"DOCE HOMBRES SIN PIEDAD"

¡Ojo, que la destripo!

Henry Fonda da vida a un arquitecto que participa en un jurado. La película es un ejemplo perfecto de roles y comunicación. Por no hablar de neurolingüística, je,je...

Y yo que pensaba que el cine clásico era aburrido. (;P)


Doce personas muy distintas unas de otras, se levantan de una sala de un tribunal y pasan a la deliberar sobre un caso de homicidio premeditado. En principio parece estar claro: el acusado es culpable.

Pero un misterioso personaje no está convencido.

Uno por uno, los roles típicos de los encuentros sociales: el líder, el tímido, el observador, el destructivo, el emocional... etc. se manifiestan en la discusión. Sólo con preguntas, el protagonista hará tambalearse las convicciones de todos y cada uno de ellos.

Aparte de ser un personaje tremedamente curioso, y educativo, es sorprendente la habilidad que tiene para diferenciar la manipulación (que a mi punto de vista, existe) del mero discurso destinado a "sembrar la duda razonable".

Mi personaje favorito (aparte del "contable", que es uno que suelo usar mucho en mis cuentos), y del prota, que por tan extraño me resulta ajeno e incomprensible, es que encarna al racional.

Entre todos los sujetos hay uno que expone la crítica pero se avergüenza de los arranques emocionales de otro compañero.

¿Sabéis cómo "le vence"?

Con la lógica. Y ni siquiera lo hace el prota, sino el personaje que encarna al observador. No obstante, yo repliqué a esta escena que (bueno, si no véis la pelí no lo váis a entender) la prueba no era concluyente. El testigo podía usar gafas de cerca, y no de lejos.

Pero, la moraleja es que no os fijéis en lo que la gente dice, sino en lo que no dicen. Eso nos lleva al porqué. Y una vez que tienes el porqué, ¡vaya si es fácil convencerlos!

Echadle un ojo si podéis, es una pelí muy curiosa.

¿Me recomendáis alguna otra de cine clásico?
Saludos,
Nelly.

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