Recogiendo.

 




Ayer fui a merendar a casa de un amigo. Hablamos. Le conté porqué había estado mal durante la semana, haciendo toda una pantomima que le hizo reír. Sé que llevaba días preocupado y yo no hablaba. Mi amigo me contestó y me dijo que toda la parte que yo le había contado estaba bien. Luego hablamos de mis ex-novios. Se echó a reír. Me dijo que dejara de pensar en que yo hago las cosas mal. Luego me contó lo mismo que había dicho mi hermano mayor. Algo, sobre este mundo, más general.

-¿Quieres dejar de tocarte el pelo? -me preguntó.

No me di cuenta. Llevaba como un buen rato enroscándome un mechón entre los dedos. Mi amigo se echó a reír.

-¡Jajaja! ¡Para quieta con las manos!

Imposible. No controlo nada mi lenguaje corporal.

Tras hablar tres horas (y yo ya venía sin voz de dar una clase), echamos un par de partidas a las cartas. Miré por la ventana, estaba oscureciendo.

-Tranquila, yo te acerco luego a casa...

-¿Sabes? Tu primo es un hombre sabio.. -comenté.

-¡Jajajaj! ¡jajajja! -mi amigo se partía de risa- ya estamos, ¡deja de ver a (su primo/ o mi amigo músico) como un gurú!

-Yo solo digo que hablar con él de estas cosas es divertido. Tú deberías hablar de tus cosas con él. ¡Te hace reír! Él tiene razón... lógicamente, tiene razón.

-Ya, porque es pragmático.

-Claro.

-¿Se parece a tu Muso? -me preguntó mi amigo.

-Mmmh... no. El Muso es más... más irónico. 

La forma de denunciar algo o de aceptar algo que no es correcto de mi profe de budismo es un sentido del humor sutil,  o la ironía, y te ríes. Yo siempre pensaba: "¿cómo es que no se enfada?". Y, de hecho, yo estoy en su situación y me vienen a contar las mismas historias, y mi reacción natural es pensar: "¿Por qué me lo cuentas a mí?". Ya sé que es ridículo, pero... es que tuve que frenar a una compañera el otro día. Se estaba desahogando, ¡pero es que no se da cuenta de que no he sido yo la que le ha dado la patada! Y le dije: "¿y quién hizo eso?" y ya se cortó un poco. "Ah, no sé" "Ah, pues yo tampoco" contesté. Si dijera yo la lista de cosas que me parecen mal... es como la muralla china. 

Ese tipo de cosas me afectan bastante. Uno de los motivos que desencadenó mi tristeza es que tengo un amigo autónomo, lo está pasando mal, y al llamarle me dijo poco menos que se metía a delincuente. Pero no fue lo de "voy a actuar de tal manera", sino lo de "pues si a mi me hacen daño, yo hago daño a los demás". Conozco a ese chico desde la universidad. Me decepcionó muchísimo con esa actitud de trasladar su problema a otros. Yo le llamaba porque quería ocupar mi lunes ya que no podía ver al actor, y además de desayunar con otro amigo que es maravilloso y divertido, pues llamé a mi amigo autónomo. Y mi amigo autónomo me dejó tan deprimida, que antes de volver a llamarle necesito un chubasquero emocional. 

Su vida es su negocio. Tal cual. "Si pierdo este negocio me pego un tiro". A ver... no. Diversifica. Pide ayuda. "No, es que no quiero". Vale. Genial. ¿Y el plan es? "Que si cierro salgo a la calle con un bate de besibol porque el mundo es... ".

Me afectó muchísimo la conversación, muchísimo. Desdencadenó que yo recurriera al actor, el actor me relegó en ese instante, y entonces me di cuenta de: "¿quién mira por mí?" Yo también necesito cosas. Abandonada y desilusionada. 

Y de ahí pasamos a una debacle emocional que casi pone fin a la relación (y sin casi). 

Volviendo a la merienda con mi otro amigo. Me preguntó porqué ya no veía la serie The Boys, le contesté que para ver cosas que te revuelven el estómago prefería ver otras. (No puedo con el personaje de Patriota, me resulta literalmente insoportable. Para mí ese personaje es como .... el mal)  Veíamos la serie porque yo quería que alguien hiciera justicia, pero viendo que no... paso.

-¿No es el robot de Prometheus? -pregunté.

-¡JAJAJAJJA! -a mi amigo eso le hizo mucha gracia-, ¡jajajaj! ¡No! ¡Se parecen, pero no! El que hace de robot ahí es el que hace de Magneto en las pelís jóvenes de Xmen.

-¡Ah!...

-Es que la mirada se parece, ¿verdad? ¡Jajaja! -me dio la sensación de que él lo había pensado también.

-Sí... Desde luego. No sé, son tan... ¿altivos? La verdad es que lo hacen muy bien. Es decir -caí en la cuenta entonces-, realmente es que odio a Patriota. Tiene mérito, ¿verdad? Resultar tan odioso en la pantalla.

-¡Jajajaj! Ya. Pero mucha gente confunde a los actores con los personajes.

-Sí, tienes toda la razón.

Volvimos a casa.

Hablé con el actor.

Yo ya no tenía voz. Casi. Forcé más la voz y la verdad es que al colgar -porque estábamos agotados los dos, o yo por lo menos-, y un poco más tarde pensé que él tenía toda la razón en algunas cosas. Y pensé: "esto no pinta bien". El Muso también me había dicho elige lo que te hace bien.

No es fácil.

Quizá si se pudiera llegar a un punto medio. 

Lo fantástico es que nunca había tenido una relación de llegar a punto medio. Lo normal es que huya mucho antes. Pero por otro lado, que soy un rato terca... y que quiero cuadrar un círculo es verdad. Hasta límites insospechados. Entonces es como "no tengo razón", pero me da todo igual porque le quiero. Ese es mi punto medio. ¡JAJAJAJ!

¡¡Soy un desastre!! Es imposible que esto acabe bien. 

Así que me desperté de madrugada,.... constipada.

"¡Ah, no!" pensé.

"no, no, no, no, ¡¡¡venga ya!!!" (esto le dije a mi pensamiento o yo interior, o lo que  sea. Llamádlo como queráis)

Ains.

Me levanté. 

Cambié el discurso, en lugar de decirle a mi pensamiento que no se pusiera malo, le pregunté ¿cómo puedo ayudar?

Mi intuición interior me dio la respuesta.

Vaso de infusión, miel, mantita. Dormir más.

Me desperté bien. Es la garganta, la tenía inflamada por hablar tanto. Demasiado sobreesfuerzo ayer, dando la clase a gritos. Con mascarilla. Y pensé, ¿no me decía el actor lo enfadado que estaba por trabajar con mascarilla y yo venga a defender las medidas de seguridad? Pues toma. "Ahora ya lo entiendo" pensé. Así que lo primero que le pregunté cuando llamó fue:

-¿Todo bien? ¿Tuviste que trabajar con mascarilla? 

Y este es el comienzo de una conversación de dos que están enfadados... 

¿No podía ser la vida un poquito más simple? 

Nada más levantarme, ducha caliente de vapor, recoger, lavadora. ¡Y hacer la compra! Una compra de las buenas. Estudiada y meticulosa. Soy de esas personas que son felices porque al acabar la leche condensada o el cola cao, abren la despensa y tienen otro bote nuevo esperando. ¡Jajajaj! 

Y el resto de la jornada, hoy, la voy a pasar descansando o por el barrio. Leyendo, escribiendo la novela de fantasía cuyo prota es el actor pero disfrazado. Aunque en realidad si la leéis diríais, ¿en serio todo esto vienen de él? Pues sí. Tenía ganas de explorar un sentimiento y... como no soy capaz de hacerlo de frente me he inventado una historia con tres... ¿mitologías? y todo un elenco de personajes, eso por no hablar de la mañana que pasé documentándome con uno que sabe mucho de este tipo de mundos fantásticos.

Es como si te dicen: ¿por qué has escrito El Hobbit? y la respuesta es: "porque mi vecino me dijo que lo acompañara a una excursión". Más o menos, es eso. 

Los autores estamos un poco locos. 



De todas formas, para irónico esto: hace unos meses mandé una novela a Random. Me dirán que no, ya os lo anticipo. Pues resulta que escribiendo la novela, le dije a mi yo interior (*o intuición o lo que sea). "¿Qué nombre le pongo a este personaje?" y añadí, pensando: "Tiene que ser un nombre que sea fuerte, pero lo bastante poco usual como para que nadie se sienta ofendido luego, ya que a lo largo de la trama la protagonista pasa de estar enamorada a darse cuenta de que es un poco...".

Mi "yo interior" me dijo un nombre. 

"¡Ah! perfecto!" pensé. "¡Es genial! Tiene todo lo que te he pedido y es poco usual,... ¿Dónde iba yo a conocer a un...?".

Es el nombre del actor.

JAJAJAJAJJA!

jajajajja! Son cosas que no son normales. Se lo conté al actor y él se ríe. "Soy el malo de tu novela" dice. Y yo me pongo roja, rojísima. Me dan ganas de esconderme cuando dice eso.

Es igual que cuando le conocí. Poco antes de conocerlo, en la cola del teatro, yo miré a mis seres queridos y pensé: "Ya está, no hay nada más. Esto es todo lo que tienes y todo lo que tendrás siempre en esta vida y está bien" (eso le dije a mi yo interior). "Nunca vas a tener una pareja porque no es lo tuyo, pero tendrás otras cosas. No esperes nada más de la vida".

Minutos después se levanta el telón... y apareció.

Y un par de meses después,... nos tomamos un café. Y resultó que era científico.

Casualidad, ¿no? Si todo esto os parece normal y no veis una especie de sutil ironía que a mí me eriza la piel del brazo,... pues no sé. Yo siempre digo que el Universo es irónico conmigo. Es la sensación que me da.

Seguro que lo es con todo el mundo, también. ¡¡SALUDOS!!


0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises