Esmerilado.
Es la primera vez que escribo es-meri-lado Que no se separa así aunque a mi mente le haga gracia. Esmerilado. (Dicho de un cristal de esos que no se ve lo que hay detrás).
Es la primera vez que lo uso en un libro. ¿Os imagináis? Biografía: "... y no escribió la palabra esmerilado hasta que cumplió los treinta y cinco". Que se dice pronto.
Claro, que.. no usé marengo (jajajaja!) hasta que me la enseñó el muso.
"gris, gris...". y contestó: "marengo"
y yo ¿¿qué??
(Cielos, una palabra fuera de mi vasto conocimiento lingüístico)
¿ma...qué?
"Marengo".
¡Ah!
(Google, gooogle, ¡datos! ¡respuestas!)
Os voy a contar otra cosa, también, del día de hoy: estoy corrigiendo. Y no la corrección bonita del manuscrito, sino la dura. La ardua. Y estoy de los nervios (a punto de enfadarme conmigo misma). Diréis, ¿por qué? Si está todo y es maravilloso pero no, ¡no! No, señores, tengo un manuscrito de "Tú eliges la aventura" con 20 finales alternativos (no lo sé, no los he contado) y el temible riesgo de que no esté todo perfectamente hilvanado.
(hilvanado es una palabra que me gusta mucho, por cierto)
Hilvanado. Es bella ¿verdad? ("dicho de todo cuando queda bien tejido. Alude a armonía )
Esto solo requiere horas, así que quitando algunos compromisos sociales, me guste o no, le tengo que echar horas, hoy. Y para echarle horas a algo yo tengo que tener un buen entorno y una buena disposición y conozco la manera de trabajar de mi cerebro: trabajo-trabajo-trabajo-¡uy, mira una mariposa!.
(El blog es la mariposa)
(Mandarle el contrato firmado al editor es otra mariposa)
(llamar por teléfono...)
Y entre medias: trabajo-trabajo-trabajo.
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