Sueños que son historias: el hada.


Bueno, este es fácil de entender. Ayer estaba muy triste y mi cerebro intenta remediarlo. Este mundo, o bien adolece de muchas faltas de comunicación o bien yo debería dejar de preocuparme por los enfados, errores y malos tratos de otros seres humanos. Estoy muy cansada, de verdad, de ver y lidiar con los malos humores de la gente. Y no hay forma de hacerse entender porque o bien no dominan el lenguaje o bien no escuchan. Y acaban echándote a ti toda la porquería que llevan ellos encima. ¿Para qué remediarlo? La gente pasa, pues vale... hay que pasar... así va el mundo. "No, yo paso" Vale. 

Este ha sido mi sueño:


Estaba en el jardín de una casa que conozco bien, y había más gente, seres humanos a los que yo quería mucho y desconocidos. De repente veo que cogen piedras del jardín y las llevan debajo de una mesa de madera, muy sólida, con cuatro patas y un tablero que por la forma de colocarse sobre ellas deja como una pequeña "cajonera". No digo que estuviera hecho así para tener cajonera, sino más bien que la forma de construir la mesa dejaba ese hueco. Daba impresión de ser sólida y era de madera maciza.

Llevan allí piedras y las dejan. Me dio la impresión de que estaban contentos.

-¿Qué hacéis? -les pregunto.

-Llevamos piedras allí y ella las convierte en dinero....

-¿Qué? -no entendí nada-, ¿cómo?

-Le dejamos piedras, ¡y nos da dinero!

Ya, sí, y qué más, pensé.

-¿Quieres probar?

Vale. Por probar no perdía nada. Cogí unas piedras -las elegí blancas, como cuarzo o algún tipo de cristal- me parecieron super bonitas y las dejé en la "cajonera" de la mesa. Volví pensando: piedras por dinero, qué tontería. 

Vi a otros seres humanos que conozco en la parte de atrás del jardín, hasta aquí todo bien, cuando de repente vuelven todos a la mesa a por su dinero, yo fui también con ellos (había seres humanos delante y detrás, en el jardín). Y cuando llego a la mesa, meto la mano debajo, -igual que las otras personas-, y al sacarla veo un enorme fajo de billetes enrollados. Debía haber como cientos.

Me quedé estupefacta.

¿¿¿Pero qué...???

Desenrollé el fajo, eran billetes de dolar.

-Ya te lo dije -me dijo la otra persona-, le dejas piedras y te da dinero.

Alcé las cejas muchísimo. ¿¿¿Qué???? ¿¿¿Quién????

-El hada.

¿Un hada? ¿¿Cómo la que te da dinero si se te cae un diente??
¡Las hadas no existen!

Los seres humanos volvieron a lo suyo.

¡¡Caramba, menudo chollo!! ¡Tú le das piedras y ella devuelve dinero! Claro que lo da en dólares pero seguro que se puede cambiar... Empecé a buscar piedras por el jardín. Mientras, los demás ya habían dejado las suyas.

Yo me entretuve con otras cosas y cuando quise ir a poner las mías... me di cuenta de que era la última. Y al acercarme sola a la mesa, con mis piedras, la vi. Y casi me caigo de culo. ¿Alguien ha visto las pelís de Guillermo del Toro, tipo El Laberinto del Fauno y otra más, donde hay unas "hadas de los dientes" que dan un poco de miedo? No logro encontrar en internet algo parecido a lo que vi. El hada tenía como varias piernas que terminaban así, en punta, sin pies (sin pies humanos, como esos bichos de Guillermo del Toro) y ... allí estaba, cambiando piedras por dinero.

No tenía nariz.

Sus ojos eran raros. La boca le iba de lado a lado de la cara diminuta. No tenía manos, sino ... brazos rematados también en pequeñas puntas. Y allí estaba.... real como mi café del desayuno.

Me asusté. No sé, me entró una especie de reverencia hacia ese... milagro natural... anticientífico... y me alejé dos pasos, pensando: "oh, cielos! es de verdad! ¿Cómo puede ser de verdad?"

Sentí que a lo mejor no era correcto haberla visto. Como si estuviera faltándole al respeto o rompiendo una ley natural.

Y entonces observé otro ser que...no os puedo describir muy bien. Imaginad una tortuga con una cabeza extraña. Y habló conmigo.

-Cuando ella era pequeña, podía dormir dentro de su boca -me dijo- pero ahora es mayor y es la reina de las hadas.

Y la vi crecer. Vi esa cosa diminuta hacerse mayor, y tenía una armadura. Dios, nunca he visto algo tan bonito. El "bicho" era feo de narices (si lo comparas con un ser humano) pero es que... al hacerse mayor todo era luz blanca... y belleza. No sé, es como un elfo con armadura (la armadura puede que no sea como vosotros la imagináis, era como algo que la protegía pero no sé, era extraño) La boca era extraña, la armadura también... y el bicho que hablaba conmigo lo era aún más.

Es como ser Alicia en el País de las maravillas pero con un toquecito gótico.

Me alejé de la "tortuga rara" (vamos a llamarla tortuga) y me acerqué a los humanos.

- ¡¡¡LA HE VISTO!!!

-Pues claro. Pero no la molestes.

-No, no me entendéis... ¡¡¡LA HE VISTO DE VERDAD!! ¡¡Y ES UN HADA!!

-Sí, ya te lo dijimos.

- ¿¿¿Pero a vosotros os parece normal???

-Claro.

Menudo chollo. Hace ricos a los hombres. Entonces, me paré a reflexionar. Y pregunté:

-¿Por qué cambia piedras por dinero?

-Bueno -me dijo un ser querido-, tú le das algo de su mundo natural... y el dinero es sólo papel. ¿Lo entiendes?

-Pero son piedras...

-Y ella te da papel. Ella no quiere el dinero.

Me puse a pensar más. ¿No era aquel modo una forma de estafar al hada? me pregunté para mis adentros. A ver, claro que el papel para ella... es papel, el ser humano le da importancia al dinero, nadie más. El comercio es algo nuestro. Y es una forma de comunicación, puede que de las más antiguas que existen. Pero... si recogíamos piedras, del jardín, se las dábamos, ella las volvía a colocar en el jardín y nos daba dinero. Y le dábamos las mismas piedras, ella las devolvía al jardín y nos daba más dinero,... al final, seguro que lo veis, eran las mismas piedras todo el rato.

"No sé si me siento bien con cómo estamos tratando al hada" pensé.

Y entonces me distrajo otro bicho.

En la rama baja de un matorral había un pájaro posado. Junto al pájaro había una cosa grande, con aspecto de insecto, pero más grande que yo incluso.

-Qué.. qué.. curioso -dije, preocupada.

Todo estaba lleno de seres no-humanos.

-Mi-mira, es como el mundo del revés, un pájaro pequeño y un ins... Eso tiene pinta de que vuela.

El pájaro no veía a ese otro ser.

El bicho salió... volando. Yo di la vuelta corriendo, llegué a la casa, abrí la puerta, y al cerrarla, me caí de culo porque esa cosa golpeó la puerta. Así que la cerré desde el suelo, empujando con un pie, y ... asustadísima.

Una parte de mi mente me preguntó si existía la posibilidad de que aquel ser no humano no fuera malo, pero... mira, con ese aspecto, yo no pensaba averiguarlo.

Del miedo, me desperté.


Sé que el sueño no es más que un refugio de mi imaginación para distraerme.
^_^ mejor vamos a empezar el día. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises