Con 7 u 8 libros en el haber y un par de proyectos libres, uno mandado a Random... y la cabeza llena de pájaros, creo que puedo decir que el objetivo de ser escritora se ha cumplido.

No vivo de ello (de hecho, soy casi altruista).

Pero... no puedo decir que no sea profesional. Tengo una balda de la librería de casa llena de mis libros. Y me acaban de encargar otro para primavera. Están en Lfnac, en El Corte Inglés,... etc.

Eché un vistazo alrededor pensando: "es la casa de una escritora"

Y lo que vi son tazas.

Lo que tengo por todas partes no son diccionarios y libros, son tazas.

¿Sabéis esas casas de la gente intelectual que tiene libros en todos lados,... en la mesita de noche, en el suelo del cuarto de baño, en la repisa de la ventana, etc. etc.?

Mi casa no es así.

Lo que tiene mi casa es una taza de té en la mesita de noche, una taza de otro té en la mesa del salón, una tercera taza de otra infusión en la mesa roja del mando a distancia. Una cuarta taza sobre la encimera de piedra, y una quinta en el cuarto de baño.

"Podría recorrer el día de ayer de taza en taza..."

Tomo infusiones cuando trabajo. Y cuando descanso.

No es nada glamuroso, pienso buscando más cosas que reflejen que escribo libros. Más que una escritora... ¡lo que soy es una adicta al té!