Diario de una meditadora parte II


Ya es casi miércoles. 
Esta mañana quise repetir mi super-sesión-meditadora del domingo, pero cuando me senté en mi cojín de meditación mi mente era un caos. Me dije "bueno, voy a esperar un poco porque el Muso decía que la naturaleza de la mente era clara y bondadosa", a lo que acto seguido me repliqué: "Un momento, un momento... ¿por qué iba a ser esa la naturaleza de la mente, si ahora está revuelta y agitada? ¿No es un poco parcial elegir la naturaleza según me convenga?". Me explico, si lo observamos desde fuera, ¿qué diferencia hay entre alegría y enojo? Es decir, no puedo tomar la alegría o la paz como "verdadera naturaleza" solo porque me gusta más que la agitación mental y el enojo. Eso no suena muy objetivo.

"Vaya, necesito un maestro"

Opté por "tanto la agitación, caos y enojo como la alegría, paz y serenidad son naturalezas de la mente". Si me leyera un budista muy sabio, igual no opina lo mismo, pero la verdad, no tengo ninguno a mano al que preguntarle así que sólo puedo saber lo que voy averiguando... y negar la agitación o decirme "oh, no, esto no es la verdadera naturaleza" me parecía ser un poco egoísta. Elegir a conveniencia, no sé si me explico bien.

Así que esperé más. Y más. Y acabé pensando que a lo mejor no era un buen día de meditación. A veces pasa. No había nada "malo" pero tampoco una concentración maravillosa... Hasta que al final, tras probar muchas cosas, pensé: "bueno, olvida toda idea preconcebida sobre el futuro".

Oh, eso sí funcionó.

¡Esa es la clave! La sensación de paz maravillosa volvió... Sólo existe el presente.

Respiré hondo y no me lo puedo creer... VUELVE A SONAR EL TELÉFONO.
Como ayer. En el mejor momento de la meditación, cuando descubro algo asombroso... ¡interrupción!

Esta vez sí me enfadé un poco. 
Ya es casualidad. Van dos días seguidos que cuando alcanzo el momento genial de: "ah, esto es, lo tengo!" SUENA EL TELÉFONO. ¡Y luego no hay llamadas! El resto del tiempo...

El caso es que me dice una persona de fuera que me ve menos estresada que antes. Y, esto es lo raro también, yo siempre abogo por una planificación meticulosa de antemano (tanto es así que me dicen que no pueden quedar conmigo sino pasan una petición con los detalles dos semanas antes, jajaja! Lo que es inexacto. Con una semana es suficiente). Bueno, pues resulta que ... a mitad de tarde me han cambiado el turno. 

Dicho de otro modo: sí, tenía razón lo que pensé durante la meditación. En vez de estar estresada por la cena... o por ciertas cosas, al final esas cosas no han pasado. 

Y tanta casualidad...  me hace pensar que hay cosas que me pasan para que aprenda cosas. No puede ser casual que la meditación vaya sobre "Abandona toda idea preconcebida sobre el futuro. Sólo existe el presente", y luego resulta que ocurre algo que habría echado por tierra mi planificación de la jornada siguiente, porque esta ha cambiado.

Pero si la cosa va de ser flexible... en pequeñas dosis, por favor, pues... no es algo que yo sepa...en fin, a mí se me da bien lo otro: PLANIFICAR. Y las cosas no planificadas dan mucho miedo.

Saludos!!! 

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