A finales de agosto se celebra en Pontevedra a Feira Franca o mercado medieval.
¡Toda la ciudad participa! Niños, adultos y ancianos toman el casco viejo ¡disfrazados de personajes de época!
El alcalde ordena vestir las calles de la ciudad con paja y heno, sobre el suelo empedrado, y ¡hasta las papeleras están disfrazadas! No falta un sólo detalle.

¿Y qué podemos encontrar en esta Feria?, os preguntaréis. Pues muchas cosas interesantes. Una muestra de los oficios medievales más importantes, caballeros, arqueros, muchos templarios tomando vino con sarraceos, monjes, y muchachas con el pelo adornado con guirnaldas de flores.
Antes del torneo de caballeros, podemos pasear por la zona de los oficios. De este modo aprendí cómo se fabricaba el hilo en la antigüedad, ¡y verlo es algo sorprendente!

Allí donde posaras la vista había personajes medievales. Desde caballeros a damas de la corte. Las señoras mayores, ¡eran las más auténticas! Iban con vestidos carísimos, de tocados y perlas. Al verlas conversar bajo un roble, sentadas en la plaza o cerca de las tiendas de los caballeros, ¡parecían nobles cuchicheando sobre asuntos de palacio! y te dabas cuenta de que la vida no ha cambiado tanto como parece, al menos no, en lo referente a las personas,...

Me habría gustado sacarle fotos a la gente, porque... jamás había visto tanta participación ciudadana en una fiesta, y eso es lo que la hace grande. Vivo en Madrid, estoy acostumbrada a fiestas multitudinarias. Pero jamás vi una en la que todos, absolutamente todos los ciudadanos que están en la zona de la fiesta, van disfrazados. Hablamos de cientos de personas, y... eso hace que el ambiente de la fiesta te traslade por completo al pasado medieval. Así que os la recomiendo. Sé que las fotos no son muy buenas pero no podía entretenerme mucho con los enfoques.

¡Tenéis que visitarla!