Los amores y el alma del artista - Cuento del niño mensajero

Érase una vez que Nelly estaba sentada sobre el tejado de la casa consistorial de la Ciudad virtual de los cuentos.
Se ponía el sol y me acerqué a su lado, pues notaba en su presencia una cierta tendencia gruñona. Un desasosiego inquieto, como una pequeña mota de polvo que manchaba una bombilla de iridiscente  felicidad.
- ¡Buenas tardes, Nell! -saludé jovial.
Ella se cruzó de brazos.
- ¿Va todo bien?
- ¡Te voy a contar una historia! -gritó desde lo alto del tejado-, dice así: "Chica conoce a chico misterioso. Chico misterioso no vuelve a aparecer nunca. Chica a prende a tocar el piano"



- Mira el lado positivo -contesté-, estás desarrollando otra faceta de artista...
- ¡Oh, genial! -exclamó Nell-, me siento como un canal de transferencia de emociones. ¿Debo resignarme a que me rompan el corazón y a cambio yo pinto la capilla Sixtina?!!
Me entró la risa. Nunca había visto a un ser humano tan enfadado por ser capaz de transformar las inquietudes en arte. Tampoco había conocido a nadie tan disgustado por ser capaz de tocar el piano.
- También te sirvió para darle otro empuje a la novela... -le recordé en alusión a cierta idea que le sugerí días atrás.
- ¡¡Te odio!! -gritó la Alcaldesa desde el tejado.
Pero, claro, no era cierto. En verdad yo sabía que la Alcaldesa quería pedirme algo, como cada vez que era necesaria mi presencia. Claro que yo, un poco travieso, no acudía siempre que me lo pedía. Algunas veces acudía antes. Otras le mostraba cosas pero Nelly solía pasarlas por alto. De vez en cuando me escuchaba. Y en ocasiones pensaba que lo hacía aunque no era cierto.
Esta vez ni siquiera se atrevió a hacer la petición. Estiró aún más el cuello, como si quisiera señalar el recién aparecido planeta Venus en el cielo con su orgulloso mentón.
Tras unos instantes de tenso silencio comprendí que me había hecho llamar sólo para demostrarme lo enfadada que estaba, y aunque tras el enojo se ocultaba una muda súplica, la única respuesta que obtuvo fue una expresión opaca por mi parte, pues si este cuento trata de como influyen los amores y desamores en un artista, no debemos olvidar que en el fondo mi presencia representaba a su corazón. Y el corazón no responde a las preguntas que en verdad no se desean saber. Ni concede deseos cuando los trunca el miedo.
Así que me di la vuelta y me alejé, sin una palabra, sin darle más pistas, sintiendo su mirada ceñuda atravesar la plaza hasta clavarse en mi espalda como un implacable aguijón.
- ¡Ay, Nelly, Nelly...! -dije en un susurro.
Estuve tentado de dar media vuelta y consolarla, de explicarle pacientemente todas las verdades de la vida, pero no era fácil conseguir que me escuchara porque era tan terca y obstinada como entusiasta. 
Recordé entonces que aunque me fuera a visitar otros parajes y mundos, tampoco iba a alejarme demasiado de ella.
Y justo en ese instante, cuando más oscuro se tornaba el crepúsculo y más solitaria parecía la noche, empezó a sonar un piano.
- Es privilegio del artista -me dije- el ser capaz de transformar los sentimientos en algo que conmueva a los que no conocen la causa de ellos. De manera que transmiten lo que perciben y una parte de sí mismos, con el afán de ser comprendidos y de compartir con los demás.

Esta inquietud por alcanzar lo universal y comprender la Realidad misma impregnaba toda la Ciudad de los Cuentos así como sus historias, y podían sentirla todos los habitantes igual que se puede sentir en el aire la inminencia de una tormenta, cuando está cargado de electricidad.


fuente: hd.wallpaper.in (clic)


fin.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Nelly,

a estas alturas, debo confesar que es la primera vez que me conecto al blog desde un ordenador tradicional. No es que me conecte poco, más bien todo lo contrario, pero me he acostumbrado a hacerlo desde el móvil. Me ha parecido tan bonito... y sobre todo he conocido otras secciones que anteriormente no había visto, como conoce a nuestros lectores (ejem...). Felicidades.

Desconocía que eras gallega, te ha hecho ganar más puntos (si cabe aún :þ). Yo soy de Madrid, pero Galicia es una tierra que siempre me ha cautivado. He estado por allí de vacaciones en alguna ocasión, he hecho algunos tramos del Camino de Santiago (tengo pendiente hacer la ruta del norte en bici), y cuando ocurrió lo del Prestige no dudé en alistarme con el cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid (grandes tipos) para ir a limpiar la costa (Corrubedo y Costa da Morte principalmente). Uno de los sueños que siempre he tenido, era irme a vivir a Galicia (Coruña, Lugo o Pontevedra), pero al final el trabajo me ha retenido en Madrid.

Por cierto, hoy me he comprado un libro ¿adivinas cual? ¿me lo firmarías? :)

Besos,

D.A.T.

Nelly dijo...

Hola D.A.T.
Gracias por pasarte y por leerme. La verdad es que tus palabras amables me han animado porque me he llevado dos desilusiones grandes estos dos días y ¡ya es casualidad!!, jajaja pensaba desahogarme con el piano pero leerte me ha reconfortado mucho.
¿Te has comprado alguno de mis libros? Hum. ¿Cuál de ellos?
Ahora estoy escribiendo uno para algún certamen de juvenil, este género me resulta bastante sencillo.
Bueno, no sé cómo agradecerte que hayas escrito justamente hoy, me hacía falta leer algo tan bonito como tu comentario.
Gracias!!
Nelly (Eva)

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises