En el que empiezo de nuevo "oveja mansa" (Connie Willis)


No sé si os he contado alguna vez que yo releo mucho. Y lo mismo me pasa con las películas, si una pelí me gusta, la pongo, una y otra vez, aunque pasen meses o incluso años. Lo curioso es que esos libros y esas pelís tienen cosas nuevas cada vez que las veo. 

Lo voy a ilustrar con un ejemplo, y no vale reírse, pues es película romántica. La primera vez que vi Leyendas de Pasión, toda la culpa la tenía Alfred. La segunda vez que vi Leyendas de Pasión, toda la culpa la tenía Susana. La tercera vez que vi Leyendas de Pasión, el culpable era Samuel por querer ir a la guerra (y, mientras esto ocurría, un ser querido me decía: "el culpable es Tristan" y yo me tapaba los oídos). Y así una y otra vez, tratando de encontrar el momento de la historia en el que si hubieran tomado otra decisión (y quién era responsable) el resultado habría sido distinto para todos. Hasta que en el visionado número diez, me di por vencida, pues eran múltiples los momentos en los que todo habría podido ser diferente y ninguno pesaba más que los demás sobre los efectos que vendrían luego. Samuel pudo optar por no alistarse, Tristan por no abandonar a Susana o no escribir la carta, etc.

Del mismo modo, la primera vez que vi "Lo que el viento se llevó" el señor Gable me pareció un fanfarrón presuntuoso... y en el último visionado, acabé abrazando un cojín y pensando: "Pero luego vuelve, ¿verdad?" jajajaj...  

Con los libros me pasa algo parecido..

Ayer saqué de la librería los Cuentos de Asimov (por tener algo corto) y Oveja Mansa, de Connie Willis. Conocí a esta autora con la novela finalista del Premio Nébula, titulada "Tránsito", donde aparece una doctora que investiga desde el punto de vista científico las experiencias cercanas a la muerte. En ese mismo hospital trabaja un "medium" que trata de hacerse rico con el tema, y un doctor que nada tiene que ver con eso y del que la buena mujer se acabará enamorando. 

Con este libro pasa una cosa, o te encanta, o lo odias. Veréis, a mí lo que me impactó mucho de él es que la forma en que están narradas las "experiencias". Ya que me recuerdan mucho a los sueños. Llega un momento en el libro en que piensas: "¿pero están o no están ahí?" y ... 

¡OJO, NO SIGAS LEYENDO SI LO VAS A COMPRAR!


... lo maravilloso es que tiene un final abierto que no lo aclara. Parece enfrentar religión con ciencia... pero en vez de eso, deja que el espectador decida. Y yo soy muy fan de los finales abiertos. En realidad gana la ciencia... o no. 

Cuando encuentras un detractor del libro, lo que te dice es que no entiende porque hay casi mil páginas hablando del Titanic, ¡jajaja!... Tiene razón, pero yo creo que no sobra ninguna. Insisto, lo maravilloso es cuando estás tan perdida que no sabes si realmente están allí o no. Y creo, de veras, que los sueños son eso, una forma del cerebro de comunicarse con nosotros. Y lo hace a través de historias. Aunque, no siempre le sale bien.. 

Tras esta novela, elegí Oveja Mansa y me decepcionó mucho. De nuevo, protagoniza una investigadora, pero esta vez su campo era la sociología. Aborrezco la sociología porque mi profesor de universidad se dedicaba a darnos tomos de novecientas páginas que tenía que aprender sin entender nada. Así que de entrada, que la doctora Foster del libro se dedique a intentar analizar de dónde vienen las modas a mí me hacía bostezar y seguir en la siguiente página... pensando, ¿cuándo pasa algo emocionante?

(Tampoco leas este párrafo que viene a continuación si vas a leer la novela).

Avisad@ estás:

Del libro en la primera lectura me quedé con dos cosas. Primera: "jo!!, Flip me cae fatal" y segunda: "¿por qué le da a ella la llave para resolver la trama?" ¿Por qué resuelve con ella? ¡Qué idea tan mala! ¡Si Flip es horrible!

Bien, por supuesto, la idea no es mala en absoluto.

En esta segunda lectura he descubierto algo interesante. Cómo presenta a Flip.

No hay nada más eficaz para que el lector entienda a un personaje que hagas hablar a otros que pueblan la novela sobre él. "Sí, es que ya sabes cómo es Rosa...", etc. etc. No lo cuentes tú, que el lector sea testigo invisible del chismorreo. Esto no siempre es fácil. ¿Os pongo otro ejemplo? "Louis, Louis, siempre quejándote..." Cuando Lestat habla del otro vampiro (se puede usar un omnisciente falso, me encanta ese tipo de narrador. Sólo conoce lo que piensa uno de los personajes, lo que hace que el lector empatice sin darse cuenta con él o ella) el personaje se vuelve más real. Otro ejemplo: "Conozco lo suficiente a Lestat como para no llorar su muerte..." Cosas así. 

Pero hacer que un personaje hable de otro delante del espectador, cuando eres narrador omnisciente no es fácil. Y la presentación de Flip va precisamente en esta línea. Primero, la doctora Foster me dice que es un castigo por intentar despedir a Desiderata (por cierto, qué hermoso nombre), y entre eso y su forma de describirla ya el lector se pone un poco en su contra. Pero lo que realmente hace que yo me ponga en contra de Flip son dos cosas. La primera, cuando el científico que investiga el caos es borde y le dice a la doctora: "Ay, perdona, creí que eras Flip" y lo que ella piensa a continuación: "sí, él era otra de sus víctimas". Y la segunda, la más relevante, el capítulo arranca con la presentación del personaje intentando ordenar los recortes de prensa que ha coleccionado sobre su tema de estudio. Vemos a la doctora realmente volcada en esta labor.

El final del capítulo es la siguiente frase de Flip hacia la doctora: "-Como vi que no venía, recogí esos papeles que tenía por aquí y los tiré a la basura".

Ahí es donde, como lector, das un pequeño brinco.

No me está diciendo que su ayudante es una tragedia con patas, (y eso que la respuesta cuando le pide la cinta adhesiva ya es para enmarcarla), lo que me está es poniendo un hecho desapasionado sobre algo que yo sé cómo va a afectar a la protagonista. Y eso es "mostrar" y no "contar". Y ahí es donde se distingue a un buen escritor y un escritor con recursos de uno que no lo es.

Por eso voy a releer Oveja Mansa. Me interesa la relación entre los personajes. Por cierto, está escrito con "narrador personaje". Lo narra la doctora Foster en primera persona. A la que me cuesta usar el recurso es a mí, que suelo escribir en omnisciente, salvo los libros de la Yotuber, que tengo que escribir en narrador personaje. 

En fin, que me enrollo, como siempre...

Saludos lectores !!! 



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