Andaba la alcaldesa de arriba abajo por la casa consistorial. Recordaba la conversación mantenida con "su" Muso esa mañana.

- ¿Viste? Uso la palabra "personaje"... -dijo al niño cartero.
- .. ajá...
-  Personaje... ¿para qué usas la palabra "personaje"? No es un personaje. Es una profesión.
- Por no usar "etiqueta".

La alcaldesa se echó a reír.

- ¡¡Yo también quiero aprender algo!! ¿Has visto la técnica de asertividad "banco de niebla"? ¡Porque la usa!

- ¡jajaja! ay, Nelly, Nelly... - el cartero dejó lo que estaba haciendo y se acercó- ¿Qué quieres aprender?

- Acuarela -dijo convencida-. Veamos, necesito... ¿Qué necesito? Un cuaderno... lápices... quizá...

- No necesitas nada.

- ¿No necesito nada para aprender "acuarela"? Pero Memphis dice que el gramaje del papel...

- ¿Quieres aprender acuarela? Toma: pinta. 

Y le dio un folio. Un folio viejo. Ni papel especial, ni gramaje, ni nada. Un folio. Una hoja en blanco.
En ese instante, la científica-analítica de la ciudad, Memphis, entró por la puerta. Como si hubiera estado presente durante toda la conversación, dijo:

- ¿Pinta? ¿Así, sin más?

Nelly tomó el papel. Hizo un trazo, luego otro, luego usó un pincel y convirtió en acuarela su dibujo hecho con lápices especiales.

- ¿Qué es eso? -preguntó Memphis-. ¿Un árbol morado?

- No sé -contestó Nelly-. Lo que me sale.

- Tú dale tiempo,... -contestó el cartero.

Nelly se quedó mirando su dibujo. Hum. Luego miró al cartero y de nuevo al dibujo. Y de nuevo al cartero. Una cosa era verdad: no necesitaba nada.

- ¿Ves? ¡El Muso estudia algo y yo me hago pintora! ¿Qué tipo de causa efecto es esta?

- Se llama "musedad".

- ¡Jajajajaj! -Nelly se echó a reír, igual que Memphis, a quien un dibujo de un árbol morado no convencía demasiado.

- A ver que sale al final de la semana...

continuará....