¡Jajaja! ¡Por fin lo entiendo!


Bueno, siguiendo con la lista de extrañas casualidades y dejando de lado la obra de teatro de ayer que iba sobre el amor, el sexo y la improvisación (fue muy divertida y...) ¡Venga, lo voy a contar!.

Ayer por la tarde iba al teatro pero no sabía qué obra iba a ver. Resultó ser una obra de teatro narrativo. En el teatro narrativo el público participa. Lo que nos pedía el actor era terminar sus frases e improvisar. "¡Sobre todo, quiero que participéis! ¡Sino, esto no funciona!"

La obra iba sobre el amor, pero .. no me esperaba que narrara la creación del hombre y cómo este tuvo que aprender (era muy divertido) a amar. Y en un momento dado, el pobre Adán aprende con frutas... y el actor era realmente divertido. Nunca había visto el erotismo de una manera tan desenfadada. Además dijo algo interesante: "lo mejor para el amor es llegar sin mochila". Así que allí estaba él haciendo el indio con unas fresas, con unas uvas y cada mañana despertaba con algo nuevo cerca..

-¿Y qué vio al día siguiente?

-¡Un plátano! -dije.

Pasaron dos décimas de segundo antes de que todo el público estallara en una carcajada.
Todas las frutas eran femeninas. 
El actor abrió la boca (él lo pillo antes que el público), luego intentó retomar el hilo pero no pudo y se echó a reír. El público se echó a reír entero. El actor volvió a abrir la boca pero entonces se rio más. Y el público más aún. ¡JAJAJAJ! Paro la función, se acerca, me mira... y dice:

- Eso es la versión de Chueca. En esta no hay plátanos.

Y más risas. Y más. Cuando yo era pequeña hacía reír más a la gente que ahora, es una costumbre que a veces extraño.

Como lo que buscaba eran anécdotas, otra persona me dijo: "le acabas de dar una de esas anécdotas que tanto le gustan". Al terminar la función dijo: "Y ahora viene el "lo que surja". ¿Queréis historia de lujuria o de amor?". ¡Venga, que digan ooooh, los de amor...!

Sabía que nadie iba a pedir la de amor. Pero yo era feliz y me apetecía mostrarme más.

Fui la única que alzó la voz con la de amor romántico.

El actor se volvió a acercar, me miró con esa sonrisa y ese brillo en los ojos de los que actúan (sí, el que intenta enseñarme Dharma también lo tiene) y dijo:

- A ti te voy a contar un cuento especial. Pero antes, tengo que contar el lujurioso, ¿de acuerdo?
- ¡Pues claro!

Y luego contó una historia... preciosa. ¡Madre mía, qué preciosa era! de una princesa India llamada Sabitri. Sabitri era tan especial que ningún hombre se atrevía a estar con ella, así que Sabitri dijo: "pues si no vienen ellos, ya voy yo". Y bajó a la Tierra, con toda su perfección, y fue a un bosque. Y allí encontró un leñador...
(... el amante de lady Chatt...  ¡shh! ¡Calla, cerebro!-pensé)
Y dijo a su padre: "Ya encontré a mi amor. Ese leñador tan masculino del bosque".
Y el padre contesta: adelante, pues.
Y entonces el actor dice que alguien dijo a Sabitri que tuviera cuidado, pues el leñador iba a morir en un año exacto, pues eso decían las estrellas sobre él. Sabitri, contestó: "Prefiero un año con él que una vida eterna sin su amor" pues estaba muy enamorada. Así que entra en el bosque, melena al viento, gritando su nombre... y el leñador que está trabajando se incorpora y al verla gritando su nombre piensa: "Oh, cielos, una loca".
jajaja!
Me partía de risa. El actor era super divertido. Y dijo: "no, no, es coña. Al verla, ella le explica que lo ama y se casan y son felices. Pero pasado un año, el leñador se levanta con la cara pálida".... Y Sabitri le acompaña al bosque. Y allí muere, en sus brazos. Y el dios indio de la muerte (a estas alturas yo estaba super-encantada con el cuento) se lleva su alma en su ¿gancho? ¿horca? ¿rastrillo? No recuerdo qué dijo. Y Sabitri echa a correr detrás, y el dios indio de la muerte corre mucho más que ella, pero ella corre también. Y ya por fin, se para y le dice:

- Mujer, tu pasión me conmueve. Pídeme lo que quieras menos la vida del leñador.

Sabitri dice: 

-Que mi suegro vuelva a ver. Que se recupere de su ceguera.

- Hecho.

Echa a correr, y Sabitri detrás. De nuevo, La Muerte se para:

- Mujer, tu pasión me conmueve. Pídeme lo que quieras menos la vida del leñador.

Y Sabitri contesta:

-Quiero tener un hijo y que mi suegro lo vea crecer.

- ¡¡¡Aaaah!!! -dije yo.

El público en silencio total. El actor me mira. Lo hace como diciendo "lo has pillao mú deprisa". Jo, qué bien me lo paso.

- Mujer, ¡eso en una trampa!-contesta con voz de La Muerte-. Pero esta bien, vuelve, que él te está esperando.

OOOOOOOH.
Y añade La Muerte, con voz poderosa: "Y déjame ya en paz, pesada"

¡jajajaj!
OooooOOOOHH!!!

Aplausos. Cantidad de anécdotas surgieron pero la del plátano fue la más divertida. 

Si puedo, le entrevisto para el blog. Merece mucho la pena. Lo hace genial.

Hoy por la mañana tenía que ir a desayunar con un amigo pero le surgió un imprevisto y no pudo. Lo que me hizo ponerme con los manuscritos, que tenía algo abandonados. 
Debo empezar la siguiente novela del encargo que me hicieron (tengo asuntos pendientes aún de la primera y la de la de Ciencia Ficción). Y la búsqueda de editor y corrección de la novela que aquel del que intento aprender budismo sugirió, es otra de las cosas pendientes.
Esa novela es suya en verdad. La idea es suya. Y a mi lectora cero le gusta. Dice que es buena obra, aunque está claro que no tengo mucha idea de cómo se lleva una investigación policial. Es una lectora muy exigente. Y no pienso documentarme entrevistando a policías. A fin de cuentas, es algo juvenil. 

Mediada la mañana y repasando páginas y páginas mientras echo de menos tener café a mano, decido ir a misa. Soy una persona espiritual, eso no es ningún secreto. Antes de salir, me pregunto si no será buena idea llevar una de las moneditas que adornan la mesa de mi Buda. Hay tres de veinte céntimos. Me guardo una en el bolsillo y cuando estoy a punto de irme de casa pienso...

.... lleva cuarenta o no lleves. Pero no le des una de veinte.

"¿¿??"

Menuda estupidez. Me respondo. Pero tras titubear vuelvo sobre mis pasos y contemplo el Buda. A ver, si llevo dos monedas le dejo solo con una. Y esas moneditas son especiales, no las gasto en cualquier cosa. Para empezar, las pongo como ofrenda, cuando voy a meditar y cosas así. A veces, las meto en una hucha y pienso: para el futuro, como una práctica que se acumula para después. Y otras, tiene gracia, las uso si las necesito por ejemplo para la máquina de café. Y ahí la enseñanza es otra. Ahí pienso: si necesitas algo, tómalo. Es decir, si necesitas un café coge esa moneda que pusiste un día en serenísima meditación y la usas. Y ya está, no pasa nada. No sé, hay algo ahí... que me viene bien. Usar la moneda en algo absurdo, pequeño, cotidiano y útil.  

Total, tomé dos monedas, bajé a la calle, caminé un poco y entré en la Iglesia. Me pongo atrás del todo. Siempre.

El discurso del cura, la lectura más bien, trata de la Humildad. 

"Ah, pues vale".

Yo estoy pensando en el trabajo. "Oh, dame una directriz para mi trabajo..."

-Sé humilde -dice nuestro nuevo cura-, ¿y eso cómo se hace?

Es un andaluz muy salaó. Muy activo, además. 

-Pues puedes desaparecer...

Y yo pienso:

"Ah, eso no es para mí. Porque a mí me dicen que me deje conocer... si desaparezco más... jajaja, no me va a ver nadie, jajajaj".

Y mientras le doy vueltas a esto, de repente pasa algo que hace que mi fe en que hay algo más que lo que la ciencia puede explicar ahora mismo, suba. Va el cura y dice:

- ¿Conocéis la figura española de La Vieja del Visillo?

¡AJAJJAJAJAJA!! 
Abro los ojos como platos.
No hay cosa sobre la que más discuta (entre comillas) con el que me enseña Dharma que la Vieja del Visillo. Yo le digo: "quiero saber, quiero... dime, dime cómo lo haces tú, cómo vives tú, como..." Y él contesta:

- O sea, que quieres visillear. 

Y yo me enfado. A ver, que no, que no es visilleo, lo que hago es puro interés científico. Tanto discutía sobre este tema (tan en contra estoy de lo que dice él) que una vez le pregunté a una experta científica de la conducta humana sobre ello y contestó: "A mí tu curiosidad me parece maravillosa. Cotillea cuanto quieras. Yo soy una cotilla". Y yo: ¿¿Veesss?? ¡Él se equivoca! El cotilleo es la base de la Ciencia! ¿Cómo puede mi "no profe de Dharma" no darse cuenta de eso? ¡Qué equivocadísimo está!

Y allí está el sermón del cura, hablando precisamente de la vieja del visillo.

Y allí estoy yo en la parte de atrás de la Iglesia (no me siento fuera porque no puedo) partiéndome de risa mentalmente.

-La vieja del visillo -dice el cura-, cotillea sí... pero lo hace para hallar faltas en los demás. "Mira este a qué hora llega" "mira aquel con quién sale"...

Arqueo las cejas.

"Yo... yo no lo hago para ver faltas" me digo.

Pero sí para saber cómo funcionan. 

"Sí, eso es verdad".

Y una vez tengo a la persona analizada, y descubro en qué falla, tomo distancia y salto al siguiente misterio....

Jopetas, este hombre que me enseña tiene razón.

Como a él no le logro clasificar, ni meter en una cajita con su etiqueta, no hay quién pueda superarlo. Así no se puede.

Y el cura continúa:

- Pues... piensa que si esos que ves tienen faltas... ¿cuales serán las tuyas? -y entonces mirando a todos, añade-, ¡Lucrecia, hija, qué bien te queda ese pelo corto!..... por cierto, ¿alguien de aquí es santo y perfecto?

La tal Lucrecia contesta algo muy hermoso. Y yo pienso, "Cachís... desde luego me esfuerzo en ello. Acabarlo todo, hacerlo a tiempo, ser super amable, todo cuadriculado...".
Y el cura añade que... "Nadie de aquí es perfecto".
Y es entonces cuando me doy cuenta de que no me está diciendo el que me enseña Dharma (budismo) que no sea curiosa.. No ataca mi curiosidad por todo lo que me rodea. Lo que me está diciendo es que deje de mirar cómo lo hacen los demás, para ver cómo lo haría yo (cosa que no miro porque prefiero fijarme en otros). Vamos, lo que me está diciendo es: sé tú misma.

No te fijes en las faltas de los demás. Fíjate en cómo puedes hacer tú las cosas. Y ya está.

¿No es casualidad todo esto?

Otra de las cosas que dijo el cura es que es mejor hacer cosas que no te puedan pagar en esta vida, lo que a mí me recuerda mucho a eso del karma. ¿No trata el karma de cosas que son consecuencia de otras que pasaron antes? Entonces ¿funciona como una cuenta corriente que si yo voy haciendo buenas acciones luego tienes un "plan de jubilación" o algo así??

No me entero.
jajaj! 

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