Voy a meditar. 

"Voy a meditar... pero como hice la otra vez. En lugar de seguir las indicaciones del Templo virtual, lo que voy a hacer es lo de la otra vez. Porque meditar es cultivar, ¿no? Bueno, pues para cultivar algo (un estado mental) hay que regarlo. ¿No? Y, cuanto más repites, pues más florece. Así que, ¡hala! ¡Paso del guía y a meditar!"

Veréis, hace unos días por pura casualidad, meditando, descubrí una cosa y, ¡me entusiasmo tanto! que pensé que había dado con la piedra angular de la meditación. Es una cosa muy sencilla. Se trata de llevar el verano a cualquier tiempo. Vamos a ponerlo en otras palabras: imagínate en tu lugar favorito o con tu persona favorita y luego, extiende eso al resto del día. ¿Me seguís? Vais a tener que probarlo, porque con palabras no sirve. Se trata de llevar las vacaciones a una oficina cargada, de llevar el amor a un momento de pánico, de llevar la compasión a un momento de odio. Si no lo probáis, no lo entendéis.

Lo descubrí por pura casualidad y me dije: ¡ah, esto es la respuesta!

Así que cerré los ojos y me dije: "ya conoces un montón de técnicas, así que, ¡venga! Empiezo por esta... 7 respiraciones... y ahora esta otra... y ahora..."

Gratitud.

Respiración.

Atención.

De pronto...

".................y los ruidos, el vecino, .... Lucrezia de Medici, ......."

Miro la "corriente" de ideas de mi pensamiento.

-Ajá, sí, muy bien -me digo, viendo pasar la portada de Hamnet por delante de mí-, muy interesante. ¡Hala, adiós! -la saludo con la mano.

"........la tienda del centro tiene más libretas de colores..."

Y me digo:

-Venga, ¿te importaría elegir un momento que queramos "cultivar"?

-¿Cómo cuál?

-¡Yo que sé! Venga, piensa en uno... como el otro día.

Silencio.

-A ver... quizás podría pensar en... no sé, en las vacaciones.

Silencio.

-¡Ya lo sé! ¡Lo tengo! ¡Cuando cediste el paso a esa señora el otro día y su reacción!

La escena vuelve a mi cabeza.

-¿¿Cómo me sentí?? ¿Eh? ¡Ese momento! ¡Eso es lo que quiero cultivar! Me sentí genial.

-Con Espacio.

-¡Y eso que era un día horrible!...Todo el mundo molestándose. ¡Venga, pues lleva eso a esta sesión! ¡Qué gran meditadora soy! Todo el mundo debería conocer esto de "trabajar al revés". En lugar de esforzarte en ser amable, sentir lo que sientes cuando lo eres. Y la amabilidad llega sola. ¡Es que estaba haciéndolo mal! 

-Qué orgullosa estás del hallazgo.

-Pues sí, pues sí. Es que soy la mar de inteligente. ¿Sabes?

-¿Te acuerdas de los coachings del compañero?

Me pongo roja como un tomate. 

-Cállate.

-"¿Qué tiene de malo que..?"

-¡Vale! ¡Deja de fastidiar con eso! Sí, él quizás ya sabía esto, hace años. ¿Y qué? ¡Venga, cultiva ese "estado mental"! Cuando hay espacio y...

-¿Has pensado alguna vez en la dinámica newtoniana de los fluidos?

-¿QUÉ¿???

-La dinámica newtoniana de los fluidos.

-¿Pero qué? ¿Me tomas el pelo? ¿¿¿Qué puñetas es eso???

-No lo sé. Piénsalo... igual te gusta.

-¡Jajajaja!

Silencio.

Se oye una cotorra, dos... tres. Respiro. El momento fugaz de espacio y amabilidad pasa. No hay manera de retenerlo. Silencio. Silencio y más silencio.

-Oye, no estoy cultivando nada -me digo.

Japón.

-Sí, eso es Japón -me digo, viéndolo. 

-¿Qué te pasó en la cafetería de Japón?

-Ya lo sabes.

-No. Repítelo a ver.

-Jajajajaja.

Silencio.

-Pues... que esto que te he dicho sobre llevar las cosas de un escenario a otro me ocurrió allí.

-Que te encontraste.

-Sí.

No sé qué tiene que ver eso con esta meditación absurda, pero bueno.

Silencio.

Tic-tac-tic-tac... silencio. 

¿¿¿???

-Oh, vamos, yo quiero algo un poco más espectacular. No sé, ¿no puedo cambiar algo un poco más... importante? 

Silencio.

Ains.

Suspiro.

Abro los ojos.

"Vaya birria de meditación", pienso. Miro el reloj. 17 minutos. 17 minutos en no hacer nada. No soy más lista, ni más amable, ni brillo más.

¡Bah!

Por cierto, ¿qué es la dinámica newtoniana de fluidos? Lo he buscado en Internet y me sale un texto larguísimo sobre como fluyen las cosas. Menuda estupidez. ¡Odio las matemáticas!