Desvelos...

Seguro que todos hemos tenido algún mal sueño alguna vez. En mi opinión existen tres tipos de pesadillas: los sueños desagradables, aquellas que causan miedo, y aquellas que te despiertas sobresaltada.
Estas últimas son puñeteras porque es difícil volver a dormir.
La semana pasada yo tuve una pesadilla. No le di importancia. Al día siguiente volví a tener otra y reconozco que me enfadé bastante. Con la primera me había dado por enterada del asunto y quitar horas de sueño porque sí me pareció una tontería....
El sábado y el domingo, bueno, la cosa no mejoró pero pareció calmarse un poco.
El lunes, vuelta a lo mismo.
La de ayer martes... ¡uaho, ésa era un alarde del género de fantasía de terror! Se colocó entre los diez mejores sueños de miedo de la década...
Espoleada por el hecho, me dije, vale, vamos a cambiar la actitud. Y lo hice, o, al menos eso pienso...
Pero es que la pesadilla de hoy ha superado con creces las seis últimas.
Tal como yo lo veo, tengo tres opciones: una, aceptar que las noches tienen menos horas de las habituales y resignarme al "ciclo de terror gratuito", siempre sobre el mismo tema, que a mi imaginación le ha dado por preparar.
Dos, buscar una solución... cosa que creí haber hecho ayer
(a lo mejor es que busqué "una" y no "la"...).
Tres, preguntar a una amiga.
Creo que voy a optar por la número tres.
Sí porque, qué queréis que os diga, tu cabeza no sueña una semana entera con lo mismo si no hay algo que te esta molestando y que tienes que cambiar. O replantear, o reubicar.

:) Saludos desvelados,
Nelly

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