Nada más llegar, observé el Puente da Arrábida, cerca de la desembocadura del Duero. Un puente impresionante, destinado al paso de coches, no de transeúntes. Era una vista magnífica, pero lo más bonito, el casco viejo, estaba aún por descubrir.

Dejando atrás el Museo de Transportes, (¡me encantaron los tranvías!), subimos por un paseo situado sobre el río (había una pasarela situada a unos cinco o seis metros sobre la ribera, a mí me gustó mucho, aunque hubo a quién le dio vértigo). No era más que una rejilla, sobre el agua. Aunque reconozco que, con viento...
Caminamos hasta la Plaza da Ribera, teniendo cuidado con los tranvías que circulaban. Y una vez allí tomamos un café en las cercanías del Ponto de D. Luis I (este sí, era para el paso de tranvías y personas, además de coches, y recordaba mucho a la construcción de la Torre Eiffel). Lo podéis ver en el álbum cuyo enlace pongo un poquito más abajo.
¡Las vistas al Duero son muy hermosas! Cruzamos el puente hacia la Rua Doigo y comimos en los alrededores de la Iglesia Santa Marina.
Me encantaron los barcos (¿gondilinas?) que transportaban barriles del vino que ha hecho famosa a la localidad, aunque ahora se utilizaban para dar paseos a los turistas ávidos de nuevas experiencias... ¡como yo!
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ALBÚM DE FOTOS DE OPORTO, HECHO POR NELLY.

Por la tarde vimos la muralla fernandina y subimos hasta la Iglesia de Santa Clara

Vimos la Torre Dos Clérigos, (la de la foto es la Torre de la Iglesia de Santa Clara), y entré en todas las tiendas de turistas, buscando un tranvía y un souvenir con forma de bolita de nieve (¡que me encantan!). Luego visitamos la Plaza da Libertade, con unos edificios preciosos, realmente bellos.
Pudimos acabar la jornada con un crucero de regreso a la desembocadura del río,... pero será para la siguiente vez.
En lugar de eso, nos acercamos en coche hasta la zona del Castillo Queijo, un fortín defensivo situado donde la ciudad abre al mar. Y paseamos por la playa cercana.
¡Os recomiendo mucho visitar Oporto! Tiene zonas muy pintorescas, otras muy deprimidas, otras más modernas. El casco antiguo es muy hermoso, ¡un tesoro! Ideal para una escapadita tranquila.

POSDATA: ¡¡TODAS LAS FOTOS DE ESTE ARTÍCULO SON MÍAS!!¿a que lo hago bien? jajajaja...