La magia...

Hoy he soñado con un loro gris.


El loro gris entraba en mi cuarto, mientras yo dormía. Y comía y se iba. En realidad, no sé si era mi cuarto, o el salón. Lo llamativo del loro gris es que no necesitaba de nadie para hacer su vida. Simplemente, estaba ahí. 

Me desperté... y no le conté este sueño a nadie. Ni siquiera a mi compañero.

El día pasó tranquilo. Leí, medité, recogí, organicé, vi vídeos en Instagram. Leí más, contesté mensajes, organicé más cosas... vi más vídeos en Instagram.

De repente, el algoritmo me lanza un reel extraño...

"Fíjate en este loro gris"

Leer el texto y ver el loro (idéntico al del sueño) me hace pensar lo siguiente:

-Es una casualidad. Un loro gris, en una jaula. Pobre loro gris.

Y el vídeo contesta:

"Fíjate en como este loro gris se calma tras asustarse"

-???

Un rayo seguido de un trueno retumban en la imagen. El loro gris exclama: Qué susto y añade: Tengo que calmarme.

Estupefacta, sigo atenta al vídeo.

El loro gris tiembla. Lo hace después del susto, como lo haría un humano. Es decir, tiene la misma reacción demorada que tendría un ser humano. Eriza las plumas más tarde. Tiembla. Y dice:

-Cálmate, no pasa nada.

De pronto pienso.

"Cielos santo, estoy oyendo un loro hablar".

Como en una película de Disney. 

Devuelvo la atención al libro que leo de Isabel Allende, cuya imagen es una mujer descalza, andando por un bosque, vestida de blanco. No se le ve la cara... podría ser cualquiera. 

Entre el bosque, que va descalza, el color blanco y el loro que me habla...  Pienso: "Mira, no entiendo el mensaje".

Cosa que le digo a veces al Cosmos, porque sospecho me cree más inteligente de lo que soy, o más sutil. ¿A qué vino el sueño del loro y luego ver al loro hablando?

Llámalo casualidad.

Como hace unos días:...... Hace unos días caminaba por una senda, por un parque solitario. Es uno de los más bellos de Madrid, sobre todo porque suele ir poca gente. Vi una chica sentada bajo los almendros, con cascos, mirando al horizonte. Y caminé y caminé. Y de repente me dio por hablar con "El Cosmos". Llámalo universo... llamadlo como vosotros queráis.

-Es todo muy bello -le dije-, pero, ¿sabes qué sería increíble? ¡Haz que algún animal se acerque! ¡Por favor!

Es en esos momentos en los que estás segura de que el Universo te escucha. Lo sabía. Tenía la certeza. Pero el camino estaba despejado. Sólo una chica que venía hacia mí por la senda, rodeada de árboles, y unas urracas al fondo, entre la hierba. Ningún animal estaba cerca, ni tenía pinta de que fuera a manifestarse. Pero estaba tan segura. Tan segura...

Y de repente....

-¡¡¡¡¡Haaalaaa!!!! (la chica que caminaba hacia mí ve lo mismo que veo yo...)

Una criatura diminuta. Un ratón de campo tan pequeño que parece un hada. Incluso, pensé, que era una musaraña. Pero no... más bien era un ratoncillo. El animal de repente cruza el camino, justo delante de nuestros pies. Yo me río para mis adentros. La otra chica, ilusionada, lo señala. Va hablando por teléfono y se lo dice a la persona con la que habla...

-Halaa, qué bonito... -exclama.

Como lo sabía, pienso yo. 

El ratoncito llega a la otra orilla de hierba, se esconde. La chica se para. Quiere verlo de cerca. Era demasiado pequeño, volatil, saltarín para parecer un animal real. De hecho, es que me mira como si acabara de ver un duende.

-¿Lo has visto? -me pregunta.

-Sí -contesto.

-¿¿Pero qué era??

"Si yo te contara..." Era Coso, es Dios, es el Cosmos. Llámalo magia. 

Llámalo casualidad. 

La chica y yo nos inclinamos sobre los hierbajos.

-Qué bonito era -me dice.

-¡Jajajajaja!

Sigo andando. Sé que no va aparecer. La chica se queda allí parada, le sigue diciendo a la persona con la que habla que acaba de ver algo extraordinario.

Sí, internautas, yo sigo sin estar segura de que fuera un ratón.

La pregunta es, ¿la magia existe? 

;) 

No sé... igual lo sabe el loro gris de mi sueño. 

¡Saludos! 

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