Unos deberes muy difíciles,...

Esto es un poco lioso.

Hace unos días, bastantes ya, una persona me dijo: "mmmmmh, define que es un amigo". Y yo lo definí a renglón seguido. Una definición bastante mala, la verdad. De tan mala, ¡decidí al instante que quería una segunda oportunidad! Entonces definí lo que "no" es un amigo. Pero esa tampoco vale. Ya puestos como juego, tengo una tercera oportunidad.

El caso es que llevo diez días dándole vueltas a la cabeza... ¡y no es nada fácil!
Nada, nada fácil.
Tradicionalmente, pensaba yo que un amigo es cualquier persona que te trate bien y comparta tu vida social. ¡Pero eso no es cierto! Porque puede haber personas que te tratan bien y sean educadas, pero no sean tus amigos. Y en este mundo de las redes sociales, estoy segura de que tener doscientos amigos en la red no siginfica, ni remotamente, que sean amigos de verdad. (Yo tengo poquitos, sólo 71, jijijiii)

Así que vamos a ver: un amigo es una persona con la que compartes tu vida social, eso sí, y que te tiene cariño. Eso es importante también. No puede ser una persona que compita contigo, eso jamás, porque por mucho que te esfuerces tú en intentar que esa persona esté bien, si compite contigo tendrás que estar haciéndote de menos continuamente. Y tarde o temprano te hará daño. Tampoco puede ser una persona que busque otra cosa... por muy "amigo" tuyo que diga que sea, es mentira.
Un amigo está ahí en tus malos momentos, y te escucha, pero a su vez también debe confiar en ti. No vale sólo que tú le cuentes cosas si él no cuenta nada. Debe ser transigente con tu forma de ser... y aquí yo fallo. Me empeño en que la gente sea buena. Y quiero ayudar. Pero la gente muchas veces no desea ser ayudada, sólo desea quejarse. Y muy difícilmente se pone en el lugar del otro. Un amigo te dirá su opinión desde el respeto. Porque un amigo comprende que podáis tener puntos de vista diferentes sobre una misma cosa, y jamás te despreciará por ello. Un amigo te conoce. Los falsos amigos te creen conocer. Pero conocerte es un privilegio, no una obligación.
¿Y por qué os cuento todo esto, diréis? Porque me han pasado varias cosas esta semana, una de ellas me repercute económicamente, jajajajjaa, y yo creo que todas tienen que ver. Ser falsa y amable no siempre sirve. Aunque tengas buena intención, porque al final te hacen daño y en esos momentos, al menos yo, pierdo la calma. Así que volvemos al eterno lema de siempre: decir las cosas que no me gustan. Enfadarme. Pero sin enfadarme.
"Yo quiero", "yo pido", "entiende que yo", "jo, es que deme".... quiero, quiero, quiero, ... los demás. Siempre los demás.
Pues al igual que he conseguido, ¡y es un verdadero logro! decirle a dos personas, amablemente, después de 15 minutos de escuchar sus demandas: "Oiga, ¿usted....?" jajajjaja, y las dos se han quedado cortadas (y se han ido enfadadas pero, ¡es que no tenían razón!) Pues igual que sé hacer eso en el trabajo, tengo que aprender a hacerlo con los amigos.
El truco está en no disgustarte tú y en perder el miedo a disgustar a otro. Hay que saber decir las cosas que te han sentado mal, sin enfadarse.
Besis ;)
Eva (Nelly).

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