Cómo perder peso, by Nelly :)

¡¡He perdido dos kilos en un mes!!
¡¡¡Tacháaaannnnnnn!!!Os voy a contar cómo.

Lo primero de todo, tienes que decirle a tu cuerpo que quieres adelgazar.

Sí, no lo digo de broma, esto es predisposición mental.
Hace unos meses tuve un reconocimiento médico. En él me dijeron lo siguiente: "No estás gorda, pero estas a cinco kilos de estarlo".

Es decir, me sobraban cuatro. Ni más, ni menos. No hay problema porque había bastante margen, pero... oh, vamos, las chicas somos terribles con el tema del peso.

Así que me puse a pensar... quería perder peso, la cuestión es ¿cómo?

SIGUE EL MÉTODO "NELLY" PARA PERDER UNOS KILOS.

Paso uno del método Nelly: Identificar el problema.

¿Cuál es el problema?

Que me sobran unos kilos.

¿Por qué me sobran unos kilos?

Respuesta: porque cuando estoy nerviosa me doy atracones a comer.

Ni más, ni menos.

Durante unos días pensé cómo podía perder peso. Lo pregunté a amigos y conocidos, y todos me dijeron lo mismo (atención, que la respuesta no era mía, era de los demás):
- No te des atracones.

- No cenes.

- Ni cenes ni te des atracones.

Vale.

Pasé una semana diciendo: esta noche no me voy a dar un atracón. ¿Y sabéis que pasó? Que fue un fracaso estrepitoso. Cuando estoy nerviosa puedo comerme una barra de pan entera, y si encima me tengo que sentir mal porque se suponía que mi plan era no comérmela... pues me siento aún peor y como más.

Hasta el día que terminé sentada en el sofá pensando: "si no fuera porque sé que es una enfermedad, me dan ganas de vomitar todo lo que he comido".

Sí, lo sé, lo sé, es que ésa no era la respuesta.

Así que volví a punto uno de esta guía de cómo adelgazar. Y establecí un nuevo parámetro.

Paso dos: Replantearse el escenario (evolución o seguimiento):

¿Cómo puedo perder peso si sé que cuando estoy nerviosa como? (y eso es algo que no puedo evitar). A veces me olvido que se llaman hábitos incontrolables porque no se pueden controlar ;P ...

Y aquí es donde empieza la parte divertida del rompecabezas. Tienes las pistas, y tienes las preguntas: lo divertido es buscar las respuestas.

Y me puse a pensar....
¿Gano algo sintiéndome mal cada vez que como demasiado?

No. Lo que gano es deprimirme.

¿Me ayuda a adelgazar?

Ni de coña (jajajajaj)

Entonces, ¿qué hago?

Y me di cuenta de una cosa que sabía yo de la comida desde hace tiempo. Nuestro cuerpo es como una máquina y la comida nos sirve de gasolina. ¿Con qué funciona nuestro cuerpo? Pues, normalmente, con hidratos de carbono y azucar (hablo de actividad, no de vitaminas y otros elementos de mantenimiento). Pero, ¿qué pasa con las grasas?

Tu cuerpo es como tú, a veces le da por ahorrar para el futuro. Pero, si tu tuvieras tus ahorros en un lugar al que puedes acceder con facilidad (imagínate una hucha muy fácil de abrir) ¿qué pasaría? pues que cada vez que necesitaras dinero, pum! allá van tus ahorros.
Bien, el cuerpo es igual de listo porque lleva muchos miles de años de evolución a la espalda. Así que, ¿qué hace? guarda grasas... que es como tener una hucha por si las moscas.

Y al igual que un depósito de dinero a plazo fijo: es difícil acceder a él.

De este modo, si tú dices: "voy a hacer una dieta salvaje y no como". Tu cuerpo hace lo siguiente:

- Primero, se pregunta porqué no tiene con qué funcionar. Y manda una señal al cerebro diciendo: "abre el apetito, que no tengo qué transformar en energía".

Si en ese momento tú le dices "se siente, no hay comida". El cuerpo se queja. Te suena el estómago, tienes hambre, y de nuevo manda una señal:

- "Oye, guapo, dame de comer que estamos a puntito de tener un mareo".

Vale. Tú pasas. Y entonces te dice:

- "O me das de comer, o en diez minutos me colapso o algo empezará a funcionar mal"

A la par que manda esa última señal de auxilio al cerebro, manda otra al depósito de provisiones, por si las moscas. Pero, ¿qué ocurre? que el mensajero primero va al cerebro y éste envía otra señal para que empiecen a funcionar los órganos que han de procesar las grasas, que a su vez se van a transformar en energía. Vamos, un rollo burocrático terrible.

Lo malo es que esto tarda bastante. Para cuando tus grasas empiezan a disminuir, tú ya estás en el suelo, mareada. O bien recargas energía.

Luego, paso tres: ¿Cuál es el truco? Diseñar una estrategia.

Simple.

No puedo controlar el comer demasiado pero, ¿qué puedo controlar entonces?

je,je,je... LO QUE COMO.

De acuerdo, concedámonos momentos de debilidad. Deja que tus dedos busquen ansiosamente el picoteo entre horas porque, ¿sabéis qué? Ese picoteo puede ser un puñado de zanahorias.

Y ¡¡¡he ahí la respuesta!!!

A mí no me funciona cenar poco... pero me funciona elegir lo que ceno.

Cambia la barra de pan por ensaldas. Date atracones de ciruelas y come montañas de productos sanos. Pierdes peso. No sólo pierdes peso, sino que además te puede mejorar el bronceado, el colesterol y la vista.

¿Por qué? simple.

Hay alimentos que tu cuerpo manda directamente a las reservas: las grasas.

Y otros que transforma en veneno: comida-basura.

No estoy diciendo que no debas comer grasas en absoluto, estoy diciendo que hay cosas que sólo sirven para ir a la reserva. Puedes zamparte dos kilos de manzanas que tu cuerpo es listo y las transforma en muchas cosas, pero no las manda a las reservas. Es como un banco: tú tienes tu cuenta corriente y depósitos a plazos y de alguna forma, el tío de la ventanilla decide qué va a cada lado. Así que, ¡¡dale todo para la cuenta corriente!! ¡Serás mucho más rico!

Podrás comer de todo si simplemente sabes de qué puedes comer mucho.

Salu2!

:) Nell.



Fuente de la primera imagen: nutrición.pro

2 comentarios:

Aelo dijo...

Hmm, eso de tener a manos cosas que sean saludables me suena y me suena mucho. Hace tiempo que en casa faltan cosas "malsanas" ¿la razón? descubrí que la mejor forma que tenía mi hija de evitar la tentación es... no tener algo que la tiente.

A nosotras nos funciona ese método y que bueno que a ti también.

Saludos

Nelly dijo...

Bueno, ayer me salté la dieta porque :) tuvimos buena noticia laboral y cené fuera, pero ¡fue ligerito! Y, además, sigo perdiendo peso. Me he anclado en los 62.
No esta mal, dada mi altura.
Y, por cierto, para los navegantes preocupados (y los buenos amigos que me han mandado un e-mail al buzón): no, tranquilos, que no soy anoréxica ni nada, jajajajajajajajjajaj.

No va por ahí la cosa.
:) Pero me alegro de contar con gente tan estupenda que se preocupa tanto.
Besos :)
(Y sí, sé que estoy delgadita más o menos)

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