The Artist.


Es muy triste. Y muy tierna. Tiene escenas en las que te dan ganas de llorar (para mí, la más triste o la más emotiva es en la que ella está en el coche, el día de la subasta, jo... ahí se te caen las lágrimas).
Cuenta la historia de (no sigáis leyendo los que no la hayáis visto)...., de una joven pizpireta, y bastante entusiasta, que se enamora de un actor en los inicios de su carrera (de la de ella). Y el actor - que por cierto, ¡¡resulta muy atractivo, caramba!! por la seguridad, ¿por qué la gente segura resulta tan guapa?...- le da un consejillo sobre su carrera.
Lo mejor para mí del film (a veces se hace un pelín largo, aviso, y la música del cine estaba demasiado alta. No sé qué pasa con las Salas últimamente, que se deben creer que somos sordos o algo así...) son los detalles. Una amiga mía sabría el nombre técnico de lo que quiero decir. Ejemplo: el encuentro en la escalera. Ella sube, él baja. Esos detalles simbólicos. O el sueño del actor. Uno un poco más exagerado es cuando ella esta viendo la escena en la que se hunde en las arenas movedizas. Pero ese ya es exagerado. Yo me refiero a esas "escenas simbólicas" que vi una vez en un reportaje de cine. Hablaba de que los directores no sólo... ¡vale, ya lo tengo! Metáforas de situación. Eso. ¡Eso es lo que quería decir!
Ya sabéis, ejemplo: empieza una "pelí" que habla de un divorcio con un puente que se rompe. Esas cosas. A mí me gustan mucho. Os sorprendería la cantidad de metáforas de estas que hay en las pelís...
Y el final es muy chulo.





Justo antes de ir al cine me pasó una cosa muy curiosa. Fui a comprar los libros de los que os hablé y en la tienda no tenían ninguno (el vendedor se puso colorado; todos eran clásicos). La casualidad hizo que dirigiera mis pasos a otra tienda. Y pasé por un comercio nuevo. No iba a entrar, pero era de "Té" y pensé que llevo dos semanas diciendo que quiero un filtro o una tetera. Bueno, pues mirad si es curioso. Volví sobre mis pasos y entré. La tienda era preciosa. La decoración, japonesa. Entré, y le pregunté a la chica que ordenaba unas cajas. Las dos nos quedamos mirándonos y de pronto:
- ¿Nelly?
- ¿...????
- ¡¡Pero tía, cómo estás?????!!!!
Era una compañera de la Universidad. Hacía nueve años que no nos veíamos.
- ¡¿Tú aquí?! -dijo-, ¡y justamente hoy! ¡Es increíble!
Es de esos momentos en los que piensas que realmente... las cosas pasan por algo.
Con una sonrisa que casi no me cabía en la cara, le pregunté:
- ¿Esto es tuyo?
¡¡Me olía la respuesta!! (sé que no debo adelantar respuestas, pero mira, no fallé, como soy medio maga...)
- ¡Sí!
- ¡¡¡¡¡¡Tienes una tienda de te preciosa!!!!!
Bueno. Fue genial. Increíble. Ella estaba encantada también. No hablamos demasiado porque creo que ambas estábamos en "shock" con la sorpresa. Pero deseé que les fuera de mavarilla.
- Pásate otro día -me dijo-, si no a comprar... a tomar café. A hablar...
(O té, jajajajaj).
Qué cosas tiene la vida...
Nell.

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