Jugar con el lector

 Me acabo de dar cuenta de una cosa muy divertida.


Mi siguiente libro es de misterio. Y me ha costado muchísimo encontrar el hilo, el alma, la esencia, el tono.. como queráis llamarlo, para sentirme cómoda. Me estaba volviendo loca. Hay que dejar pistas, las cosas tienen que cuadrar... Es un libro para niños.

Y de repente, ya corrigiendo (porque esta novela tiene muchas correcciones) he llegado a una parte en la que el "prota" se equivoca.

Y esto no lo había hecho nunca (salvo otra vez que me pasó por casualidad y arrancó una sonrisa de una lectora. Digamos que me pasé un poco de la raya con un personaje y quedó simpático en vez de terriblemente violento. Yo pensaba que iba a quedar violento y quedó cómico) Pues con esto es un poco lo mismo. El lector se equivoca (jejejej) y los personajes se lo dicen y el de apoyo (que es Alex, siempre tengo un personaje que es como una especie de secundario maravilloso que todo lo sabe y mantiene siempre la calma) le dice "venga, piénsalo un poco y lo vuelves a intentar". 

Esta página, y la del troll, son mis favoritas de la novela. La del troll me encanta porque he metido un troll en un momento que no viene a cuento, y queda fenomenal.

Igual que en La Casa Mágica de la Señora Asworth mi parte favorita es cuando Tomás (otro Alex) abre la puerta y dice "¿Ya ha llegado Carnaval?". Y ya sé que es algo muy digamos "pequeño", pero yo veo ahí un estilo. Es un personaje, un tipo de personalidad, que no se asusta, que asume todo y que responde con ironía, y suele contrastar con el carácter más impulsivo y alocado del prota.

Me estoy leyendo "Me before you", que me gusta muchísimo, y encuentro lo mismo cuando están cenado (me siento identificada con Clark, no sé si porque es una cabezota obstinada o por qué motivo) y el padre va y le dice: "Muy malo no puede estar ese hombre cuando le echan encima a nuestra hija" jajajaj. Si leeis la novela, no es justo para ella. Y yo creo que la novela va de cómo cambia ella. Pero me refiero a eso. A no ponerse del lado del prota todo el tiempo. De hecho, podría hacer con esta técnica que sintierais una tremenda empatía por el protagonista. Precisamente dejando de protegerlo. 

Si me apuráis un poco es hacer trampas, pero viendo la obra que he visto este domingo... voy a dejar de usar la palabra "trampa" y voy a empezar a usar la palabra "magia". Otra amiga me mandó un vídeo en inglés donde el conferenciante de Pixar dice: "No le digas al lector 2+2 son 4". "No lo hagas" "Tú mente resuelve problemas todo el tiempo. Está programada para eso. Tú dile al lector: 2 y 2. Ya lo suma él". ¡Jajajaja! Y funciona.

Qué tramposos son los escritores. .. digo, ¡¡qué magos!! 

Se trata de echarte un poco a un lado y dejar que el lector se caiga y se levante. Si lo aplico a toda la novela lo podría exagerar un poco y podría ser bastante divertido. ¡Casi quedaría como una mansión loca! Pero ya tengo todo muy cerrado y pocos giros así podría organizar. 

¡Y mejor dejo la entrada que se me pasa el tiempo y aún me queda media horita de escritura por lo menos! 

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