y carente del respeto por la vida de los demás no me he encontrado en la literatura hasta ahora.
Quizá sí, en La conjura de los necios.

Ojeando la crítica.
Intrigada por las opiniones de terceras personas, indagué en la crítica sobre la obra y, en palabras de un amigo mío, encontré la descripción que me parece más acertada: el mérito de la obra está en que acabas identificando con un auténtico criminal deleznable.
Hasta ahí, conforme, pero que le entienda no significa, ni remotamente, que pueda dejar de juzgarlo.
Qué mérito le veo a la obra.
Lo que escribió hace tiempo mi amigo y músico sobre la obra es cierto: la novela te obliga a ponerte en la piel de asesino. Y me gusta mucho la forma en que la autora habla de los sentimientos. Cómo transmite sus emociones, me encanta. Es más, es un libro del que se puede aprender. Pero para que me entendáis, una cosa es investigar sobre las emociones humanas que manifiesta el personaje -por otro lado, muy comunes-, y otra que yo llegue a empatizar con un carácter débil que decide, como la mayoría del mundo, que tiene derecho a pisotear a los demás para lograr sus objetivos. Ese egoísmo exacerbado del que hacen gala películas como las que os he nombrado al principio, me supera.
Por muchos celos, inseguridades, miedos o demás que sienta Tom, en lo que a mí respecta no le da derecho a lanzarle un remazo a la cabeza de su amigo (y anfitrión) Y si lo hace, puedo entenderle, puedo comprender sus sentimientos, pero me resulta imposible justificarlo ni cogerle simpatía. Y espero que tenga muchos, muchos momentos de torpeza a lo largo de su saga. Pues al contrario de muchos lectores, yo sí deseo que lo atrapen.
Por último, alguien me ha dicho hoy algo de "hacer sufrir a los personajes", que me ha recordado a una entrevista a un autor. Se le hizo esa misma pregunta en unas Jornadas Literarias, y él contestó que disfrutaba (en sus novelas) creando personajes para hacerles sufrir un montón
Pues mira, a mí Tom Ripley me saca esa vena de justiciera.
Desde la Ciudad de los Cuentos, la Alcaldesa os seguirá informando...
;) Nelly.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No está mal

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