Camino a la libertad -película.




O "vamos a cruzar andando de Siberia al Tíbet".

Es absolutamente imposible.

Y, sin embargo, han llegado. 

Y yo que me quejaba por ir andando de Plaza Castilla al Caixaforum.

Son las dos de la madrugada y estos "cenutrios" me han hecho cruzar en lo metafórico todo el Desierto de Gobi, para llegar a un Templo Budista.

¿A quién se le ocurre viajar por las grandes dunas, de día?

Quedan 7 minutos de film y están en Lasha. Y el personaje principal, del que otro dice que destaca por la bondad (su debilidad según otro importante secundario) acaba de decir: "pues yo voy a seguir andando.. hasta que se acabe". ¡Pero a dónde vas, melón! ¡Que es el Himalaya! Vas a llegar al final de la Tierra y te vas a caer por el borde... 

¡Oh, venga ya! ¡Yo me voy a dormir!
¡Llevan 7.400 kilómetros de viaje! 

(y ahora voy a Google maps, a ver si he acertado la cifra).

¡No jorobes, llevan 4.700!

¡jajajaj! 

¿Sabéis qué? La podéis ver, con un montón de refrescos y helados. En la parte de Siberia, piensas: "oh, qué bien que yo tengo una mantita" y en la parte del desierto, piensas: "¡oh, menos mal que tengo un ventilador!"

Me estoy acordando de Melancolía, que esa al terminar tuve que asomarme al balcón y mirar para arriba pensando: "menos mal! no se nos viene encima un planeta!"

Mira, de verdad, qué estrés.. jajaj!
No he visto personaje más tenaz en cinco años de películas. 
A dormir! 

posdata: en serio, es de esas películas que te dan ganas de entrar 8 veces en el film a darles bocadillos, chocolate y algo de ropa. De esas que miras algo a tu alrededor y te sientes muy afortunado o afortunada. 


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