Ayer me insultaron en el trabajo.
Una compañera. Es tal el nivel de mezquindad y mala forma de trabajar y mal ambiente en el equipo, que he pedido a mi jefa (tras informar del incidente) que me si es posible, sino podemos seguir así, o peor, me cambie.
De cada dos interacciones con ellos, una es un insulto.
Lo curioso es que, por casualidad, el jueves me senté junto a un miembro del Equipo que considero fuerte. En tanto a que es alto y fuerte. Me preguntó una cosa y en voz baja dije algo. Entonces me miró:
-Le he comentado a la jefa lo de los accesos al programa y te lo comento a ti, por si ves que mañana ocurre esto, es que estoy yo sola y tengo que balancear.
Mi compañero contestó algo. Yo asentí quedamente.
-Lo sé. Si yo ya lo sé...
A esto mi compañero dijo otra cosa.
Le miré. Y le dije:
-El otro día me dijeron que estabas tan enfadado que... ni me atreví a saludarte.
Y entonces, mi compañero contestó esto:
-¿Y te fueron a ti con esas mierdas? Es que manda huevos... ¡manda huevos! Pues no te han contado toda la historia. Claro que me enfadé. Me enfadé porque la muy cara dura vino a.... y le dije: "no, yo no puedo, porque mira cómo está esto". Y me enfadé, claro. Pero no contigo, sino por ella por venir ENCIMA a darte curro que no es tuyo. Y lo peor, Eva -añadió mirándome-, es que luego han ido por ahí a "enmierdar".
Me quedé en silencio.
Este es mi ambiente laboral. No os lo voy a poner bonito. Ahí tenéis un testimonio que no soy yo.
Volví la cabeza hacia mi ordenador y hablé un momento con Coso
(Tenemos un problema) pensé.
(*****= ¿cuál?)
(Bueno... verás, imagina que soy Sherlock Holmes) pensé (y la situación es un puzle)
Silencio.
(No tengo todas las pistas)
(******)
No os sé traducir a Coso siempre, no usa palabras. Podría ser algo así como... ¿a qué te refieres? o ¿Qué implica eso que me cuentas?
(Hay tanto mal rollo... y está todo tan sucio que a ti te dicen una cosa, pero mira, la cosa no tiene ese matiz, tiene otro. Esa persona no estaba enfadada contigo, en realidad se enfadó con la que fue a hablar con él. ¿Cómo voy a poder interpretar si no tengo todas las pistas?)
(******)
Su respuesta seguía siendo algo como... eso qué implica.
No lo sé.
La gente dice "debes hacer caso a los rumores y corrillos", pero yo paso de todos ellos y además... fijaos lo que acababa de pasar. No hablé más y seguí trabajando.
24 horas más tarde, soy la única que no se va de una reunión en la que otra compi que no es la anterior, sino otra, está pidiendo a los demás que acaben algo que ella no ha podido hacer, todo el mundo se larga. Nos quedamos dos (una que tiene que hacer funciones administrativas y yo), pero yo tengo orden directa de no hacer nada más que lo que me ha pedido mi jefa y como respuesta... La compañera que no tiene narices a hablar con quien la ha dejado plantada me dice a mí, que tengo una orden directa de mi responsable de hacer solo una cosa, que soy una mala compañera.
Y así es como alguien deja de querer estar en ese Equipo.
Tras preguntarle a Coso que si le decía la verdad o no, es decir: ¿Cómo puedes no ver que las otras dos se han largado porque no quieren oírte y estás pagando el pato con la única que se ha quedado y que te ha demostrado al menos educación? (con palabras más feas, claro, me parece de poca inteligencia) y preguntar a mi yo interior si podía simplemente colgarles la reunión y así ahorrarles el insulto, mi yo interior contestó:
(Por supuesto)
A lo de colgar la reunión.
Yo no hablo con maleducadas.
Y así pasamos a un parte a mi jefa de lo ocurrido. Mi jefa reitera: tu tarea es una, te he dicho que no hagas nada más y así se lo debes trasladar a ellos, sin dar ninguna otra explicación. "Lo he hecho" "La respuesta ha sido: tú lo que pasa es que eres una mala compañera".
Yo no puedo seguir en este equipo.
No es me es factible trabajar con ellos porque rozan el insulto. A mí nadie me tiene que calificar como compañera, salvo mi jefa. Y mucho menos una que no tiene huevos para ir a pedirle a las otras dos que le han colgado en la cara que hagan las tareas administrativas que ella no ha podido terminar por la mañana.
Eso no es un buen ambiente laboral.
Pero es lo que tenemos.
En esta tesitura fantástica sólo mi compañero me hizo un poco de compañía porque del Teams me desconecté. Y por la noche, claro, estaba agotada. Acabaré enferma, de nuevo. Pensé en lo que sí puedes hacer en el trabajo y lo que no puedes hacer en el trabajo. Si mi único fin es currar y que todos sean felices, no puedo trabajar en un ambiente donde la gente actúa como habéis visto arriba y, encima, si les dices: "no, es que tengo otra orden", la respuesta es una catalogación personal: tú lo que eres es... Se me ocurren muchas respuestas. Ninguna le iba a hacer gracia a la interlocutora.
¿Con quién creéis que estáis hablando?
No me veis, ¿verdad?
Es normal.
En esta tesitura, me voy a dormir y tengo un sueño que me ha hecho mucha gracia.
El sueño.
Tengo que presentar un libro de piratas en un colegio. Hasta aquí, bien. Lo he hecho antes, así que es una presentación literaria, sin más. Pero esta presentación es un poco extraña, vienen los personajes del libro.
-Bueno, vale -digo a la profe-, entonces, ¿qué? ¿se esconden allí entre las mesas? ¿Y salen y hacemos la presentación?
Es raro que estando tan triste haya tenido este sueño.
-Sí, sí -me responden-, son dos... mira, la madre y la hija....
Bien. Pero cuando empieza la presentación aparece el pirata.
-¡Anda, pero si es Jack Sparrow! -digo.
-Claro -me responde un profesor-, es que la película va de eso. El libro...
Jack que avanza por el aula, me mira, hace esos gestos tan divertidos con las manos levantadas a dos centímetros de mi rostro.
-¿Y el ron? -pregunta.
¡Jajajajaja!
-No hay ron -le contesto-, estamos presentando. Venga, la historia va de esto y lo otro...
La cuento. Los alumnos me miran.
-¡No, no! -grita alguien.
Me giro.
-Hay que empezar de nuevo, faltan los soldados.
-¿¿Qué??
¿Soldados?
Aparecen los soldados. No vamos a caber en el aula.
-Bueno, venga, ¡un poco de orden! ¿A ver, los soldados van allí?
Venga, pues unos allí, otros allá. Jack que entra y sale del cuarto que hay junto al aula. ¿Todo bien? ¿Estamos listos? ¡pues a trabajar, por favor!
-La historia va de...
Entran los soldados, sale la madre y la hija, entra un marinero, sale un contramaestre... Entra Jack, borracho. La madre le da una bofetada, la hija corre hacia él...
-¡¿Queréis parar un momento??! -grito.
-¿Que ocurre? -me pregunta Jack.
-¡Jajajajaj!
Madre mía.
-A ver... Que yo lo entienda. Ella te busca a ti, la otra también, tú buscas el tesoro, el pirata quiere el tesoro, los soldados te quieren a ti, pero se encuentran con ellas...
Dios Santo.
Jack avanza, bamboleándose.
-Querida, aquí todos tienen intereses.
-Bueno, vale... -respondo-, venga, pues empezamos de nuevo la presentación. ¡A ver! Desde el inicio, ¿vale?
Empiezo a hablar de la novela, surgen los soldados, aparece Jack, Jack abre la puerta continua al aula, y en vez de salir la madre y la hija (que les toca), salen su contramaestre y otro marino.
-¡Jack, Jack!
Yo ya no los paro.
-¿Se puede saber qué hacen ahí?
-¡Jack, ¿cuándo zarpamos?
-En cuanto los vientos nos sean favorables...
Entran la madre y la hija, por donde no les toca, pues por donde les toca han salido los marineros amigos de Jack, entonces irrumpen los soldados. Yo desisto. Cada vez que sale alguien nuevo, viene con una historia. Las historias solo aumentan el caos porque cada una es una línea argumental distinta.
Y entonces aparece Barbosa y se une al caos, y viene la frase por la que os cuento el sueño.
-¿Para esto me habéis despertado?
Era Barbosa quien la dijo. Me giro. Veo un mono, soldados, marinos, la madre y la hija, alumnos, un profesor, un commodoro, veo tal caos... Y de repente se oye, por encima de todas las voces, a Barbosa que añade:
-¡¡Llevo muerto años... y me sacáis de mi estado para venir a hacer esto!!!! ¿¿Esto??
Es que hubo algo ahí... os lo juro, de pronto me pareció todo graciosísimo.
-Hay que venir a ayudar cuando es algo que merece la pena... ¡¡arrimar el hombro!!! -contesta Jack-, la vida y la muerte, compañero...
Y Barbosa que mira todo, como lo miro yo, es decir, os juro que por un instante me pareció que él estaba tan en shock como yo. Que ni siquiera era Barbosa, sino otra cosa. Os lo prometo. Se ve allí en medio, rodeado de veinte personajes, cada uno con un interés y Jack que en lugar de enfadarse con el caos... va borracho de un lugar a otro. Bamboleándose.
-¿Se puede saber qué es todo esto? -pregunta Barbosa.
-¡Jajajajajajaj! -me río.
Y me despierto.
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