Soñar, soñar, soñar....
¿Para que voy al cine? Yo me pregunto.
Veréis, estoy escribiendo un libro. Vale. Y en un momento dado, en mi libro sale esa frase típica de: "Tú eres la elegida". Venía yo dándole vueltas al asunto porque... ya hemos tenido muchos elegidos. Frodo Bolsón era el elegido, Harry Potter era el elegido, -que por cierto vi la pelí ese mismo día-, así que, ¿el rollo del elegido no está muy trillado ya?
Se ve que, mientras yo sigo a mis cosas, una parte de mi cerebro continua con el debate de la trama... pero muy bajito, para no molestar a todo lo demás.
Quizá el rollo del elegido nunca pase de moda. O quizá se trate de disimularlo como a fin de cuentas era Charlie en la Fábrica de Chocolate... un elegido que manda a paseo su premio.
O ¿acaso no todos somos elegidos para algo?
Pues bien.
Hoy he soñado, básicamente, con que alguien buscaba a un elegido. A una chica, en verdad. Pero al final del sueño, acababa siéndolo yo. Lo malo es que había una invasión de dragones en mi sueño. Y no dragones cualquiera, no.... ni Nolan podría construir algo así. Imaginaros que estáis dentro de la peli de Harry Potter. No que la veis... que la vivís.
MENUDOS BICHOS!
Y claro, van y me sueltan la frasecita:
- Oh, es que eres la elegida....
¿Qué hice yo?
Salir huyendo.
jajajajajjaja, jajajajajajjajaja.
Magnífica demostración de mi subconsciente de que a mi libro le falta psicología. Sé que cuando le dicen a mi prota: "Tú eres la elegida", ella se echa la mochila al hombro, alza la barbilla y contesta: "¿Qué tengo que hacer?".
Pero yo no he dicho que me sienta identificada con mi prota, no?
Es decir... ¡¡en serio, hacía falta soñar con dragones??!!
Mientras esquivaba a esas criaturas increíblemente realistas, con unos dientes que alucinas, unas alas grises de carne mortecina y unos hocicos afilados.... mientras me escondía de ellos, en un puerto, cerca de una Feria, de pronto un barco volador (como os lo cuento) atraca en el muelle. Y el que se ve era mi compañero de aventuras, grita:
- Oh, no, las brigadas de serrín.
Le miré con cara de... ¿perdona?
- ¿De serrín? -le pregunto.
- Sí.
Y de pronto me di cuenta de que el barco estaba vacío. Y de pronto se escucha un ruido como el de un salero al agitarse, pero muuuuucho más fuerte. Ponía la piel de gallina. Y de pronto.... se materializan en proa un grupo de quince piratas... de serrín.
De madera, vamos.
Se ponen a gritar como locos mientras se lanzan sobre el puerto. Y los dragones por el otro lado.
- AAAAAAAAAAh!!!!.
Me desperté de un brinco.
Vale. De acuerdo. Ser la elegida es un rollo.
¡¡PERO MI IMAGINACIÓN ES MUY MALA!!Besos,
Nell :)
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2 comentarios:
Jajajajaja pues fíjate, normalmente en las historias, el elegido/elegida, cuando le sueltan que lo es, se encoje de hombros y dice "¿yo? imposible, ¡no quiero!", como Frodo, Potter... y a mitad de historia, es el lector/espectador el que se pregunta quién puñetas a elegido a tal inútil para hacer algo...algo que normalmente, hacen muy al final de la historia y justifica que sea el elegido...
Así que, para variar, a mí mola un elegido que diga "¿ah, sí? pues vale, eso puedo hacerlo" jajajajaja... ¡hay que ver lo que hacen los sueños! ;P
Sí, ya ves, tanto afán de aventura y jajajajajjajajaja, yo saldría corriendo, jajajajajjaja.
Besis,
Nell.
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