Estudiando psicología... (y con consulta de por medio)

Bueno, quiero dejar clara una cosa, yo admiro mucho a esa persona de la que os hablo. Dicho lo cual, vamos a la parte de la ciencia:


Tras tres meses casi sin consultar a mi amiga XX, ayer viernes fui a su consulta. Tengo algunos problemas de inseguridad bastante grandes, y aunque soy una chica tremendamente funcional como dice ella, resulta que es porque tengo "trucos"... y no herramientas. Siempre se me ha dado bien buscar trucos, para todo. 

Esta mujer cree que yo soy hiper-inteligente. A lo que yo respondo que suspendía matemáticas (quitando aquella vez que le dije a esa otra parte de mí que sacara el problema sin saber la fórmula y el profe llamó a mis padres. Ya sabéis, el examen se resolvía aplicando la fórmula en 1 párrafo. Yo llené tres hojas, por las dos caras... y lo resolví. Pero el profe le dijo a mis padres: "Me preocupa la forma de pensar de su hija". Me miró como si fuera de Plutón y añadió: "Y el caso es que lo ha resuelto... sin saber la fórmula, ha llegado hasta ella, pero lo mucho que se ha complicado para ello... En todos mis años de enseñanza jamás había visto algo así". Luego se acercó a mi cara y dijo: "No te sabías la fórmula, ¿verdad bonita?")

Ahí, con esa mirada, acabó mi aventura con las matemáticas. Siempre las odié. Y no volví a dejar que esa otra parte de mí resolviera problemas matemáticos. Era mejor suspender a que te mirasen así. Qué miedo.

Empiezo a preguntarme cuántas miradas han puesto fin a cuántas cosas... pero bueno. 

Por cierto, ¡jajaj! Mi fórmula no era incorrecta. Sin saber nada... lo que yo pensé es... parte de una verdad o premisa lógica y a partir de ahí busca la relación entre las cosas. No era tan complicado. Quizá sorprendía porque es como si te dicen: "Calcula X, si X=y2 lo que sea" y mi planteamiento en la respuesta arrancaba con: En el polo Norte hace frío...

Volviendo al tema, las tres o cuatro veces que he visto a esta mujer, a XX, sólo hemos hablado de cómo funciona el cerebro. Sólo eso, nada más. 

Pero claro, con dicha información, aplicada a la vida real, sucedió algo extraño. Suponed que os dieran miedo los parques. ¿Vale? Es porque me entendáis un poco. Cada vez que un autobús pasa por un parque o que veis un parque tenéis que ir corriendo a refugiaros en un portal. Ridículo, ¿verdad?

No es el caso, pero sí necesito poner un ejemplo para que se entienda. Bien, para empezar, si esto ni te lo has planteado en tu vida, no te darás cuenta de que tienes más opciones además de salir corriendo. Eso, lo primero. Vamos a ponerlo un poco más radical, imaginad que antes de subir a un coche os dan taquicardias. Eso sería lo bastante molesto como para que os preguntarais: "¿por qué?"

Ahora suponed que por algún milagro del destino, tenéis la opción de elegir. No siempre. Pero la tenéis. El choque que supone darse cuenta de ello es algo verdaderamente espectacular. Pero que, si no os ha pasado, tampoco lo podéis conocer como experiencia. Igual que yo no conozco muchas otras cosas como experiencia, porque no las he vivido. Es una libertad grande, como si te quitaran una pesada piedra del corazón, como si de repente pudieras ser otra persona. 

Y piensas "¿por qué?"

Tras tres meses de observación científica llegué a la sorprendente revelación de que tenía que ver con la autoestima. Que a su vez está directamente relacionada con la calma, que a su vez está muy en contacto con la armonía.

Una vez sabes eso... es como si te pusieran al volante de un coche muy grande, que todavía no sabes conducir. Pero al menos tienes un volante.

En realidad el volante y el coche siempre han estado ahí, sólo que... bueno, se conducía en piloto automático. Y si en algún punto del recorrido encontró una piedra, ese piloto automático tiene memoria, y acaba haciendo... extrañas rutas. Lo que viene siendo en todos nosotros, la conducta humana.

La conducta.

Las palabras mienten, la conducta no.

Y la conducta que tenía más a mano, era la mía propia. 

Con estos hallazgos y pruebas, expliqué a XX un descubrimiento que hizo que arqueara las cejas y me dijera: "Tú en el cole te aburrías mucho, ¿verdad?" (¡Oh, no, para nada!")

- Y todo esto, sólo explicándote cómo funcionamos...

No soy tan inteligente como ella cree. 
No vaya a ser que nos cegáramos con tanta evolución, saqué el tema del Muso y de mi enfado con él cuando le dije lo de que lo había metido "en una caja". Lo saqué para que viera que no estoy tan avanzada como ella piensa.

Y XX me dijo:

- Eso no es meter en cajas.

- Perdona -contesté yo-, si una persona es el maestro budista maravilloso que busco, y (expliqué una casualidad en el trabajo que me hizo comprender los roles) y de repente yo lo "cambio de caja" y le doy el rol profesional que merece y quiere, y a partir de ahí todo es respeto y cortesía... si eso no es meter en cajas, ya me dirás que es...

Ahora entiendo que lo que trataba de decirle a XX y al propio Muso es: "¿Te das cuenta de lo poderoso que es un concepto para el ser humano?" Yo cojo un concepto. Muso=***Buda. Esos asteriscos no sé qué significan. Pero algo me dice que no use un símbolo de "igual". Que es igual algo pero que yo no sé el término aún (¿¿aspectos iluminados qué?????).  Bueno, a raíz de ahí, poco menos que nos volvemos locos persiguiendo a alguien que mil veces me dice: "NO te voy a enseñar". Bien, algo pasa y (tiene gracia, ese algo pasa) me veo en la misma situación (potencial) de tener a alguien detrás aplicándome un rol (y encima en el trabajo) que yo no tengo, ni quiero, ni deseo. Y me veo a mi misma diciéndole a mi pensamiento: "¡Pero es que es mi derecho!". Y mi pensamiento contestando: ¿Y no es también el del Muso a tener el rol que quiera?

Ostras.

Cambia de rol. Cámbiale a él de rol.

- Ordenar las cosas -contesta XX.

(¿¿??)

No. Yo lo llamo Cajas.

Ella lo llama "ordenar". Ella me dice que él es poco claro, y dijo algo que me gustó:

- Tiene una habilidad tremenda para leer la mente de aquellas personas a las que un aspecto emocional os sobrepasa. Y sabe perfectamente cómo accionarlo para que eso os desborde

Yo escuchaba en silencio.

-.... Y os colapsáis. 

(¿Te cuadra? Le pregunté a mi pensamiento)
(Sí)

- Ya... 

También pensé: "joer, qué poder tan chuli!!!! jajajaja Si yo pudiera derrotar eso... Sería Doña Templanza jajajajaj"

jajaja!
Estoy fatal. 
Yo dije algo y XX negó con la cabeza mientras argumentaba otra cosa y a mí me dio la risa. Me dio la risa porque usó la misma palabra que un amigo mío en un bar, que no tiene nada de científico. Hay ciertas palabras que los seres humanos usan, que yo no entiendo. Y eso son "cajas" a llenar de significado. 

Desde que ella me enseña cosas, me fijo más en cuando una persona quiere poner fin a una conversación, de los gestos pequeños de la gente y, ya que estaba... le pregunté por un suceso del trabajo. Hace tiempo, una chica estaba a mi lado y de repente alzó mucho el tono de voz. Muchísimo. Se puso hiper nerviosa con una palabra - una simple palabra-, que no era ni de lejos de las más duras que he oído. Pero reaccionó fatal. "Que a ella nadie le llamaba eso... que patatín y patatán".

- ¿Por qué? -pregunté a XX. 

Si no había relación entre la gravedad de la palabra y la proporción de la respuesta.

- Eso es un disparador.

- ¿Un qué?

- Un disparador es algo que hace saltar un aspecto emocional que no controlamos. 

- Ah.

Luego, ya hablando de todo un poco, me enseñó un vídeo. Un vídeo sobre animales en la jungla. Lo vi y me dijo que qué me parecía y yo le dije que me parecía genial pero que tuviera en cuenta que las categorías no son estancas.

- ¿Cómo? ¿Qué quieres decir? -preguntó.

- Bueno, el león no siempre es el león, la cebra no siempre es la cebra... el oso no siempre es el oso..

- ¿De dónde sacas eso? ¡Un león es un león!...

Bajamos un nivel y, mientras fuera sucede esto, mi pensamiento y yo tenemos una conversación paralela.

(¿La crees? Porque yo no estoy de acuerdo, si cada animal es una persona, y tengo que dar por hecho que su naturaleza no puede variar... entonces apaga y vámonos... tú sabes que no es así...)
Sin palabras, mi mente contesta algo que traducido a palabras sería:

(...eso es de budismo....)

Mi parte cognitiva sí responde mentalmente con palabras (y todo esto, mientras fuera me habla otra persona)

(Sí, claro que es de budismo. La pregunta es, ¿la creemos o no¿? ¿Con qué te quedas? ¿El león es siempre el león o todo depende de quién lo mira? ¿Acaso, en su ejemplo, no puede una persona considerada como cebra comportarse como un león? ¿¿¿acaso no es lo que ella cree que es??? Esta hablando de roles... y una persona no es agresiva o sumisa por su tamaño, ¡hay dictadores muy bajitos en la Historia!)

(...******....)


Lo que sin palabras contesta esa parte intuitiva es ya lo sabes y enlaza con algo más profundo.

- No lo veo como tú -respondo.

No la creo. Es mi decisión. Pero en casa pienso, dos días después, que para la enseñanza que ella intentaba darme -quizá haya algo de la naturaleza de cada persona que hace que unos sean agresivos y otros.. no tanto-, lo que hace que los "no tanto" optemos por estrategias ... un poco más creativas y de escape.

Me pregunto, internautas, a dónde quiere hacerme llegar con todo esto.

- Tarde o temprano vamos a tener que abordar la parte emocional -me dice-, que hasta ahora, no me hemos visto nada.

Ya. 

Para eso ya medito.

¿Sabéis? Yo conocía a esta señora de hace tiempo, y por casualidad, siempre me dio la sensación de que el Muso y ella querían lo mismo. Sólo que... el muso era más amable. Con esa otra parte de mí, me refiero. Y esto es algo ya a nivel presencias. El camino del Muso es... distinto.... pero más amable. El de la ciencia es:"Trae pa´ca que vamos a diseccionar un cerebro y te voy a explicar porqué si sube la oxitocina tu bailas y cantas...". Pero ambas disciplinas buscan el bienestar de la gente.

El Muso me ha fallado, o quizá...  crecer sea verlo de una forma diferente, y como ser humano. No lo sé. O a lo mejor se cansó o a lo mejor dijo: "no puedo ayudarla" o a lo mejor -quién sabe-, tiró la toalla. 

Como ser humano es fascinante. Y yo que escribo libros, imaginaos, me encantaría comprender a todo el mundo.

Estando parada, y con esto ya termino, delante de un semáforo pensé en los disparadores. Y vi venir hacia mí una moto. Y me di cuenta de que no sé nada del ser humano. No entiendo sus conductas, nunca me he parado a preguntarme porqué una persona es "mala", prefiero cerrar los ojos y no verlo.

Pero es que eso del disparador me sonó a una ley de la gravedad. Si llevamos dentro "resortes" que al activarlos provocan olas de reacciones de forma causal e invariable... entonces sí, entonces me cuadra todas las burradas que veo por la televisión.

Y así, de repente, me sentí muy ignorante. Como especie, somos raros de narices. ¡Jajaja!







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