Así que me puse y resulta que estoy en el final. Final-final. Saqué de la librería otro libro (manía de escritor nueva, tener otra obra a mano, de apoyo) y resulta que estaba en el capítulo final (re-escribiendo) y me acabo de dar cuenta de que tengo que aligerar a cierto personaje. Porque toda la obra, en cierto modo (y sin tan cierto) está vista desde la perspectiva de un personaje. Uno ñoño e indeciso. Así que todo es un tanto "tragedia". Pero ese final, y esa explicación del misterio, me presenta a un secundario protagonista mucho más espabilado y ... que le da menos importancia al asunto.

Y ella lo acepta.

Así que hay que centrarse más en el juego. Hay que marear más a los personajes durante la trama y hay dotar a la secundaria que provoca todo de matices más atractivos. Me refiero a que con ese final... 

¡¡Tengo mucho curro!! ¡jajaja! Esto va a ser una mezcla entre un escape room y una novela juvenil.