Ayer fui a comprar una botella de vino, porque sé que el actor quiere aficionarse a probarlo. No sabéis la gracia que me hizo cuando me dijo que quería comprar un botellero porque era "guay" y yo le pregunté:

-¿Pero te gusta el vino?

-¡No, pero puedo aprender!

Internamente, me recordó mucho a mi obsesión por la cafetera Nespresso. Cuando yo me mudé, me empeñé en tener una Dolce Gusto, una de esas cafeteras pequeñas que metes la cápsula y sale el café. Recuero que mis padres me dijeron: "¿para qué?" y yo argumenté un millón de razones: "cuando venga la gente, la invitaré a café", "una casa sin cafetera no es una casa..." bla, bla, bla.

La cafetera acabó en la basura años después, tras mucho tiempo sin uso. La tiré a reciclar con el depósito roto de agua.

No me acaba de convencer el café de cápsulas. Nunca sabía cuándo estaba bien hecho. Por no hablar de que un amigo mío (actor de doblaje) fue el primero en probar el experimento y nos reímos mucho, pero el café estaba malísimo. Y seguí sin cogerle el truco o la medida, tiempo después.

Con los años, muchos años, miré la cafetera pensando: "qué razón tenían mis padres".

Pero son cosas que no sabes hasta que no las pruebas. Es decir, en mi mente, la cafetera era necesaria y maravillosa. En la práctica, tengo un hervidor de agua y cientos de bolsitas de té. También tengo café, y lo tomo con leche condensada (el café bombón, ése que aprendí a pedir en las terrazas aunque a veces ocurría esto:

-¿Me pones un café bombón?

-Gracias, el café tampoco está mal..

-¡JAJAJAJAJAJ!)

El café bombón es una variedad valenciana. Una amiga vio como me preparaba uno en casa y dijo: ¡Anda, un café bombón!" y el actor también me lo ha dicho alguna vez. No te digo nada, ya, cuando íbamos a esa cafetería francesa y el café tenía tres colores. Chocolate, leche y café. Yo lo miraba pensando:

Pero nunca lo decía. No sé, si a la gente le dices que ves Júpiter en tu café "te miran raro". Pero yo me entiendo. Veo tantas cosas que son como otras cosas que mejor no decirlo. 

Bien, la primera tienda a la que fui a por el vino rosado sólo tenía una variedad, no italiana, y me dije: "venga, ve a otra". La segunda, lo tenía agotado. Empezaba a ser curioso. "Venga, ve a otra". Me acordé del Muso mientras me preguntaba por qué no encontraba el dichoso lambrusco. Hummm, no le gustaría que tomara vino. La tercera tienda también lo tenía agotado, pero tenían unas miniaturas de vino tinto monísimas.

"Bueno" me dije "si el plan es hacer una cata... A lo mejor le gusta"

Mientras esto pasaba, un amigo me mandaba vídeos de su mujer decorando el árbol de Navidad. 4000 pasos después (míos) me preguntó: "¿en ningún supermercado?". Miré el móvil cuando ya me había rendido. Esta bien, podía ir a otro más. De buen talante, y animada, fui al último supermercado. Tiene gracia, podría haberme enfadado. Pero no. Me dije: "si lo tienen bien, sino.. no pasa nada".

Y allí estaba.

-Que lo disfrutéis -me dijo el joven dependiente.

De esas cosas que otro humano sabe sólo por ser humano también. ¡Jajajaj! 

Llegué a casa, puse Glee, empecé a reírme mucho (sobre todo cuando el personaje gay le dice al profesor: "¿Ha estado viendo Ley y Orden, verdad?" jajajjajajajajaj! Con lo que a mí me gusta el profesor en esa escena, y cuando baila y canta). Y me puse a bailar yo. Rachel me hizo reír mucho cuando dice: ¡¡¡sin aplausos me muero!!! y ahí le cogí cariño. Ahí sí entiendo al personaje. "Necesito ser popular, quiéremeeee" ¡jajajaj! Que maja. Y el nuevo novio que se ha echado es guapísimo. Pero no sé por qué, el otro también me gusta...

A una hora más que prudente, apagué la televisión, me preparé una mezcla de valeriana con ... ¿qué era lo otro? ¡Ah, sauco y manzana y no sé qué más! Y me dispuse a leer con una mantita.

Fue entonces cuando reparé en la llamada perdida en mi teléfono móvil.

¡Ay, tenía que pasar tarde o temprano! Antes del 2020 y de conocerlo... mi teléfono estaba (está) en silencio muchas horas. Muchas. Pero muchas. Y los whasaps se acumulaban sin que yo hiciera mucho caso. No sé, no tengo cosas importantes en el teléfono. Lo de verdad importante, se dice en una llamada. Pero como no tenía nada pendiente, a veces el teléfono está en silencio.

Esto cambió al conocerlo, claro. Que me descubrí parando una Formación porque él me había escrito. Luego me enfadaba conmigo misma y luego vino el caos y la confusión. Pasé semanas reprendiéndome: "¿¿Pero qué te está pasando??".

"Tenía que pasar" me dije, mirando la pantalla. Es la vuelta a la normalidad.

Y le llamé.

-¿Qué?

Yo sólo le he oído cantar una vez antes. La primera, por teléfono, tocaba la guitarra. La segunda fue en mi casa. Y ahí me sorprendí. Porque es como un niño. Bueno, no sé,... tiene cosas que me encantan. No canta para impresionar, canta porque está contento.

-Voy a conocer a XXX -me dijo.

-¿A quién?

-A XX...

-¿Quién?

El actor se echó a reír.

-De verdad que... (jajajaj) Vives en otro mundo...

-Ya -contesté.

(Hemeroteca: verano de 2005. Lugar: segunda agencia de publicidad más grande de España. Cuenta: Amena-(campaña del cambio a Orange). Conversación que tienen lugar en el despacho y que yo alcanzo a escuchar por casualidad. Una ejecutiva que trabajaba para una ONG por las tardes, comentaba a un copy creativo que había salido asustada de una reunión 360 en la que un tal ¿dios? se levantó y le dijo a los de otra agencia: ¡tú cállate! ¡Que yo soy el amo! Si yo digo que se lleva el rojo, toda la calle va de rojo).

-¿Sabes quién es XY? -el actor me devuelve al momento presente.

-Sí...., he bailado algo de ella en el gimnasio...

-Fue su novio.

-¿XX sale con XY? -respondo sólo por establecer una referencia.

-¡Jajaja, no, salía!

-Ah

-Bueno, ¿y qué tal la clase con...? -pregunto.

-¡Ah, genial! ¡Voy a ganar...!

Y me contó cosas. 

Oírle hablar me causa alegría.

Mi amiga parisina tiene un tío muy famoso. También actor. Pero muy, muy famoso. De los que no pueden andar por la calle sin que le molesten. Un día me contó una anécdota muy educativa al respecto. "La gente le conoce como actor, pero para mí, ¡es mi tío! ¡Y es una persona! Con sus defectos y sus virtudes!" 

Mi amiga parisina no habla de su tío. La gente que tiene las cosas (fama, dinero, inteligencia, sabiduría) normalmente no va anunciando por ahí que las tiene. No hay nada más sexy que la humildad. (Acaba de moverse algo en mi despacho... Voy a mirar.... Pues no hay nada, habrá sido el viento... con las ventanas cerradas... en fin....), por dónde iba. ¡Ah, pues eso!

El actor me contó ilusionado un montón de cosas. Y luego hablamos de libros, y luego discutimos, y luego hablamos de libros y de la cena.

El misterio es el siguiente... ¿Por qué le gusto? No tiene sentido alguno que siendo él como es y siendo yo como soy... estando él constantemente en relaciones públicas, y huyendo yo de las reuniones que incluyan a más de tres amigos... conociendo como conoce a gente interesante y viendo yo lo interesante en extraños atributos normalmente no reconocidos por el común de los mortales... nos gustemos tanto.

Sólo es una opinión.

Que yo empolle por las mañanas la vida de la gente de la que él me habla... y que él quiera compartir eso conmigo, es raro. "No sé porqué me gustas" me dijo el otro día, "no consigo averiguarlo...".

Yo tampoco.

Y tapada con una manta de cuadros, después de haber visto una serie, y con un plan que consiste en leer un libro y dormir... pues... 

Un amigo mío me dijo: "Verás, Nelly, cuando te conocí a mi me gustaste mucho también".

-¿Ah, sí?

-Es que eres una tía muy rara....

-¿Rara? ¿Yo?

-¡Venga! Eres una tía guapa que habla de frikadas. Tienes unas ideas clásicas muy fuera de tu época, eres muy conservadora y luego... ¡tienes eso de la meditación y el budismo! ¡Eres rara de narices! Yo sí sé por qué le gustas, te ha conocido y le joroba como eres.

-¿Qué?

-Sí, porque él es lo contrario a ti...

(se conocen)

-,.... y seguro que estaba en contra de todo lo que tú representas, pero no sabe cómo, te ha conocido y le gustas. ¡Y eso joroba un montón y es como para volverse loco!

-¡Jajaja!

Bueno, él también es lo contrario a lo que yo digo que me gusta.

Pero yo no nos veo tan diferentes.

Lo somos, pero eso es lo bonito. No sé, igual estoy desvariando... 

Si le conociérais lo entenderíais:

-Sabe acompañar (lo que es dificilísimo), tiene un dominio del lenguaje, una inteligencia y una presencia maravillosas. Es dulce cuando quiere. Otras veces... no lo es. Estoy enamorada de su cerebro.

Y mi amiga parisina dice:

-¡¿Cómo no va a querer ir a verte?! ¡Pero Nelly si eres un chica inteligente, y tranquila! Y sobre todo eres una buena persona. Si yo te echo de menos y quiero verte, ¿¿cómo no va a querer hacerlo él??

Ains, qué de misterios.

Salu2!!!