En el que no dejan de fascinarme las plantas.

 


Tengo un montón de plantas en casa, ya lo sabéis. Pero las tengo en una especie de pequeño mirador. Ha hecho la casualidad que el mirador esté cerrado, yo compré un mueble blanco que es como una estantería de metal, puse ahí las macetas y -dándoles todo el tiempo la claridad pero estando protegidas del frío- se volvieron locas.

El ciclamen: que es la más antigua, la flor de las celosas, llegó al piso casi a la vez que yo. Y acabó secándose todos los veranos (hace demasiado calor) para renacer en otoño. Se pone tan grande que tapa la maceta y echa unas flores rabiosas de color, que cuando mis visitas las ven, dicen: "Caramba, ¡qué bonita está esa planta!". 

El Hypoestes: en verano arruga las hojas. No sabía por qué pasaba hasta que me dijo un botánico: "ponlo en el baño, y si puedes coloca unas piedras en la tierra, ya verás". Efectivamente, por fin entendí que "hojas arrugadas" significa hace demasiado calor. Así que si lo pones en el baño unas horas, se alisan. Le coloqué unas piedras, lo regué, lo aboné y estaba la mar de feliz hasta que llegó....

El Photo: yo tenía una de estas plantas, pero creció tanto (la tengo en el estudio), que la podé y tiré la poda con todo el dolor de mi corazón porque estaba verde, y porque yo sé que si meto en agua esos trozos, tengo otras cinco plantas. Pero lo hice. "Lo voy a tirar y lo voy a tirar" y lo tiré. Tras semanas pensándolo. Agarré las tijeras, y lo hice. Y tiré la poda. Justo ese mismo día sonó el timbre. Y esto es absolutamente real. Era mi vecina. En todos los años que llevo nunca ha pasado y nunca volvió a pasar. Era mi vecina con otro photo enorme y verde en la mano:

-¡Hola! Mira, es que he podado esta planta y me da mucha pena tirarla, y cómo sé que a ti te gustan pues... pensé en dártela a ti.

Al ver aquel enorme Photo, clavadito al que yo acababa de tirar, me quedé blanca.

-Ah... -dije.

jajajajaj!

La puerta se cerró y si yo había tardado tres semanas en tirar el viejo photo, héme aquí en estas soledades con un photo nuevo...

No tuve valor para volverlo a tirar.

Así que compré una maceta, le hice una nueva casita al Photo, y esa planta está ahora preciosa. Porque creció a lo largo y ancho de todo el mueble blanco, como si fuera un marco. Y la gente me pregunta: "¿dónde empieza la planta?" y se admira. Yo no me admiro porque entiendo al Photo y sé lo que hace. Os cuento: cuanta más humedad tiene el ambiente, más grandes son sus hojas. Lo leí en algún sitio, agarré un bote de estos de "flis-flis", y apuntando una hoja, la rocié. Al día siguiente, la hoja era más grande. Divertida con aquel intercambio, hice lo mismo. La hoja se puso del tamaño de mi mano. Así que hice lo mismo con toda la planta y el Photo de la terraza tiene las hojas enormes como corazones y sigue creciendo...

Sacó raíces aéreas, buscando como buena planta trepadora que es, a qué agarrarse. Yo miré al Photo y pensé: "vas mal, porque esto es un piso". Entonces un día me estaba duchando, abrí la ventana interior de la ducha y ¿con qué me encontré? Con el Photo. ¡Pum! se descolgó cuan largo era por la pared del cuarto de baño.

-Oye -le dije con el pensamiento-, que esta es otra habitación.

Entonces caí en que podía "ducharlo" con la alcachofa de la bañera. Y desde ese día, si el Photo ya era grande y hermoso, en la zona que rodea la ventana de la ducha, se ha vuelto descomunal.

Yo creo que las plantas me sienten.

Justo ahí, en la repisa más alta del pequeño mirador, junto a la ventana, está:

La Palmera: en realidad era dos, gemelas. Pero una no sobrevivió a la reforma. Desde que el Photo la ha invadido, trazando un arco por encima, la palmera se ha vuelto loca y no hace más que echar nuevas hojas. Ahora veo que el Photo le ha puesto una enorme hoja encima (doblando una de sus ramas palmeriles) y doña Palmera ha cambio ha echado dos ramas verdes y nuevas, intentando crecer más que el Photo.

Yo las miro y pienso: "eeeeh... venga, que hay que llevarse bien".

A todo esto el Photo se ha agarrado al paraguas y lo tapa. Realmente es muy bonito. Cada hoja es como un enorme corazón.

Al otro lado de la palmera hay una planta de hoja carnosa, cuyo nombre desconozco.

Justo debajo hay otra planta que no tengo ni idea de lo que es, pero creció y me dio pena arrancarla. A su lado, ahora, esta el ciclamen (con el ciclamen nadie se mete) y justo detrás, hierbabuena.

La hierbabuena es un caso aparte porque... tiene tronco (como si fuera un árbol en miniatura) y crece débil pero sin parar. Cuando la zarandeas un poco, toda la casa huele a menta. Está débil, quiere más sol. Pero a pesar de estar a punto de perderla varias veces (ya tiene más de un año) se acaba adaptando y vuelve a brotar. Esa planta debería ser un matojo de hierba y está creciendo de manera singular.

Debajo está el Hypoestes y la maceta del Photo.

Un día me levanté vi que el Photo había tapado el hypoestes. Tenía una enorme hoja acorazonada sobre él, y esa hoja se acercó más y más. Y pensé: hum. Pero no hice nada. Bueno, pues ahora el Hypoestes ha lanzado una varilla hacia arriba, apartando la hoja del Photo. Y si este extraño comportamiento no fuera alarmante, resulta que la varilla se le ha llenado de flores.

Y todo esto de un día para otro.

Lo que intento decir es que... hasta lo que parece quieto no lo está.

De los aloes, mejor no hablamos. Podría montar una tienda. Sus macetas están fuera porque no caben, de lo enormes que se han puesto, y además no se ve la tierra, porque en cada centímetro vacío que hay, crece otro aloe.

Pensé: "bueno, voy a quitar uno por darle espacio". Y transplanté uno, lo puse en otra maceta, y ahora tengo cinco aloes en esa maceta y pienso que mi estrategia no vale para nada.

¡Están locas estas plantas! 

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