Mientras preparo la entrevista de nuestro osado capitán Sergio, os voy a contar una cosa que me ocurrió el otro día.
Todavía no estoy en Madrid, lo que significa que no tengo Internet en casa. Me he traído los libros a éste lugar de "descanso", y lo que he estado haciendo todos estos días ha sido estudiar, estudiar y estudiar (y enfadarme conmigo misma porque voy más lenta de lo que debiera).
Bueno, pues el día de Reyes, chicos, me levanté, cogí mi portatil, me senté en una mesa y me puse a escribir... desde las nueve de la mañana hasta la una de la madrugada del día siguiente.
Yo misma me daba miedo.
Tengo muchos amigos escritores, a veces quedamos para conversar, y cuando uno te dice que va "a buen ritmo", normalmente te habla de 2 o 3 páginas al día. Como mucho, 5. A lo más, 10.
Yo escribí 70.
A las siete de la tarde empecé a preocuparme, porque me di cuenta de que podría seguir toda la noche, sin parar.
Cuando se lo conté a una amiga, me dijo:
- En cuanto apruebes esas oposiciones te pones a estudiar las siguientes, porque está visto que te disparan la creatividad, ja,ja,ja...
Es que sin Internet, no tengo dónde ser creativa. Aquí hay "Foros" donde inventarse personajes, lugares que "explorar", concursos, mi propio blog es una libreta...
Cuando llamé a un escritor y se lo dije se echó a reír y me contestó:
- ¿Por qué te crees que sólo trabajo en cafeterías si Wi-fi?
(A él le gusta escribir en cafeterías)
Total, esto es como una olla a presión, encerrada en casa, sólo con libros de la Administración, y con una programación televisiva de pena, al final me monté la historia yo misma...
Es como uno de mis cuentos, pero largo. Sin censuras de espacio.
Me preguntan qué voy a hacer con él. Dado que no lo he escrito por nada, más que por darme el placer de hacerlo, no tengo ni idea de su destino. Pero si lo termino y la cosa va tan bien como hasta ahora, es probable que lo presente al concurso de Barco de Vapor. Es juvenil, fantástica.
Besitos,
Nelly.