Diario de una meditadora

Os voy a contar lo que me pasó el domingo mientras meditaba...



Al principio, me reprendí internamente por mi práctica poco ortodoxa... Ni hacía peticiones de rigor por todos los seres, ni mi postura era la mejor, ni nada... Ni templo, ni guía, ni nada... Pero entonces me dije: "Un momento, deja de criticarte, todo lo que necesitas está aquí. Soy yo"

Así que me puse a meditar, tuve que parar a los quince minutos, lo que provocó que me empeñara en empezar de nuevo.

Y cuando llevaba un rato, probé a utilizar diferentes mudras. Con diferentes manos.

Cuando llevaba unos cuarenta minutos, tenía en la mano izquierda el dedo índice y el pulgar casi tocándose, y la derecha, iba cambiando de posición. El pulgar y el índice, el pulgar y el anular, el pulgar y el corazón (uy, me pareció lo más débil). Quedándome en esa posición, respiré hondo, y al cabo de unos instantes, o de un buen rato, no lo sé, la sesión de meditación se volvió inusitadamente provechosa.

Qué paz tan absoluta, qué conexión.

Fuera lo que fuera (los mudras, seguro) era todo perfecto.

Y en esa perfección carente de todo miedo, preocupación, ansiedad, agitación, idea, concepto, palabra, proyecto, ... libre de toodo, pensé: "Bueno, ahora intenta mantener esto el mayor tiempo posible".

Y os prometo, os doy mi palabra de ser humano, que fue tomar aire otra vez en un estado maravilloso y va y suena el teléfono fijo de casa.

JAJAJAJAJ!
"Típico"

No me enfadé, porque estaba tan ... absolutamente serena, que no podía enfadarme. Es sólo que me hizo gracia PORQUE ERA MUY POCO SUTIL.

"Es para decirte que se van".


Me puse en pie, descolgué el teléfono. Cuando dije: "¿Diga?" sonaba con una alegría en la voz de lo más extraña. Claro, a tope de energía.

-¡Hola!

-¿Dónde os váis? -pregunté.

Así, como si ya lo supiera...

-¡Ah! A tal sitio. Llamaba para decírtelo.

(ya)

Como tenía esta nueva interrupción me empeñé de nuevo en meditar otra media hora.

No fue tanto. Y no me enfadé, había un momento perfecto y seguramente no lo alcanzaría de nuevo pero concluí bien la sesión.

En fin, a esto le llamo yo CASUALIDAD.
Un teléfono... ains.

Saludos!!! 

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