Libros y películas de finales potentes.

Esta entrada contiene Spoilers.



La película, basada en un libro de Stephen King, que tiene un final más desgarrador e impactante para mí de todas cuantas he visto se llama La Niebla (2007).

La historia comienza con un día normal (*actualizo, tras una gran tormenta) y con una pequeña disputa entre vecinos por un árbol, si mi memoria no me falla. Luego el protagonista se va al supermercado con su hijo y, mientras está allí, ocurre un suceso extraño en una cercana instalación militar y una misteriosa niebla comienza a descender la colina.

La clave de esta película es el personaje femenino "algo trastornado" que está en la tienda y que tiene una fe fanática y ciega en Dios. Y lo podríamos comparar con la madre de Carrie, pero más en plan "Todos son pecadores menos yo". Lo que esa señora dice al inicio, poco menos que terraplanismo es descartado y abucheado por los seres humanos que se quedan atrapados en el supermercado. Pero al final de la trama, o quizá a la mitad, todo el mundo jalea en masa el ajusticiamiento de un militar como "ofrenda" para apaciguar a Dios.

Podríamos hablar del nazismo, podríamos hablar del ser humano y las cosas que no ven, pero no vamos a extendernos en eso. Me refiero, internautas, al surrealismo de seguir a un Dios que es Bondad y Amor y hacerlo asesinando a alguien. Me refiero a una guerra donde los ingleses estaban "apoyados por Dios" y los franceses estaban "apoyados por Dios". 

Me refiero a la mujer del supermercado y como el miedo la convierte en líder espiritual.

Lo dejamos ahí. La historia avanza.

Y el final es tan terrible que no os lo puedo contar. Lo que transmite es, "¿cuándo rendirse?". Mirad, todos tomamos decisiones sin tener toda la información. Este hombre toma una decisión terrible, horrorosa, y él decide sacrificarse luego... y toda la película en sí es....

Cuando acabas de verla no haces más que pensar en la vida futura de él. No en ese momento, sino que piensas en vivir el resto de su vida con ese suceso.

Es realmente maravilloso. Es un triunfo del escritor.


Nuestro segundo final más impactante es el de la novela "Tuareg". 


Pero este para mí no fue malo. Mirad, el protagonista vive en el desierto y le dan igual las tramas políticas. Pero se ve inmerso en una. Recibe a unos invitados en casa, uno de ellos es el líder de la oposición, que está huyendo de sus perseguidores. Los que lo quieren asesinar llegan a la tienda, matan al ayudante, matan a la mujer y la niña (o las secuestran, ya no lo sé) y se llevan al hombre cautivo. El tuareg, cuando regresa, toma el fusil y sale detrás.

Alcanza a los malvados, los mata, rescata al hombre (que le da igual quién sea) y pasa mil penurias (convertirse en piedra) a través del desierto, perseguido por militares, para poner a salvo a su "invitado" que necesita llegar a la capital.

Lo consigue. Y creo que se venga o intenta buscar a la mujer y la hija (no tengo claro si son secuestradas, asesinadas o vendidas, leí la novela hace muchos años). Es un viaje fantástico. Muy bien narrado.

El Tuareg mata a todos los que considera que le han perjudicado. Es un poco como el protagonista de Payback, cuando va pidiendo sus 45.000 dólares (o lo que sea) y uno de los mafiosos le dice: "¡eh! ¡Estás dos maletas valen más! ¡Y las has agujereado!" y el otro se encoge de hombros. ¿Quieres un millón? ¿Quieres diez? "No, quiero cuarenta y cinco mil dólares. Es lo justo"

No sé si entendéis el concepto, al tuareg le importaba un comino el nombre del país, él dice: árbol, río, oasis, desierto y que venga un tipo con una bandera y diga: "¡ey, ahora somos Fantabulandia! ¡Ahora somos Ríolandia!" Le importa un comino.

Así que sigue avanzando en su escalada de matar al malo, al jefe del malo y finalmente (¿quién ha ordenado mi sufrimiento?) al gobernador / líder militar.

Es en este punto, y la clave es muy sutil, cuando percibes en el libro que debería volver a casa. Y con muy sutil, me refiero a muy sutil. Es decir, que estaba leyendo  y de repente coso me dio un golpecito interior.

(No sabe quién es el líder político del país. Ni siquiera le conoce. )

Se ha convertido en una causa más del sufrimiento de otros. Está cegado.

Me explico. Olvidaos del tuareg. Yo soy el líder político supremo de ese país, un día me levanto, me lavo los dientes, un asesino implacable salta por una ventana y me mata.

(Y la rueda gira otra vez)

¿Me entendéis? Mi esposa lo ve (sufrimiento) Mi hija lo ve (sufrimiento), ocurre una guerra... etc.

Es decir, el tuareg es la causa ajena que inicia la historia, igual que los asesinos que entran en su tienda es el origen de su viaje.

Esto ("Ni siquiera sabe quién es"), lo sentí yo a unas pocas páginas del final.

"No, no, ahora se está equivocando"

Era ese punto, el de "vuelve a casa".

El final del libro es el Tuareg penetrando en el desfile, saltándose la seguridad, dirigiéndose al líder que había propiciado todo su dolor.

Justo cuando lo mata se descubre que era el desfile de restauración del político bueno que había regresado a la capital y volvía a ser el líder.

Antes de morir, Gael tuvo tiempo de reconocer que el hombre que había matado era el mismo al que había ayudado a cruzar el desierto.

Se oye una ráfaga de metralleta, y a su vez un escolta mata a Gael.

Y fin.

Yo:

"Jajajajajajaj! ¡Es brillante!"

"Es la estupidez humana".

Señoras y señores, Tuareg es la estupidez humana. Es la vida. Somos nosotros. 

No alcanzo a entender cómo puedes vivir en un universo donde dos personas se sujetan la puerta en el metro y se sonríen y cinco horas después una mata a otra en una manifestación, son las mismas pero en coordenadas-espacio-temporales-diferentes y concretas. Es absolutamente ridículo y magistral.

Pero nadie más lo ve.

O lo ven y les da igual, o no se paran a pensarlo, o ni lo piensan.

Vázquez-Figueroa lo convirtió en novela.

Fui a hablar con él.

-¡Esta novela... esta novela es magistral!

-¿Esa novela? -me contestó con voz ronca-, ¿sabes una cosa? ¡Me amenazaron! ¡Recibí cartas por culpa de esa novela!

-¡Jajajajajajaj!

-¿En serio?

-Un señor -dijo, con gravedad-, me contó que estaba en un hotel y al terminar de leer el libro lo lanzó por una ventana.

¡Jajajajaj!

Maravilloso. Simplemente maravilloso. Todo él. Magistral.

Alguno dira... ¿Nelly, y hablando de finales, no te asombró el final del Sexto Sentido? 

Veréis, yo admiro mucho a dos personas cuando hablan de libros y películas. Mi madre y mi hermano. Así que cuando se estrenó, en su día, escuché esto:

-¡Pero si te lo dicen al principio!

-La película es buenísima, ¡hay que verla dos veces! ¡No puede ser que no hable con nadie en toda ella!

-Te lo dicen todo al principio. 

-Al principio le disparan... ¡nada más!

Yo estaba en el pasillo. Ellos en la cocina.

"Te lo dicen todo al principio", "Al principio le disparan".

El niño ve fantasmas.

-¡Ay no! -les miré-, ¿está muerto? ¿Bruce Willis está muerto?

Los dos se quedaron callados.

-Oh, Nelly... Estabas ahí... No... tienes que verla.

-¿Él está muerto? Has dicho: "Te lo dicen al principio" y el niño ve fantasmas.

Y así fue como me enteré de lo que iba el Sexto Sentido antes de ver El Sexto Sentido.

¡Catapúm! Por eso no me impresionó.

Y hasta aquí la entrada de hoy.

:) Felices lecturas!!! 

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