En el que sueño que soy Alicia en el País de las Maravillas.
Qué noche tan horrible.
Me despertaba, hacía calor, luego hacía frío, ya no sé ni lo que hacía...
Antes del alba estaba soñando que era Alicia en el País de las Maravillas.
-Lo primero, vamos a vestirte... -me decía un personaje.
El sueño iba de salir del País de las Maravillas (no sabéis qué noche...)
-¡Esta no es la ropa de Alicia! -dije yo.
-No, claro, toma... elige -me dijo un personaje.
Entre pasillos y pasadizos, mejor dicho,... extraños caminos cubiertos por bóvedas de plantas llego a lo que "parece ser" un guardarropa.
-Ten,...¿es esto?
Me dan un traje rojo.
Frunzo el ceño.
-Sí... supongo... ¡No, espera! ¿De corazones?
Trato de hacer memoria porque... ¿Alicia va de rojo? Sí, debe ser, claro, hay corazones. Me lo pongo. La falda es mitad roja, mitad negra.
-Su majestad.
Se inclinan.
-¿Qué? ¡EH, OYE, YO NO SOY LA REINA!
-Pero vas de rojo y negro. ¿No?
Me miro la falda y la levanto un poco.
-Sí.
-Yo creo que su traje es este -dice otra voz.
Otro traje.
-¡NI DE BROMA! -me lo saco por la cabeza-, ¡Este no es!
De pronto, aparezco vestida de azul.
-¿QUÉ ES ESTO? ¿CENICIENTA?
Toda la culpa la tiene mi compañero de trabajo. ¡No sé porqué!
-No lo sé -me dicen.
-¿Por qué voy de azul?
-Tú vestías de azul...
¿¿Yo??
-¿Cuándo? -pregunto.
-Es tu ropa... un vestido azul y un delantal blanco.
Ah, pues sí... pero, pero eso no es Alicia, pienso.
Pero sí soy yo.
¿Entonces yo quién soy?
¡AY SEÑOR, QUE SUEÑO!
Vestida de azul (De Alicia) me encojo de hombros y digo: ¿Y ahora qué?
-Ahora tendrás que salir -me dice una voz-, no te puedes quedar aquí para siempre...
-¿Por dónde salgo?
-Eso lo tienes que descubrir tú.
Tal que salgo de la tienda guardarropa aterrizo en un molino de viento, cuya ventana da a un parque con un río y un lago.
-¿¿No querrás que me meta por ahí??
Por la mini-ventana.
-Es el camino.
-¡Lo dirás tú! ¿Pero estáis locos o qué?
A estas que, cuando voy andando, la tierra y el espacio se van volviendo curvos.
Me enfado.
(....) (Me falta esta parte)
-Lo estás haciendo del revés.
Eso me dice un personaje.
-¿Cómo que del revés?
-Así no se habla con la gente.
Frunzo el ceño.
-A la gente hay que decirle...
-¿¿¿Tú estás seguro de eso??? -pregunto.
Porque, básicamente, me está diciendo que sea "borde".
Sí, sí, es la respuesta. Por completo.
Vale, salgo por un pasadizo, aterrizo delante de mi compañero de curro (¡¡¿Lo véis??!! ¡Es su culpa!) y varios operadores y suelto...
... una bordería.
(¡Jajajajajjaja!)
Si lo pienso, algo de gracia sí que tiene.
Es como si os dicen: "Fulanito, en la Tierra, cuando hablas con humanos, debes llamarlos "idiotas", porque se saludan así..."
Con toda la inocencia, como hago las cosas del revés, en lugar de ser amable, me levanto y grito algo así como: ¡sois feos!
O algo así.
Los dejo perplejos. Yo también lo estoy.
Y, claro, mi compañero me mira y me dice:
-¡EH! ¿Qué has dicho?
Eso digo yo.
Yo me siento de lo más idiota. Porque he dicho lo contrario a lo que diría siempre. Algo como "hola" "qué tal" "qué personas tan maravillosas sois", pero como el otro dijo que lo hago al revés.
Me sacudo el polvo del delantal. Mi compi admirado me observa (te digo yo que sabe cosas). Parece reírse de la situación, como si fuera todo muy divertido. Y yo digo: ¡lo siento!, toda contrariada. Porque además, no es verdad, son hermosos y bellos... la culpa es del otro personaje que no sé a qué juega... cuando lo pille lo zarandeo.
Giro sobre mis pies, doy la vuelta, busco la salida.
Hay flores de colores por todos lados. Llego al molino, bajo hasta una especie de habitación llena de agua. Los personajes no tienen sentido ninguno.
Abro la ventana, a la que llego con gran esfuerzo, me cuelo por ella, me descuelgo por un acantilado.
Ahora el cielo está en diagonal y la Tierra abajo... también en diagonal.
-¡ASÍ NO VOY A SALIR NUNCA!-grito enfurecida.
Veo la luz grisácea sobre el mar.
Abro los ojos. Es el amanecer.
Qué noche, por favor, ¿no puedo soñar con... leer el periódico y ya está?
Saludos!
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