Mi compañero y el idioma japonés.

 Hace un par de días hice una entrada sobre Japón. Casualmente, el sábado echaron "madrileños por el mundo en Japón..." y me pasé el domingo diciéndole a mi Coso (o yo interior, o con quién sea que hablo): "¿Ves? Lo que pasa es que te fijas en cosas muy raras, porque tropezaste con un Japón casi medieval, que es lo que te gusta, pero si te fijas los de la tele que han ido allí no hablaban precisamente de Japón medieval, si no bla bla bla".

Llega el lunes.

Hablo cosas con mi compañero y, en un momento dado, intento explicarle lo de la puerta del Templo Meiji del parque imperial de Tokio. Lo intento y lo intento, y de repente, me dice:

-¿Te refieres a un Torii?

Y yo contesto:

-Sí, un tori, un tori... a eso me refiero.

Y leo que me contesta:

-Un Torii (con dos I) es... Mientras que un tori es un plato de pollo frito.

Me quedo perpleja.

Y me da un ataque de risa.

Por la noche, estaba a punto de dormirme y me vino la frase a la mente: Dirás Torii.. porque tori es un plato de pollo frito.

Y me eché a reír (pero a reír bien).

Esta mañana estaba escribiendo en una cafetería,, muy concentrada, muy productivo. Cuando levanto la vista y miro al cielo y veo pasar el bus 70 y detrás las nubes y respiro hondo porque también hay que descansar, me viene a la mente la frase:

Porque si dices tori es un plato de pollo frito.

Y, claro, me ha entrado la risa y de esto que sonríes y la gente que no te conoce te mira y notas que piensa: "Vaya, le han debido dar una buena noticia o algo... porque mira cómo se ríe".

A ver, me río porque ya me ha pasado más veces.

La primera fue cuando mi padre me dijo, mientras yo admiraba la bicicleta roja de los años sesenta con la que doy vueltas por la playa, que era la bicicleta de una de las infantas.

Es mejor que no os cuente por qué esto puede ser verdad. 

Tuvo que atajar la broma porque yo le estaba mirando con esa cara que pongo cuando acepto el mundo que se presenta ante mis ojos.

La vez anterior no la atajó y yo publiqué al mundo que Oporto tenía Gondolinas. La palabra "gondolina" no existe. Pero relate con pelos y señales una visita a Oporto y cuando mi padre se enteró de que semejante artículo con tropecientas visitas tenía la palabra Gondolina (Sust. =pequeña góndola. Góndola en cariñoso) pues le dio la risa y más me dio a mí.

Así que mi entrada de hace tres días hablando maravillas del dichoso Torii... en realidad hablaba de las maravillas del pollo frito. 

He buscado Tori en Google, significa (means=pájaro). No sé si mi compañero, jajajajaja... ¡¡ay, lo que me rio con el compañero!!

A ver, el tema era tratar de explicar lo que pasa en ese Torii y esta mañana, con el cerebro bien despejado, busqué las dichosas palabras. 

Y, la verdad, es un templo de 1800, no entiendo por qué me pasó allí y no en otros lugares.

¿Alguna vez os habéis acercado a algo natural muy grande? Me refiero a una montaña; un río;...

Ese Torii es gigante, no se aprecia en las fotos. Pero no es el más colorido (vimos Miyayima...) ni tiene nada que te haga pensar en lo que ocurre si te acercas.

Y, de verdad, me voy a esforzar en explicarlo:

Cuando un ser humano pasa por ese Torii, o bajo ese Torii... lo primero es que notas esa construcción más grande sin tocarla. Vale. Podemos decirlo así, notas algo. Por lo que solo os puedo decir que el Torii tiene gravedad. (Por favor, no os riáis mucho con esta entrada). Bien, hasta aquí me seguís, es como cuando algo tira de ti pero no tira, realmente, es sólo que lo sientes. Sientes que está ahí. Bien, podéis pensar quizá en dos imanes cuando los acercáis, eso sería también cercano a esto. Así que cuando atraviesas ese Torii notas eso y no sabes qué es. 

Así que yo me acerqué varias veces. Muchas. Mientras los demás turistas pasaban sin más. 

Miré arriba, miré a un lado.

Lo toqué y es madera pero hay algo más.

Cierto que el bosque que lo rodea es abrumador pero...

¿Qué puede explicar eso?

No sé explicarlo.

Porque tampoco os puedo explicar su frontera. Que es lo más complejo de todo.

Y aquí, en este punto, lo que sea que ocurre en el Torii excede mi capacidad de comunicación.

Porque eso que se siente no sé si es de fuera o yo soy de fuera.

Y ahora os habré dejado del todo patidifusos.

Podría deciros: noto el aire de un ventilador, veo claramente el ventilador y está fuera a dos metros de mi posición. El aire viene de allí, esa es la fuente. Pero es que en el Torii notas todo eso, toda esa cosa más grande, más trascendental, más milenaria (y el templo no es milenario)... lo notas, claro como el tacto de una mesa. Lo notas, creedme, pasé varias veces. Pero... fuera y dentro se mezclan.

Y es aquí donde mi parte escéptico-científica dice: "Vale, experiencia subjetiva por tanto todo indica que es mera ilusión, no es cierto, no es real. Lo siento, Nelly, te lo has imaginado".

Y estaría genial. Salvo por el Torii.

¡Jajajajaj!

 Vamos a decir que es algo "de fuera" pero que tú formas parte de ese algo. Por tanto, "fuera" y "dentro" se mezclan. Es como si tú fueras la punta de un iceberg (y vives feliz en la superficie) y de pronto notas el resto del iceberg pero como algo bastante más grande, milenario y sagrado.

Vale, ahora sí. Lo he descrito bien. 

Añadid milenios de fuerza e inmensidad y tendréis una idea de lo que estoy hablando.

Pero os digo otra cosa: los tropecientos mil turistas que yo vi allí cruzaban y descruzaban el Torii sacándose fotos y sin pararse con cara de idiota como yo a experimentar todo esto. Me fijé. Así que puedo deciros que para el 90% de los turistas de aquel día aquello era un enorme monumento de madera, sin más. 

Debo destacar que, como especie, que no sintamos lo mismo ante las mismas cosas resulta, cuanto menos, desconcertante. Porque ahora no sé si lo del Torii es real (de no serlo, ¿por qué un Torii? Vi mil templos, estuve en uno donde cantaban durante horas por un funeral. ¿Acaso vengo programada para ser sensible a puertas de madera sin pintar, gigantes? ¿Y no a catacumbas cristianas? ¿Por qué?) 

Y si es real... bueno, si es real es más sencillo de entender porque sería como los colores o cuando vas despistada. Me explico, hay millones de tonos y subtonos de colores que yo no puedo ver. La sensibilidad a los colores varía de un ser humano a otro... dicen que hay gente que ve más colores.

¿Será eso? ¿Será que el Torii tiene frecuencia?

Ay, Dios, ¿y qué hago yo vibrando en frecuencia japonesa? ¡Jajajajaj!

Rápido, folclore español. 

¡Jajajaja!

Feliz Martes. 



3 comentarios:

Davidel dijo...

Los Torii simbolizan puertas a otros estados, por eso lo notarías tú que eres tan sensible a ello. Por otro lado ¿Por qué siempre nos hacemos tantas preguntas? ¿no sería mejor vivir esas experiencias, unirnos a ellas y formar parte? Por cierto, hablando de no hacer preguntas¿Qué tal es la comida alli? ¿Es como la japonesa de aquí? ¿Mejor o peor? ¿Son los japoneses tan sanos como aparentan? ¿A qué huelen las nubes?

Nelly dijo...

Está riquísima, me sorprendió muchísimo, David, lo buenísima que está. Y es muy sana.

Davidel dijo...

❤️❤️❤️❤️

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