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Qué maravilla.
Ramon Langa, con su fantástica dicción, haciendo de vampiro.
¿Y quién es Ramón Langa? se preguntará algún despistado. Es el actor que pone la voz, en España, a Bruce Willis.
La obra se representa en el Teatro Marquina, de Madrid. La ambientación resulta estupenda, y quiero destacar a Emilio Gutiérrez Caba (Van Helsing), a César Sánchez (Doctor Seward) y a Mario Zorrilla (Renfield).
Yo no entiendo mucho de teatro. No conozco el argot técnico y no he visto muchas obras. Pero sé lo que me gusta y lo que no y la forma de hablar, especialmente de Emilio, y la fantástica dicción de Ramón... unida a los escenarios, a los sustos y ... a ciertos momentos inesperados, hacen que la obra resulte muy amena.
Hubo un momento, además, que al estar sentados en las primeras filas -muy, muy cerquita de los actores-, cuando Ramón estaba interpretando una escena del temible vampiro, ... en un momento, ciertamente, de mucha intensidad, dirigió la mirada al público y se cruzó con la mía. Y al estar yo tan absorta, mordiéndome una uña con gesto ceñudo, nerviosa y compungida, vi brillar en sus ojos el orgullo de ser actor y de causar esa impresión en otros. Realmente... lo estaba pasando mal por la protagonista, jajajajaj...
El teatro es como estar dentro de la película. Por eso, quizá, no me gusta que los actores me den la espalda. Hacen que me sienta ajena a la escena. ¡Y menudos sustos nos llevamos! Luego, al salir a saludar, noté que los actores nos miraban con curiosidad (Ramón Langa un par de veces, complacido) y de nuevo volví a sentirme protagonista. Porque el público también lo es. Y lo sé porque también he hecho teatro hace mucho tiempo...
Lo que Ramón Langa no sabe es que conozco a algún colega suyo de profesión, y que a mí... bueno, el tema de la interpretación -especialmente la interpretación con la voz- me apasiona. De ahí mi mirada encandilada y mis ojitos brillantes.
Lo hacía, hay que reconocerlo, realmente bien.

Es la voz lo que nos da el 80% de la imagen de una persona. Aunque no lo parezca. Y esta noche he oído interpretaciones capaces de llenar una sala y mantener en vilo al público. Qué forma de expresar, qué convicción. Qué pausas, que cadencias, que tonos...
Destaco también la actuación de Mario Zorrilla... porque daba miedo, jajajaj. El lenguaje corporal y lo agotador que debe de ser... tanto movimiento.
Os recomiendo la obra. Esta muy bien, es interesante.
Saludos,
Nelly.




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