Hoy es un buen día.

- Soy un crack -dice mi compi, riendo-, soy buenísimo.
Me giro con una sonrisa.
- ¿Qué? ¿Le has vendido hielo a un esquimal?
Mi compi sonríe.
Es un compi estupendo.
- Casi -me dice-. Casi.
No vendemos hielo a esquimales, ayudamos a la gente que se deja ayudar. Y a veces nos reímos mucho.
¿Sabéis una cosa que me gusta? Idear argumentos.
Aunque si te paras a pensarlo no es nada justo. En este mundo no prima la verdad, prima el que mejor sepa defender su verdad. Qué triste.
Una crece pensando que las cosas son blancas o negras, o al menos son, y resulta que no tiene una forma se ser concreta, sino la forma de ser de cada uno. Y con todo, qué queréis que os diga, me niego a aceptarlo. Ya decía mi profe de ética que no había visto nunca una niña de doce años con tal cantidad de valores y creencias. Y tan cabezota.
(Ja,ja,ja,ja, qué discusiones teníamos en aquella clase, que bien me lo pasaba...)
A ver, ¿que cada uno vea la botella de un color implica que la botella no tiene color? Pues no, color tiene, pero si yo la veo verde y tú azul, ¿de qué color es? Dichoso subjetivismo.
Lo cuál nos lleva a plantearnos, ¿la verdad de la mayoría se convierte en verdad a secas?

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