¿Adivina quién esta aprendiendo negociación? jajajaja. :)

Mi última hora de trabajo ha sido de lo más interesante. Hemos aprendido a negociar. Y, sino fuera porque a mí el tema a nivel personal me apasiona, os diría sólo que... hay gente que lo sabe hacer realmente bien.

Así que vuelvo de nuevo al tema de la ética en los comerciales. Sé que soy pesada con esto, pero al igual que en publicidad, los trucos verdaderamente malos son aquellos que no se ven. De verdad, recuerdo una vez que incluimos el nombre de una marca alcohólica en una revista para un público terriblemente joven.

Así que al final no pude resisitir la tentación de mentar el bien y el mal en la dichosa clase, y de pronto pareció como si las conciencias se reactivaran.

- ¿Te parece mal? -me dijo una persona. -¿Y por qué no son ellos los malos?

El quid de la cuestión es que a un lado y a otro hay personas, aunque yo me ponga siempre de parte del consumidor. Quizá... porque lo veo más desprotegido. Pero... el que vende y el que compra, el que protesta y el que persuade... son personas. A ambos lados hay gente. Tiene que haber algún punto medio en el que la ética, y el ganar los dos, sea algo posible.

No, no digo que haya renunciado a mi terrible tabla de valores. Sólo digo que algo debo de ver yo en los comerciales, porque... soy publicista, y durante la carrera me fue realmente bien trabajando en un comercio. Pero ¡ojo! no me refiero a los comerciales que intimidan, o apabullan, o te sueltan un rollo terrible. No. Me refiero a los otros, los buenos. A los que no se les nota.

- ¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo? -me preguntó mi jefe.

- La gente. Los clientes.

Creo que la respuesta le sorprendió.

- ¿Por qué?

- Porque te cuentan sus vidas... y puedes aprender, y es un trato mucho más cercano.

Lo que me he podido reír hoy, porque cuantos más argumentos daba yo (en plan, "voy a tocar las narices y ya verás como no me convences" ), jajajaja, mejor me respondía la otra persona. Más tranquila y segura. ¡Tiene tanto de psicología! jajajaj... no sé, no sé. Es terrible.

Dicen que yo empatizo mucho con la gente. Pero creo que lo más importante para un buen vendedor es: la seguridad y conocer a su cliente. Igual no eres el que más vendes, pero sí el que MEJOR vendes. Y me refiero a vender con ética.

Y lo demás, poco importa.

(pd: ¡lo cuál no quita que me salte la ética de vez en cuando, jajajaja, ser un poquito mala a veces es más divertido!!!!!)

Salu2!