Voy a contaros lo que he soñado hoy (con fiebre, por cierto, me temo que he agarrado una pequeña infección), pero antes de hacerlo voy a contaros de dónde creo que procede el sueño.

Hace unos días, viajando en AVE me puse a  pensar en la frase que dijo el astrónomo de la visita el Observatorio Nacional: "Y hasta aquí llega el conocimiento humano, pues todas las leyes naturales dejan de funcionar en los agujeros negros".

Fue la forma de decirlo lo que me hizo pensar que debían ser muy interesantes. Hizo un gesto con la mano, personal e inconsciente, sobre su propia limitación.

Mientras iba en el asiento del AVE, con los ojos cerrados, pensé: "Venga, no puede ser tan difícil".

"Sabemos que para acercarnos a la velocidad de la luz tu masa aumenta y que no podemos ir a la velocidad de la luz porque el objeto tendría infinita masa, ¿no es así? Vale, pues si yo tengo algo de infinita masa y sabemos que el espacio-tiempo se deforma... entonces... ¿un agujero negro es una burbuja de nuestro Universo?"

Lo visualicé.

"Ah... entiendo... así que nuestro cosmos es... o tiene... burbujas".

Luego me vino a la mente la pregunta de: Si yo diera una vuelta a la Tierra tan deprisa como para verme partir, ¿sería solo una ilusión o estaría en el pasado? 

Abrí los ojos y mandé un correo al astrónomo.

Asunto: He resuelto el Universo.

¡Jajajaja! No le puse eso.

Puse: Se me ha ocurrido algo.

Me contestó muy rápido, y empezaba riéndose. Dijo que no, que no podría llegar a tiempo de verme partir, aunque la situación más parecida a mi ocurrencia se llama "esfera de fotones". Añadió algo y luego dijo algo absolutamente extraño:

"Lo de que la masa sería infinita depende de tu sistema de referencia. Para ti tu masa siempre sería normal".

¿¿¿????

Espera, ¿qué?

Bueno, yo soy una completa ignorante en física. Pero escuché que un objeto acelerado a la velocidad de la luz tendría masa infinita, y ahora él me dice: para ti no cambia.

Bien, creo que mi sueño viene de aquí.

(Ay, señor, no puedo creer que ponga soñar en el buscador del banco de imágenes y el banco de imágenes me devuelva algo que nada tiene que ver con el término pero salía en el sueño)

El Sueño.

Casi nunca tengo sueños lúcidos. Puedo haber tenido cinco en toda mi vida. Pero este era uno de esa corta lista. Me había acostado pronto, tenía algo de fiebre... y soñé con todo un mundo.

Un mundo plagado de personajes y de fantasía para nosotros, pero con coherencia para ellos. Tenía su escala social, sus seres diversos, su sistema político... Lo tenía todo,  solo que si te fijabas bien (y siempre que vinieras de este mundo, del nuestro) veías señales. Cosas que eran de aquí y también estaban allí, pero al estar en ambos mundos y tener tú la visión acostumbrada al uso de nuestro mundo, te producían extrañeza.

Así que conseguí averiguar que estaba soñando. Nada era real. Y semejante descubrimiento me llevó a lo que vosotros también habríais hecho.

Anunciarlo.

"Esto no es real". "Estáis atrapados". "Tenemos que salir de aquí". Etc. Etc.

Me uní a algunos personajes a los que me empeñé en guiar por toda una amalgama de escenarios para sacarlos de allí porque ¡pobres! ¡Estaban cautivos! Estaban en sus guerras y sus luchas y... sin darse cuenta que no era real, ¡era un SUEÑO!

Cada escenario tenía algo raro para mí pero normal para ellos. Vehículos raros, animales imposibles. ¡Claro, es un sueño! pensaba yo. Pero los pobres habitantes de aquel mundo no podían despertarse.

Cada personaje nos daba otro de referencia al que buscar, hasta que, huyendo y perseguidos por algún tipo de poder político alcanzamos un lugar en el que había un "hombre sabio". Entré en su extraña casa, seguida de "los rebeldes" (vamos a llamarlo así, aunque yo no dejaba de decirles que ese mundo suyo era un sueño y yo les iba a llevar al mundo real, y los rebeldes estaban a otra cosa, no a mi cruzada personal de enseñarles que vivían un sueño). 

El supuesto "hombre sabio" era un personaje que tenía puesta una cinta (¡ojo, a la casualidad del banco de imágenes, jajajajajja...!) de vídeo (no de cassette) en un aparato que la reproducía sin más. Sin estar conectado a un televisor, sólo daba vueltas. Y para aquel hombre y aquella sociedad, aquello era una especie de objeto mágico o extraño. Y yo lo que vi fue un Vhs (una cinta de vídeo) corriente y moliente, y esos pobres ignorantes la debían tener como un objeto místico. ¡Pobres idiotas no se enteraban de nada!

Presa de mi ira, fui directa al aparato, saqué la cinta y delante del escandalizado sabio tiré de ella (cosa que habréis hecho alguna vez si habéis nacido en los ochenta) y me cargué toda la atmósfera reverencial.

-¡QUE NADA ES REAL! -grité-, ¡y esto es un cinta de vídeo! (de mi mundo, habría faltado añadir)

-¿Pero qué haces? -dijo el dueño de la cinta.

-¡Me tenéis harta! ¿Cómo llego a mi mundo? ¡Dime dónde está la frontera! ¡Esto no es una reliquia! 

(Tenéis que entender, lectores, que llevaba ya mucho tiempo viajando).

El supuesto hombre sabio no contestó.

-¡¡Tú sabes cómo llegar!!

Irrumpieron los que nos perseguían y empezó una extraña lucha entre los rebeldes y ellos. Sólo que alguien de los "no rebeldes" me habló en ese momento.

-Ilusa.

Me giré. Os juro que era el propio sueño quién me hablaba.

La lucha de los otros seguía, pero como si no tuviera nada que ver conmigo. Me sentí de pronto una extraña en medio de un escenario ajeno. 

-No hay frontera.

Cómo que ¿no hay frontera?

-La energía de lo que perciben es anterior a ellos. No hay frontera. No es algo físico. Todo lo que pueden percibir está antes que ellos, antes que su percepción, por tanto...

"...Por tanto cuando miran algo es siempre de su Mundo", pensé.

Oh, cielo-santo.

Al otro lado de mi posición y la del hombre sabio había una pared, la pared tenía una ventana. Tras la ventana, se veía el reflejo de una chica en el metro. En el suburbano.

"Eso es el metro".

Yo veía el metro. O más bien un reflejo del reflejo de una chica en el metro.

Entonces me entró el pánico con una idea. Algo que me atravesó el corazón y me dejó helada.

-¡Espera! -grité-, ¿mi mundo es igual que este?

Ante mis ojos, todo empezó a oscurecerse, el sueño se desintegraba.

-¡OYE! -ahora sí que me enfadé de verdad-, ¡ESPERA! ¡¿MI MUNDO ES COMO ESTE?! ¿NOS PASA LO MISMO A NOSOTROS?

Me desperté.

Odio a mi cerebro. ¡Jajajajajaj!

Bien, voy a contaros algo. Cuando a Einstein le dijeron lo de los experimentos cuánticos, contestó: "Dios no juega a los dados" y "La Luna está ahí aunque yo no mire". Quiero que prestéis mucha atención a esa última frase, porque al medir algo a nivel subatómico, lo cambias. Lo que, en palabras de mi hermano mayor, hace que te plantees qué es medir. Medir es percibir. Pero a esos niveles, requiere modificar la partícula. De ahí que algunas cosas estén y no estén a la vez.

Bien, Einstein dijo: "Sí, ya... lo que tú quieras, pero la Luna está ahí aunque yo no la mire".

Mi sueño no me dice que lo que ellos no ven no está si no miran. Mi sueño dijo la energía pero... yo no sé si ese término es correcto. Se refería a que ellos solo pueden percibir la Luna como la perciben. ¿Me entendéis? Sí, la Luna está porque la energía está... o lo que sea que quiera decir el sueño. Pero los que la miden sólo pueden medirla de una forma. Cuando ellos la miran es la Luna, cuando la miro yo es... mi Luna. 

¿Me intenta decir el sueño que vivimos en una serie de mundos o universos superpuestos? ¿Y que percibir la realidad no es independiente del medidor de la misma?

¿¿??