Fracasar es no hacerlo.

 Hay una serie de creencias relativas al oficio de escritor que a mí me han ayudado mucho y que no sé de dónde las he sacado, pero en comparación con lo que le pasa a algunos amig@s y con sus experiencias de vida, me hacen reflexionar sobre dichas ideas.

* Más o menos al mismo tiempo que desilusionaban a una conocida mía que perdió un certamen literario y decidió estudiar ciencias, a mí a muchos kilómetros de distancia me ponían un cheque en la mano con doce años y me decían: "Enhorabuena, has ganado el concurso" (todo, recordemos, porque un profesor de literatura tuvo a bien decirme que no sabía lo que era un diccionario) Y gané con un relato maravilloso sobre una chica y su diccionario... En fin, eso a mí me sorprendió pero me abrió una puerta y gané los tres concursos siguientes (Ayuntamiento, nacional, etc.) y bueno, seguí con eso... aunque ya escribía desde más niña. Pero fue con 12 años cuando pensé que podía... hacerlo de forma profesional. Nunca pensé en vivir de ello, sí en publicar. 

*Tal creencia me llevó a: Si es bueno, sale. Lo que me llevó a esta otra escena: no ganar un Concurso de Planeta, con 13 años y estar delante del editor que me dijo: "¿Lo has escrito tú? ¿Me la dejas?" y contesté: "No. Porque no es buena. Si fuera buena, habría ganado". ¿¿Estás segura?? Dijo el editor. Yo, claro, no tenía ni idea de que era la más joven del concurso. Me sentía mayor. Y no era mayor. Era una cría con un manuscrito de ciencia ficción en la sede de Planeta. ¡Jajajaj! Y dije que no. Que me lo llevaba. Pues no era lo suficientemente bueno, pues no había ganado. 

*Seguí ganando concursos hasta que una amiga me publicó un libro de relatos y hasta que, ¡casualidades de la vida! Espasa (Planeta) me dio la oportunidad. A partir de ahí, empezó la parte profesional desconocida: presentaciones, firmas, encuentros de blogueros. Y cosas para las que yo... digamos... ¿cómo decir esto? ¿No puedo escribir detrás de una puerta y que nadie me conozca? La parte social no es... bueno, la fama no me llama. La primera vez que unos lectores me pidieron una firma con los ojos encendidos de emoción pensé: ¿por qué? Luego ya te acostumbras y luego ya los niños son absolutamente maravillosos. Son niños, claro, yo escribo para peques. Los adultos se sorprenden cuando saben de mi otro oficio y me hacen muchas preguntas (es una cualidad la de ser escritor@, que despierta interés). En realidad el oficio es echar horas y leer. Y eso que yo no vivo de ello. 

Viajé. A Canarias. A Valencia. Presenté en institutos. 

Las presentaciones me enseñaron dos cosas. No tenía miedo. Y era buena formadora.

De ahí, salté a dar clases en el trabajo. Me apasionaba. Me encanta. Desaparecen los miedos, lo que importa es el mensaje. 

Resumimos creencias escritoriles: Si es bueno, sale. 

Y la más importante: ¿qué es fracasar?

Fracasar no es que la novela no guste. Cuando haces una novela que no gusta, no es un fracaso. Un fracaso es no hacerla.

¿Por qué digo esto? Voy a sacar una novela en breve. Una novela más adulta. Me cuesta, claro. Es un reto, es nuevo. Tengo miedo, tengo dudas. Quiero mejorar muchas cosas. Me atasco...

Y cuando me atasco, me digo, ¿por qué? ¿por que no la ves lo bastante buena? Vale, hay cientos de libros "no lo bastante buenos", que están ahí, incluso que gustan, e incluso que gustan mucho. Eso no tiene nada que ver. ¿Qué es fracasar? Fracasar es no hacerlo.

Fracasas cuando dices: "nah, qué historia tan mala... la dejo, abandono. Esto no vale para nada".

Borras, hoja en blanco. Y eso... eso es fracasar. "Quería hacer esto pero he fracasado".

Todo lo demás (el libro no nos encaja en la línea editorial, etc). Eso no es un fracaso. Eso es un "no me va bien", "no me interesa", "tengo cien mil autores nuevos", "lo siento, no sé si voy a vender mucho contigo". O incluso: "uff, lo leí y no me ha gustado". Nada de eso es fracasar. Todo eso es como si buscas un rumbo y no lo encuentras. Como buscar una dirección... que desconoces. Es buscar. 

Fracasar es no enviarla.

Imaginad que el autor de La Princesa Prometida, de Star Wars, de Harry Potter,... un actor, un cineasta, un músico... hubieran dicho: "uff, qué cosa tan mala... no lo tengo claro. Mejor lo dejo". Hala. Nos quedamos sin historias. Brad Pitt sería cocinero, Salvador Vidal se habría dedicado a otra cosa y nos quedamos sin su voz... ¿y si el que llamo Muso hubiera dicho "nah, mejor dejo el budismo"? Mejor no escribo Harry Potter, mejor no sigo practicando patinaje, mejor no creo esa escena de cine que me apasiona porque no le va a gustar a nadie... Eso es fracasar. 

Pienso en un mundo sin todos los autores/actores/músicos/artistas que me gustan y sólo con eso ... vuelves al trabajo. 

Una vez una joven alumna se me acercó en una firma y me dijo: "Tu libro me ha cambiado la vida". Tenía trece años. Mis novelas no cambian la vida de nadie... pero a ella sí. Por lo que sea, porque estaba triste, porque se llamaba como la protagonista, porque cree en lo que cuento... Por lo que sea.

Lo importante es el lector. Llegar a él y transmitir. 

¡No se permite abandonar! ¡Al que abandone lo arrojamos por la borda! ¡jajajaj! 

Dedico esta entrada a los que han hecho posible y trabajan en los espectáculos del parque Poy do Fou de Toledo. Imaginad que todos esos profesionales dedicados a ello hubieran dicho: "mejor lo dejo" o "qué miedo, ¿y si bailo mal?". 

¿Y si el actor no se hubiera dedicado a lo que hace?

Creo que valoro mucho las historias. La parte "de negocios" no me gusta, pero la genialidad me encanta. Es la valentía de seguir un sueño. ^-^ Y el esfuerzo de mejorar todo el tiempo. 



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